Las elecciones bolivianas y la disyuntiva de las alianzas opositoras

A cuatro meses de los comicios generales de octubre próximo, el tema de las posibles alianzas opositoras para vencer a Evo Morales o forzar una segunda vuelta se ha vuelto recurrente sin que se vislumbren acuerdos definitivos. El principal promotor de un pacto entre todos los rivales de Morales, quien buscará la reelección junto al vicepresidente Álvaro García Linera, es el exministro del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, Samuel Doria Medina, líder de Unidad Nacional (UN).

Seguro de que solo le será muy difícil llegar al Palacio Quemado, el empresario cementero llamó a la unidad de la oposición, pero se encontró enseguida con la negativa del resto de los dirigentes de los principales partidos y no halló, hasta el momento, otra opción que anunciar posibles acuerdos con algunos defenestrados, entre ellos el exilado senador Roger Pinto.

El líder del Movimiento Sin Miedo, Juan del Granado, le dejó claro a Doria Medina que no se involucraría en ningún pacto con él camino a las elecciones, en tanto mantenía reuniones con el gobernador de Santa Cruz y principal figura del Movimiento Demócrata Social (MDS), Rubén Costas.

Sin embargo, Del Granado, otrora aliado de Evo Morales y exalcalde capitalino, llegó a una asociación con la aún diputada por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Rebeca Delgado -ahora al frente de Libertad de Pensamiento para Bolivia- y no pocos analistas se aventuraron a asegurar que podría ser su compañera de fórmula para las elecciones.

Del Granado, sin embargo, se limitó a decir que Delgado, otrora presidenta de la Cámara de Diputados, tenía capacidad para, incluso, encabezar la candidatura por el MSM, pero recordó que en el acuerdo firmado no se le ofreció ningún puesto posible y aseguró que aún no se habló con ella sobre cuál será su nivel de representatividad.

Norma Piérola, diputada por la ultraderechista Convergencia Nacional, al enterarse del acuerdo entre Del Granado y Delgado, no dejó escapar la oportunidad al asegurar que "es más de lo mismo. Alianzas de chicle, que no llegarán a ninguna parte".

En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, el diputado por el MAS, Carlos Aparicio, aseveró que "en Bolivia se está tejiendo una alianza entre exgonistas" -seguidores de Sánchez de Lozada, a quien los bolivianos llaman Goni, exiliado en Estados Unidos-, y recordó lo nefasto de aquel gobierno para el país.

"Durante su gobierno primó la privatización, el regalo, el despilfarro de nuestras empresas, el saqueo de nuestros recursos naturales, la complicidad en el saqueo, a través de las transnacionales, sobre todo de Estados Unidos, que han hecho que nuestro país casi quiebre, casi desaparezca", resaltó Aparicio.

El diputado del MAS recordó que Samuel Doria Medina fue ministro de Planificación de Sánchez de Lozada y enfatizó que "solo pretende un regreso al pasado, al neoliberalismo, de consecuencias nefastas para el país".

"Todos esos supuestos líderes de la derecha tienen un mismo origen, gonista, del MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) y está dirigidos desde Estados Unidos por Carlos Sánchez Berzaín, otro que también fue ministro de Goni, y que es precursor de esa alianza", destacó.

Para Aparicio, está claro que "quieren reeditar la megacoaliciones, por intereses personales, por intereses particulares, empresariales y hacer de la patria una empresa y no poner sus servicios a favor de los bolivianos".

Según sus vaticinios, nada impedirá el triunfo del MAS, "que no solo va a ganar con el mínimo requerido del 51 por ciento, sino que llegará al 70 o 75 por ciento, con el apoyo de las organizaciones sociales, del pueblo boliviano".

"Tenemos al mejor líder de nuestra historia en el compañero Evo Morales. Y día a día se muestra el apoyo directo de la población boliviana. Es más, ahora los propios militantes decepcionados de la oposición se suman al MAS, porque la oposición no tiene programa de gobierno, no tiene alternativa de gobierno", destacó.

La también diputada por el MAS, Marianela Paco, también en declaraciones exclusivas a Prensa Latina, resaltó que difícilmente esta oposición ha de construir una visión de país o una alternativa a la que el MAS está construyendo con el pueblo y desde el pueblo y en ese sentido van migrando o transformándose.

Paco insistió en la necesidad de recordar el pasado de Del Granado, de Rebeca Delgado y sus posiciones políticas anteriores, por lo cual "no me sorprenden que se hayan juntado ahora".

"Ninguno de los tres o cuatro frentes políticos que ahora tenemos en el país califican en el perfil que espera nuestro pueblo boliviano. Nuestro pueblo boliviano ha rechazado en 2003 a los politiqueros tradicionales y los ha expulsado del poder. Y estos otros cambiando y mutando, cambiando de bando, tampoco los van a convencer, porque no construyen patria. Es una oposición sin patria, sin identidad, de egocentristas", enfatizó.

Para la diputada hay tres elementos por los cuales el MAS mantendrá su dominio en el panorama político: "su trabajo sin mirar horas ni medir esfuerzo para el bien del pueblo, la inclusión que ha alcanzado el país, y el liderazgo de Evo Morales".

"Tenemos resultados por los cuales la gente ha de volver a confiar en nosotros", subrayó.

Lo cierto es que a cuatro meses de los comicios, en los cuales se elegirán, además del presidente y el vicepresidente, senadores, diputados y representantes de Bolivia ante organizaciones internacionales, solo queda por ver la posición de Rubén Costas.

Costas, a quien Piérola atacó duramente en las últimas semanas, pudiera alinearse con Del Granado, pero algunos analistas consideran que no se involucrará en ninguna corriente que pueda costarle en sus aspiraciones de reelegirse como gobernador, tal vez por aquello de que vale más un pájaro en mano que 100 volando, aunque, eso sí, fue elegido por el MDS como candidato a la presidencia.