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lunes, 25 de noviembre de 2024

La culpa no es de Ginebra

El fracaso de las reuniones en Ginebra no son novedad; muchos son los intentos de resolver una situación que quedan en nada en la ciudad suiza...

Elsa Claro Madruga en Exclusivo 23/04/2014
2 comentarios
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El ministro de Exteriores ruso conversa con el secretario de Estado ruso en Ginebra.

No hay que confundirse cuando se cita a Ginebra. En esa ciudad suiza han transcurrido una enorme cantidad de reuniones a lo largo del tiempo y hay varios pactos internacionales que llevan su nombre.  Fue la sede de las negociaciones a cuatro bandas sobre Ucrania, cuando días atrás se firmó un acuerdo que murió sin abrir los ojos.

Fue por igual el sitio donde se hizo la conocida en ese momento como Ginebra II, debido a que un anterior encuentro sobre Siria auspiciado por la ONU y en la misma sede, no propició el fin de la violencia.

Esta segunda vuelta en febrero 2014,  sentó a representantes del gobierno de Al Asad, con una facción (el Consejo Nacional Sirio) de la muy fragmentada oposición. Tampoco tuvo mejor resultado, o para mejor decir, concluyó sin ninguno.

No obtener progreso por la vía negociada y los avances militares alcanzados últimamente por el ejército sirio sobre los grupos  armados por Estados Unidos y los emiratos del Golfo, son factores que anteceden al anuncio oficial de realizar elecciones el 3 de junio venidero.

Esta cita a urnas será la primera en la historia del país de la cual puedan participar varios y no un solo candidato, según formula  una nueva ley  que autoriza la participación de diversos aspirantes a la presidencia luego de presentar su candidatura a los  250 diputados del parlamento. Se exige contar con el apoyo de al menos  35 de esos legisladores.

Pese a la novedad, las primeras reacciones por parte de Occidente y quienes ellos  llaman oposición moderada, es un cómodo rechazo. Prefieren no exponerse al riesgo de un sonadísimo fracaso.

Falta por conocer, en el abigarrado espectro de posiciones, la postura que asumirán los yihaidistas del Estado Islámico de Iraq y del Levante,  enzarzados en una violenta disputa con el Frente AL Nusra, otro grupo extremista que  hizo una alianza con Al Qaeda. Si, la misma enemiga a todo trance de EE.UU. desde los atentados a las Torres Gemelas, antecedente que no impidió a la Casa Blanca y sus socios, continuar suministrándoles armas y auxilio diplomático.

Los primeros pretenden crear un califato que junte a Siria con Irak. Ello presupone que  si lograran concluir con éxito la actual contienda, después la emprenderían con el devastado y no menos problemático Irak.

Las otras dos facciones, hasta ahora  actuando de conjunto con quienes se convirtieron en sus antagonistas,  en esta cruel guerra, se limitan a batallar solo por el derrocamiento de Bashar Al Asad y cualquiera que se interponga en sus planes de obtener el poder. Ni siquiera se plantean qué pretenden sus tutores extranjeros o qué les exigirán en pago, de lograr el triunfo. Con certeza, unos y otros, también van a negar la legitimidad de los comicios.

Estados Unidos, algunos gobiernos europeos y, sin falta,  los emiratos del Golfo (en particular Arabia Saudita, por sus ambiciones hegemónico-religiosas sobre las naciones circundantes)  han estado prestando su asistencia material y política a este heterogéneo y agresivo conjunto que coincide solo en el objetivo de derrocar al gobierno sirio.

Es obvio que les será muy difícil presentar postulantes para representarles. Ni uno ni muchos. La pluralidad de miras, sus pugnas internas, que no son únicamente la citada, se los imposibilita.

Existe otro impedimento a partir de la citada ley, pues en ella se demanda que el pretendiente debe haber residido en el país en los últimos 10 años, con lo cual se excluye a quienes prefirieron el exilio.

Cuando se toma contacto con los criterios vertidos, puede vaticinarse un seguro boicot a las elecciones. La jefatura de la opositora Coalición Nacional, respaldada por Occidente, declaró que la convocatoria  indica que Asad “no desea una solución política al conflicto”. Admirable ¿no dicen por esos rumbos que las elecciones multipartidistas son elevada  y genuina expresión de la democracia? ¿Cómo rechazarla si les propicia competir en terreno neutral y pacífico?

En lo que a sus padrinos extranjeros respecta, vale pedirles que expliquen por qué los golpistas de Kíev son legítimos y los insubordinados del Donestk no, y a qué se debe que le den el visto bueno a las elecciones de mayo en Ucrania y se opongan a las de Damasco.

No admitir la validez de  esta cita a urnas, vuelve a poner al descubierto el rutinario doble rasero que permite a Israel continuar ocupando tierras palestinas cuando le niegan a los residentes autóctonos todos sus derechos. Quien diga que no es lo mismo guitarra que violín, en estos casos, se equivoca. Los muy adulterados manejos del concepto democracia  vienen probándolo.

Hay poco tiempo para presentar optantes. Incluso aún no se confirma si el mismísimo Bashar AL Asad participará del escrutinio o no. Tampoco si obstaculizar el proceso es atinado para quienes lo hagan o ese acto se vuelve contra ellos a escala de aceptación ciudadana.

Con respecto a Washington, Paris o  Riad, están habituados a correr estos riesgos y desmentir lo evidente. Incluso  a poner el dedo delante del sol…aunque se quemen. Quizás se confían demasiado en eso de que la Historia la escriben los vencedores. Hay varias pruebas de que no siempre es  así.


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Elsa Claro Madruga

Analista de temas internacionales

Se han publicado 2 comentarios


Nancy
 26/4/14 3:01

Muy bueno y esclarecedor el comentario.Felicitaciones para Elsa Claro por la brillantez conque aborda el conflicto bélico en Siria y la intromisión de occidente en ese país.

Salvador
 23/4/14 15:04

Estimada Elsa, me gustó mucho este comentario suyo, felicitaciones!!

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