martes, 24 de septiembre de 2024

Mali: las esperanzas se marchitan

La celebración de una cumbre extraordinaria de los países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, expresó la gravedad de la crisis de Mali, la que incide negativamente en la estabilidad subregional...

Julio Marcelo Morejón Tartabull en Exclusivo 08/08/2020
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Mali-Africa-manifestación
Las manifestaciones realizadas desde junio, se fueron perfilando hacia el rechazo del presidente, Ibrahim Boubacar Keita, de quien la oposición demanda la renuncia. (Tomada de african.cgtn.com).

Ante la amenaza del empeoramiento de la crisis en Mali, los 15 países miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) propusieron un plan de cuatro puntos para discutir con la oposición.

El escenario maliense se convirtió en la rueda defectuosa del carro subregional por varios motivos que ahondan la insatisfacción popular, lo cual capitalizó la oposición para lanzar a decenas de miles de ciudadanos a protestar en las calles, con graves saldos de muertos, heridos y detenidos en cada disturbio desde junio pasado.

Los esfuerzos para lograr un entendimiento entre las partes en disputa no resultaron, pese a la azarosa actividad de las misiones mediadoras, primero la encabezada por el expresidente nigeriano Goodluk Jonathan, que su mayor alcance fue aclarar que la Cedeao no admitía la dimisión del mandatario electo, Ibrahim Boubacar Keita. 

Un grupo de cinco jefes de Estado de la subregión: de Senegal, Macky Sall; Costa de Marfil, Alassane Ouattara; Nigeria, Muhammadu Buhari, y Ghana, Nana Akufo-Addo y de Níger, Mahamadou Issoufou, quien marchó al frente del equipo y además es el presidente en ejercicio del bloque, tampoco avanzó ante la testarudez de la oposición.

En principio hay dos criterios encontrados, la Comunidad considera que Boubacar Keita debe seguir al frente del país y cumplir su segundo mandato para el cual fue electo, mientras que los contrarios en sus manifestaciones callejeras demandan su renuncia y pasar a otra hoja de la historia.

La Cedeao se pronuncia por la permanencia del mandatario en el cargo, cuando es difícil desbloquear el proceso, que está encerrado en un laberinto sin luz y al borde de la quiebra. El país sufre una grave crisis económica y su región central es aterrada por la emergencia de grupos radicales de distorsionada confesión islámica.

A eso se une el lento avance en el proceso de paz concertado con la norteña comunidad tuareg, que en medio de las actuales tensiones parece relegado a un segundo plano, pero su existencia el innegable como lo es la necesidad de reanimarlo en función de mejorar la situación socioeconómica septentrional.

Existen retrasos en la implementación de diversos asuntos pactados relativos a planes de desarrollo e institucionales, así como otros que gravitan sobre la convivencia en el norte del país, donde esa situación en alguna medida se enlaza con las protestas en el resto del territorio maliense. 

Eso equivale a decir que toda simplificación de la crisis corre el riesgo de perder de vista  la verdadera magnitud del problema y explica al menos indirectamente el porqué de una convocatoria a una reunión cumbre solo cuatro días después del último fracaso mediador.

PRECEDENTES

Pese a que la contemporaneidad impone cada vez más razonamientos prácticos y certeros eso no significa olvidar la prominencia del imperio del cual el país tomó su nombre, un tipo de construcción medieval africana sorprendente por su organización socio-productiva y un fuerte centralismo de la autoridad.

Pero el Mali –sucesor pequeño del gran imperio Manden Kurufaba- es mucho más modesto en todo,  el orden y  la cohesión se fueron perdiendo y la colonización remató la historia hasta su independencia en 1960; ocho años después se inició una etapa de turbulencia política y golpes de Estado, el más cercano en 2012.

El derrocamiento en 2012 de Amadou Toumani Touré, a quien los militares acusaban de ineficiente para enfrentar la guerra en el norte del país después del alzamiento separatista del Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), que en definitiva secuestraron los grupos fundamentalistas de filiación islámica.


Un tema de la región africana del Sahel, donde se halla Mali, crisis interna y militarización extranjera. (Tomada de larazon.es)

El levantamiento tuareg derivó del cambio de realidad política  creada por la guerra de países de Occidente y sus aliados árabes contra el Estado libio de Muamar Gadafi, a quien asesinaron, y cuyo desmontaje posibilitó el drenaje de sus arsenales y la emersión de agrupaciones terroristas en la región semidesértica africana del Sahel.

Desde entonces Mali perdió el equilibrio, pese a los esfuerzos posteriores por recuperarlo y así la crisis económica, el terrorismo y otros males motivaron el descontento que se desbordó en junio pasado y colocó al país cuesta abajo, algo preocupante para la Cedeao, pues puede ser un chispazo en el polvorín.

VARIACIONES

La Comunidad Económica de Estados de África Occidental propuso un plan de cuatro puntos para resolver la crisis de Malí, que incluye realizar algunas elecciones y crear un Ejuecutivo de unidad nacional, pero no concuerda con la principal demanda de la oposición: la renuncia del presidente Boubacar Keita.

Durante la cumbre de la Comunidad que sesionó el 27 de julio dedicada íntegramente al conflicto, el grupo subregional también recomendó la formación de un gobierno de unidad nacional, así como la dimisión de 31 diputados y la reconfiguración del Tribunal Constitucional.

Esas y otras demandas coincidieron con los reclamos de la oposición encabezadas por el Movimiento 5 de Junio (M5-RFP), pues los presidentes de la subregión aceptaron también que el gabinete de concertación propuesto lo integren miembros de la formación contestataria y de la sociedad civil.

La Cedeao recomendó crear una comisión que investigue los hechos de violencia ocurridos en varias manifestaciones los días 10, 11 y 12 de julio, que causaron la muerte de 23 personas, según la oposición y 11 conforme fuentes gubernamentales, y la destrucción de numerosos bienes públicos.

Mientras que la primera reacción de Bamako fue formar un nuevo gobierno –en este caso restringido- de seis miembros con el propósito de resolver la crisis, según afirmó el presidente, Ibrahim Boubacar Keita, los opositores rechazaron las propuestas de  la cumbre extraordinaria, lo cual indica que el problema se extenderá.

En resumen, la tormenta política persiste en el país de la región del Sahel, uno de los escenarios más complejos del contexto africano.


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Julio Marcelo Morejón Tartabull

Periodista que apuesta por otra imagen africana


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