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sábado, 16 de noviembre de 2024

Inmigrar hasta Europa: la ruta de la muerte

Las estrategias de la Unión Europea para tratar el fenómeno migratorio se concentran en reforzar sus puertas de entrada, no a tratar el problema en donde surge la migración...

Linet Perera Negrín en Exclusivo 29/04/2015
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La Unión Europea (UE) es uno de los principales receptores de inmigrantes desde el continente africano y el Oriente Medio: eritreos, etíopes, somalíes, libios, sirios que buscan mejorar su forma de vida dejando atrás sus países de orígenes por cuestiones políticas, económicas o conflictos armados.

Partiendo de Marruecos, Argelia, Senegal hacia las Canarias o atravesando el Estrecho de Gibraltar; embarcándose en Libia con destino a Italia; atravesando el Sahara para llegar al mar Mediterráneo; o los continuos asaltos a las vallas de las ciudades autónomas españolas de Melilla y Ceuta son solo ejemplos de las vías utilizadas por los inmigrantes para cumplir su sueño europeo, con finales, casi siempre, trágicos.

La presión migratoria sobre las fronteras comunitarias aumenta fuertemente cada año. El mapa elaborado por el Observatorio de Desplazamientos Internos (IDMC) de Noruega, que monitoriza los movimientos forzados en todo el mundo con datos proporcionados por los gobiernos, ONG y agencias de la ONU, señaló que en 1998 se registraron 19,3 millones de desplazamientos. Una tendencia que desde entonces siempre ha sido al alza. A diciembre del 2013 se constataron 33,3 millones, con un incremento de 4,5% con respecto al año anterior.

Por otra parte, otras cifran actualizadas indican que hasta abril del 2014 el número de personas detectadas en las fronteras de manera irregular era de 42 000.

La llamada ruta del Mediterráneo central —barcas que parten principalmente de Libia con extranjeros procedentes del Cuerno de África— concentra más de la mitad de los irregulares detectados hasta abril del pasado año, explicó Frontex, la agencia europea de protección de fronteras.

Mientras, el viaje por el Mediterráneo occidental reportó alrededor de 2 200 personas que intentaron entrar por Ceuta y Melilla en 2014.

Jan Egeland, secretario general del IDMC y António Guterres, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), destacaron lo preocupante de las cifras y alertaron sobre lo mal que se está haciendo a la hora de afrontar este problema y la necesidad de una solución solidaria.

INMIGRANTES Y SUS ORÍGENES

La inmigración hacia Europa proviene desde muchos países afectados por guerras, inestabilidad política o la poca calidad de vida. Entre los orígenes más frecuentes de los inmigrantes se encuentra el Cuerno de África.

Alrededor de 25 000 inmigrantes atraviesan el Mediterráneo rumbo a Europa desde 1999, partiendo desde países que forman parte de esta región

Por ejemplo, Eritrea es uno de los países más aislados y políticamente más represivos. A esto se le suman, las numerosas sequías que la han afectado desde que se independizó de Etiopía en 1993. Esto ha repercutido en la agricultura, la principal actividad de la cual depende alrededor del 80% de sus 6 millones de habitantes.

Mientras, Somalia tiene problemas similares y son agravados por la guerra civil que empezó en 1999, y la ausencia de un gobierno central efectivo.

Como parte del fenómeno migratorio hacia Europa, tenemos también aquellos que arriesgan sus vidas para atravesar las vallas de Melilla y Ceuta, ciudades autónomas españolas.

Ubicadas en la costa del norte de África y con límites con Marruecos son consideradas las puertas de entrada a España y al Viejo Continente. Según Frontex, ambas concentran actualmente el 6,5 % de la inmigración clandestina de toda la UE.

A propósito, la agencia de seguridad revelaba en su Informe Anual de Riesgo 2012 que Ceuta y Melilla, con más de diez millones de entradas anuales, eran la segunda frontera terrestre más importante de todo el bloque europeo.

Las vallas tienen más de tres metros de altura y alambres, equipo de vigilancia y un fuerte sistema de seguridad digital. Por lo tanto, además del riesgo de intentar llegar hasta ellas, se le suma el daño físico.

Cuando los inmigrantes llegan a la península, la mayoría de ellos son repatriados, aunque es cierto que en cuanto toquen suelo de Melilla les amparan las leyes de un estado de derecho. Sin embargo, el primer objetivo de esta Ley de Extranjería es su repatriación porque han entrado violentando una frontera.

Mientras, los inmigrantes que son interceptados en la valla, aunque sea en la parte española, son devueltos sin pasar por las oficinas de extranjería. Este proceso se reconoce como devoluciones en caliente de inmigrantes (inmediatamente después de ser interceptados).

Otras de las vías manejadas es la isla italiana de Lampedusa, situada en el Mar Mediterráneo. Según analistas, es un cuello de botella debido a su cercanía al norte de África.

En 2014, la oficina de la ACNUR indicó que el principal punto de presión en la migración es la ruta del centro del Mediterráneo. Italia recibió más de 140 000 inmigrantes en ese año y alrededor de 3 000 murieron o fueron reportados como desaparecidos en el mar en ese período.

En este contexto, y a raíz de la muerte de cientos de refugiados en las cercanías de la isla de Lampedusa, el gobierno italiano estableció en el 2014 una misión de búsqueda y rescate, denominada Mare Nostrum, apenas una leve solución para los problemas migratorios.

Actualmente, fue reemplazada por una menos costosa y más limitada operación llamada Triton, enfocada en patrullar una franja de 30 millas náuticas partiendo de las costas italianas.

De manera general, en dependencia de las leyes migratorias o las políticas establecidas por cada país europeo, los inmigrantes que pueden escapar de las autoridades de sus países y logran llegar al territorio corren el riesgo de ser capturados por las autoridades migratorias y devueltas al punto inicial.

Mientras, en otros casos son situados en centros de detención, bajo pésimas condiciones debido a la falta de atención, alimentos o la saturación en estos lugares que no tienen más capacidades para alojar a los inmigrantes.

Aunque la UE pone en práctica estrategias para tratar el fenómeno migratorio, estas se concentran en reforzar sus puertas de entrada, no a tratar el problema en el lugar donde surge la migración. Casi nada se menciona sobre posibles soluciones a las dificultades en las naciones africanas o del Oriente Medio.


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Linet Perera Negrín


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