Sólo la convicción de la justeza de la Revolución Bolivariana, siempre a la ofensiva contra los planes de la ultraderecha dirigida por Estados Unidos, permite no solo que Venezuela busque salidas a las crisis originados por los grupos antidemocráticos que mantienen un continuado Golpe de Estado, sino que continúa a la ofensiva para evitar males mayores que pongan en peligro no solo la estabilidad nacional, sino a América Latina y El Caribe.
Este lunes comenzó otra semana en que el gobierno presidido por Nicolás Maduro seguramente enfrentará nuevas provocaciones de elementos locales y extranjeros financiados por la oligarquía del país y sus socios foráneos, en especial el expresidente Álvaro Uribe, jefe de los grupos paramilitares infiltrados en Venezuela.
Hace apenas unos días la opinión pública mundial conoció las pruebas del plan de magnicidio y golpe de Estado contra Maduro, una agenda que se viene repitiendo desde hace 15 años cuando el Comandante Hugo Chávez asumió la presidencia y dio un giro de 180 grados a la política interna y exterior del país suramericano, con logros extraordinarios en la integración regional, la economía interna y los planes sociales dirigidos a los más pobres. Cuando Chávez asumió, la pobreza roía a más del 40 por ciento de la población, cifra reducida ahora a un seis por ciento.
Tras la muerte de Chávez el 5 de marzo de 2013, y la asunción de Maduro en elecciones generales ganadas de manera legítima, la contrarrevolución acentuó sus planes de derrocarlo, en los que analistas califican de golpe blando, pero que en la práctica resulta bastante fuerte, pues desde el pasado 12 de febrero hasta la fecha ha dejado 42 muertos, y más de 800 heridos, un país desabastecido y un pueblo firme pero afectado psicológicamente por una guerra neofascista. Una escalada cuyo lema es “Tiene que salir”, en alusión a la caída de Maduro y la Revolución.
Sin negar la fortaleza de la ultraderecha venezolana y sus amos, el gobierno de Barack Obama y otros títeres de la región, la Seguridad del Estado venezolano, apoyado por el pueblo y elementos internos de las Fuerzas Armadas Bolivarianas y otros órganos, pusieron sobre el tapete, con documentos verificados, los planes inmediatos o próximos de figuras como la ultraderechista exdiputada María Corina Machado y Gustavo Tarre, abogado constitucionalista y profesor de la Universidad Central de Venezuela.
En una amplia explicación brindada por el doctor Jorge Rodriguez, alcalde del municipio de Bolívar, miembro del alto mando político de la Revolución, se comprobó que también forman parte del equipo ultraderechista el exgobernador del estado de Carabobo Henrique Salas Romer, el banquero Eligio Cedeño, prófugo de la justicia venezolana residente en Miami, y el exdirector externo de Petróleos de Venezuela Pedro Burelli, entre otros.
Los documentos presentados por el Estado venezolano están a resguardo de la Fiscalía General del país. Por tanto, los derechistas vinculados al magnicidio que tratan de deslindarse del denunciado plan, quedaron al desnudo y tendrán que responder ante la justicia, indican fuentes de prensa.
En una serie de mensajes electrónicos cursados entre este grupo de demostrados enemigos de la Revolución Bolivariana, Rodriguez demostró que en uno de esos intercambios, Machado reafirmó su interés de derrocar el gobierno constitucional e insistió en las acciones neofascistas en las calles, que aunque –según el Ejecutivo han disminuido- aún mantienen en tensión a las autoridades pues no solo atentan contra civiles desarmados sino también destruyen importantes instituciones públicas.
“Calle, más calle, más ingobernabilidad, acciones en el metro, metrobuses. Esta lucha es hasta el final”, apuntó en sus e-mails la exdiputada que, impedida de hablar por la dirección de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra Venezuela, fue nombrada por el gobierno del derechista panameño Ricardo Martinelli, en un acto insólito, como representante de su gobierno ante la institución continental.
Esta ciudadana, procedente de una de las familias más ricas de Venezuela, en un mensaje dirigido al expolitico venezolano Diego Arria, indicó que "Llegó la hora de acumular esfuerzos, hacer las llamadas necesarias y obtener el financiamiento para aniquilar al Maduro". Hay que aprovechar el clima de Ucrania y ahora Tailandia" para lograr la sublevación de los militares, adelantando un golpe de Estado y una eventual intervención extranjera.
"Este procedimiento antigubernamental tiene cuatro puntos: la guarimba (manifestación violenta) el golpe militar, el magnicidio para instaurar un choque de clases que abra el camino a la injerencia extranjera", informó Rodriguez, quien estaba acompañado por varios jefes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El dirigente mostró una serie de correos electrónicos que identifican a los organizadores del antidemocrático plan: Machado, Cedeño, el ex gobernador de Carabobo, Henrique Salas Römer, el ex directivo de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Pedro Burelli; Gustavo Tarre, Diego Arria y el actual embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker.
Mientras, en su ofensiva revolucionaria en medio del combate a la ultraderecha, el gobierno bolivariano da muestras de su fortaleza en la revitalización de proyectos sociales, creando el Órgano Superior del Sistema Nacional de Vivienda y Hábitat, que unifica la Gran Misión vivienda Venezuela y Barrio Nuevo, Barrio Tricolar, con lo que se fortalecerá el sector en aras de mejor la situación habitacional de los ciudadanos.
Otro importante movimiento económico anunció para esa área el dirigente bolivariano Rafael Ramírez, quien anunció la entrega de divisas por mil 188 millones de dólares a unas 900 empresas importantes, entre ellas la de la agroindustria, química, salud, y plástico con el objetivo de elevar la producción nacional y garantizar el suministro de insumos a sectores fundamentales de la economía.
La guerra viene de Miami, cuna de la contrarrevolución cubana Rodríguez, psiquiatra de profesión, y uno de los líderes del PSUV también denunció que en Miami, Estados Unidos, se organiza otro complot dirigido por miembros de la mafia terrorista anticubana allí asentados, asilados venezolanos golpistas, miembros del grupo de Álvaro Uribe, la derecha venezolana y miembros de la extrema derecha en el Congreso de Estados Unidos.
En este plan aparece el terrorista Salvador Romani-Orue, quien el pasado 22 de abril envió una carta a la representante federal y ultraderechista de origen cubana Ileana Ross-Lehtinen, en la que le solicita su colaboración para organizar una cita conspirativa entre los derechistas venezolanos, Uribe, y elementos del Congreso de Estados Unidos. Invitados especiales serían el alcalde derechista venezolano Antonio Ledesma, uno de los promotores de las manifestaciones violentas en el barrio del Chacao, bajo su administración.
Lehtinen es una antigua conocida de Romani, ya que ella es la encarnación de la derecha contra Cuba y Venezuela.
Los vínculos entre la ultraderecha cubana-americana y la venezolana están demostrados en los correos electrónicos de Machado con Cedeño y el diplomático estadounidense Kevin Whitaker. En otro de ellos, le cuenta a Tarre que cuenta con "una chequera más fuerte que la del régimen para romper el anillo de seguridad internacional (del gobierno)".
En ese sentido, el alcalde bolivariano afirmó: "Queda demostrado el lobby internacional que Machado, Tarre y Arria hacen en instituciones políticas del extranjero para agredir a Venezuela".
La confirmación de que Estados Unidos participa en los planes contrarrevolucionarios contra Venezuela la da Machado en su cuenta 77gaia@gmail.com cuando confirmó sus relaciones a través del embajador Whitaker, quien, según ella- “me reconfirmó el apoyo, e indicó los nuevos pasos".
En tal sentido, Rodriguez se preguntó: “¿Será que el departamento de los Estados Unidos sabía que cuando la ultraderecha venezolana intenta sus eventos criminales que violan la Constitución de Venezuela y la paz de los ciudadanos pide instrucciones y autorización a un oficial del departamento de Estado norteamericanos”, a la vez que informó la existencia de gran cantidad de documentos que relacionan a Whitaker con las conspiraciones contra el Gobierno nacional.
En la escalada contra Venezuela, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un grupo de sanciones contra funcionarios del país suramericano. La medida consiste en que la Casa Blanca confirme la lista de quienes tendrán vetada la entrada a Estados Unidos y sufran el congelamiento de eventuales activos en territorio de la Unión. Un texto similar espera por la aprobación de la Cámara Alta del Senado de Estados Unidos.
La promotora del proyecto de sanciones fue Ross-Lehtinen, quien argumentó que era imprescindible "condenar los abusos a los derechos humanos en Venezuela y responder a los gritos de los venezolanos", pese a que un grupo de congresistas demócratas alertaron a Obama de que ese no era el camino a emprender y le recomendaron el fomento de mejores relaciones con América Latina, al contrario de que lo que ha hecho hasta ahora.
Ahora, la situación de la derecha venezolana es de desmoralización, pues tratan de distanciarse de las pruebas incriminatorias. "Todas las huellas electrónicas las tiene la Fiscalía, lo que denominaríamos cédula de identidad de todos esos correos electrónicos, encabezados, la certificación electrónica, los códigos fuente y la dirección IP, y eso tiene valor probatorio en una investigación judicial criminal", explicó Rodriguez.
Algunos implicados señalaron que el gobierno intervino su correspondencia, lo que de inmediato fue replicado por la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, quien aseguró que “la interceptación de llamadas y correos realizada a diputados y empresarios venezolanos estaba autorizada en el marco de las investigaciones abordadas por las denuncias de Golpe de Estado y magnicidio”. Estamos frente a un problema de seguridad de Estado”, confirmó.
En una intervención el pasado viernes, Maduro confirmó que las declaraciones de algunos voceros de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que agrupa a los partidos de la oposición, alientan la locura golpista y magnicida de la extrema derecha, en lugar de al menos intentar la continuidad del diálogo de paz coordinado por la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
En los próximos días, indicó Rodríguez, se presentarán otras denuncias documentadas y entre ellas mencionó testimonios, documentales y cronogramas de los planes de la contrarrevolución.
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