lunes, 23 de septiembre de 2024

Las mentiras de John Bolton

Las recientes declaraciones del ex asesor de seguridad nacional de Estados Unidos se suman a su larga lista de retórica hostil y difamatoria hacia la isla...

Haroldo Miguel Luis Castro en Exclusivo 07/07/2023
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John Bolton
Tras décadas rondando con mayor o menor jerarquía los escenarios de la diplomacia mundial, Bolton ha pasado a la historia como uno de los actores políticos estadounidenses con una retórica ultraconservadora extremadamente peligrosa (Foto: AP).

Como quien no quiere quedarse fuera de la fiesta apareció John Bolton en el diario The Hill. A raíz de la noticia de The Wall Street Journal sobre la supuesta presencia de una base militar de espionaje china en Cuba y con toda la intención de hacer leña del árbol caído, el ex asesor de seguridad nacional de Estados Unidos durante poco más de un año de la gestión de Donald J. Trump le recomendó a la administración de Joseph. R. Biden romper relaciones diplomáticas con la isla y hacer cumplir de manera más estricta las sanciones económicas ya impuestas por más de medio siglo.

Aun cuando el portavoz del Departamento de Defensa, general de brigada Pat Ryde, reconoció que no tienen información que relacione a la Mayor de las Antillas con un centro de espionaje chino, Bolton insistió en la necesidad de hacerle saber tanto a Pekín como a La Habana que EE.UU. bajo ninguna circunstancia toleraría una situación que afecte sus intereses y valoró, incluso, la posibilidad de usar el uso de la fuerza bajo ese pretexto.

De esta forma, Bolton se suma a la peculiar lista de figuras vinculadas al sector más conservador de la derecha estadounidense que han aprovechado una información sin validez para hacerse notar en un contexto político marcado por los primeros compases del juego electoral de cara a las presidenciales de 2024. Pero, las declaraciones de este archiconocido personaje responden, sobre todo, a su histórica oposición a los movimientos de izquierdas en América Latina y, por supuesto, a su aversión a la revolución cubana.

Tras décadas rondando con mayor o menor jerarquía los escenarios de la diplomacia mundial, Bolton ha pasado a la historia como uno de los actores políticos estadounidenses con una retórica ultraconservadora extremadamente peligrosa. Pues en 2002, comprometido con la invasión a Iraq, fue de los principales responsables de la divulgación de la tesis—jamás comprobada— de que Saddam Hussein producía armas de destrucción masivas. Un argumento que justificó la materialización de un conflicto que produjo más de un millón y medio de muertos y un costo estimado de siete billones de dólares.

Además, recordemos que, durante la presidencia de George W. Bush, entonces como embajador de su nación ante la Organización de Naciones Unidas, Bolton acaparó titulares por desencadenar una campaña contra el gobierno de Cuba con el argumento de que se estaban produciendo armas biológicas que ponían en peligro la seguridad de EE. UU. Un artificio que el propio ex presidente estadounidense Jimmy Carter echó por el suelo luego de recorrer los centros de investigaciones del país por invitación de Fidel Castro.

Con muy buenos vínculos con la emigración anticubana radicada en Florida, a su regreso de la mano de Trump despuntó como uno de los principales defensores de la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton y del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero.

También se encargó de ejecutar otra campaña de descrédito, esta vez sobre la labor internacionalista de los médicos cubanos, al afirmar que bajo esa excusa solo en Venezuela se encontraban entre 20 mil y 25 mil militares y paramilitares que ayudaban a sostener el gobierno de Nicolás Maduro.

Asimismo, lideró las acusaciones por los supuestos ataques sónicos a funcionarios estadounidenses en la embajada de La Habana, tampoco demostrados, ni siquiera, por el Buró Federal de Investigaciones.  

Las últimas declaraciones de Bolton contra Cuba se antojan, en definitiva, una anécdota más entre las tantas que ha acumulado y muestra a las claras el interés de buena parte del establishment estadounidense de mantener la histórica postura hostil e injerencista hacia la isla. Aunque ello implique amenazar y mentir.


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Haroldo Miguel Luis Castro

Periodista y podcaster


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