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sábado, 16 de noviembre de 2024

Irán: a las puertas de un respiro

El proceso para una distensión entre Teherán y Occidente parecería cada vez más expedito...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 07/04/2015
1 comentarios

Las muy recientes conversaciones entre Irán y los integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, realizadas en Suiza, indican la posibilidad de un relajamiento en la controversia orquestada por los intereses hegemonistas en torno al programa atómico que desarrolla la nación persa.

En efecto, luego de doce años de tensiones y de todo un permanente cúmulo de amenazas y sanciones occidentales contra Teherán para obligarle a ceder en sus intentos de llevar adelante el uso pacífico de la energía nuclear, los presentes en Lausana llegaron a un entendimiento que tiene prevista su concreción en un plan cuyos términos técnicos y legales se negociarán hasta el 30 de junio próximo.

El pacto base, que demoró ocho días en ver la luz, establece, según varios medios de prensa, “el levantamiento de las restricciones impuestas por EE. UU. y la Unión Europea contra la República Islámica. Por su parte, Irán deberá reducir su capacidad de enriquecimiento de uranio”.

Según las propias fuentes, el acuerdo fue recibido con alegría en las calles iraníes, toda vez que finalmente no conculca para nada el legítimo derecho del país a avanzar en el uso pacífico del átomo.

Datos todavía no oficializados aseguran que Irán se comprometió a que su programa de enriquecimiento de uranio sea verificado de forma escalonada durante un cuarto de siglo por la Agencia Internacional para la Energía Atómica, en tanto la otra parte cesará su hostilidad contra la República Islámica, materializada en presiones económicas, financieras y políticas.

De hecho, todo indica que con este paso Teherán desarmaría de una vez las teorías mediáticas hegemonistas que le atribuían el “satánico” interés de hacerse con armamento nuclear, de manera que se enseñorease como una potencia emergente a escala de Asia Central y Oriente Medio, poniendo en “riesgo” a Israel (el mantenido de Washington en la zona) y a los regímenes derechistas árabes que también militan junto a la Casa Blanca y sus intereses geopolíticos.

Y como de burda propaganda hay una buena carga en este trance que parecería cercano a su final, voceros de la Casa Blanca y el propio Barack Obama emergieron de inmediato a la palestra pública para resaltar la pretendida “victoria” de una malabárica diplomacia oficial que pretende contentar, o al menos acallar, a moderados y ultraderechistas dentro del sistema norteamericano de poder.

Con un lenguaje que no dejó atrás trazas de desconfianza y veladas advertencias, el presidente norteamericano instó a vigilar el “estricto cumplimiento” de los términos de un acuerdo que proyectó como satisfactorio y siempre sujeto a verificación.

Además, resaltó —con la mira en la derecha del Congreso que deberá dar curso nacional al tratado— que en esta negociación Washington tuvo siempre en cuenta la seguridad de su eterno aliado sionista, el cual, dicho sea de paso, posee desde hace decenios todo un profuso arsenal atómico facilitado por Occidente y sin el menor control global.

La alusión obedece directamente a los pronunciamientos del recién reelecto y belicista primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien no ha cesado de alborotar ante la “abdicación” de Washington frente a Teherán, y al peligro de que este mantenga sus investigaciones atómicas.

En cuanto al Estado Islámico, los especialistas destacan varios aspectos que le favorecen cuando estarían a punto de concluir las negociaciones.

En primer término, el hecho de que no ha podido ser rebatido ni conculcado el derecho iraní al uso pacífico de la energía nuclear, ni mucho menos se estipula la anulación de sus programas de investigación y desarrollo en esa materia.

Por añadidura, en el tema de los “controles internacionales”, lo cierto es que Teherán admitió más de una vez inspecciones de los organismos globales relacionados con el uso del átomo, siempre y cuando esa labor estuviese descontaminada de malas intenciones y hasta intentos de utilizar a los involucrados en actos de espionaje o trasiego de información sensible.

En consecuencia, no será nada nuevo que durante un cuarto de siglo, y de manera progresiva y debidamente respetuosa, el personal internacional conozca del trabajo iraní en sus plantas de procesamiento de uranio.

Solo queda por ver si de aquí al 30 de junio no cambian las prioridades políticas de algunos que en Occidente hoy hablan de “logro sustancial”, para no retornar —a cuenta de acciones oportunistas— a la reedición de las tensiones y los peligros vigentes hasta hoy y que envenenaron la arena internacional por más de dos décadas.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


vangelys
 17/4/15 11:52

MANIOBRAS NESTOR....MANIOBRAS DESDE LA CASA BLANCA DE SU PRESIDENTE OBAMA..QUE HA ENFILADO SU POLITICA INTERNACIONAL EN EL CIERRE DE SU MANDATO A BUSCAR UN BALANCE DENTRO DE SU PARTIDO COMO UN JUEGO DE AJEDREZ JUDADA TRAS JUGADA, Y MUY SABIAS...CUBA E IRAN DOS TEMAS PENDIENTES HACE YA TIEMPO EN LA POLITICA NORTEAMERICANA PARA AMBOS PARTIDOS..POSICIONES POSITIVAS PARA EL FUTURO DEL PARTIDO DEMOCRATA, LAS ELECCIONES, LA OPINION INTERNACIONAL.....PANTALLA DE LA DIPLOMACIA DE EUA...QUE  NO DEJAN DE SER POSITIVAS...

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