Próxima a celebrarse la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE) en Bruselas, empiezan a demarcarse temas y posiciones entre dos regiones geográficas que poseen una visión política casi siempre diferente de los graves asuntos que afectan hoy a la Humanidad.
La cita de alto nivel en la capital de Bélgica se celebrará los próximos 17 y 18 de julio en medio de una lucha global por la imposición de Estados Unidos (EE.UU.) de una política unilateral con la cual esa potencia pretender erigirse como líder imperial ( lo que equivale a que Europa pasaría a ser su patio trasero), mientras latinoamericanos y caribeños intentan dejar de serlo, en su mayoría.
Como ya es habitual, en estas Cumbres, el 13 y 14 próximos tendrá lugar el foro de los pueblos, apoyado por las izquierdas, un espacio que defiende la soberanía del Sur, en momentos en que –y desde hace muchas décadas- los grandes bloques capitalistas buscan imponer su visión con acuerdos y propuestas condicionadas.
Denuncio la falta de transparencia y la conducta manipuladora de la Unión Europea en la preparación de la III #CumbreCelacUE, que ponen en serio riesgo el éxito de la reunión.
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) July 10, 2023
Resta poco tiempo, pero aún no es demasiado tarde para evitar un fracaso.
1/2 pic.twitter.com/ftnT0f0RzU
De manera oficial no se analizarán asuntos que, según la agenda conocida, son preocupantes para los dignatarios vinculados a una nueva visión socio-económica global.
A pocos días de efectuarse la III Cumbre a la que se esperan asistan los 33 países del norte, sur, Centroamérica y el Caribe, y los 27 del llamado Viejo Continente, la diplomacia bilateral enuncia a veces de manera solapada y otras a todo pecho, los propósitos reales de la III Cumbre en un planeta dañado por los catastróficos resultados de la pandemia de la Covid-19, el desplome económico mundial y las guerras locales o entre naciones.
Lo que Europa busca, en realidad, es que los gobiernos latinoamericanos se alineen a su posición contra Rusia en su actual conflagración con Ucrania, y de hecho con EE.UU., lo cual desde ahora se vislumbra como el gran fracaso de esta reunión en la que se observa la falta de influencia de esos dos grandes bloques en la zona sur latinoamericana.
La UE tiene entre sus planes la propuesta de una rotunda condena a Rusia por su operación especial en Ucrania, iniciada en febrero del pasado año, lo cual le resultará muy complicado pues la Celac posee otros criterios sobre la defensa de la paz local y mundial.
Aunque siempre habrá en esa zona del Sur algún país –dado los movimientos geopolíticos que tienen lugar en esa área de unos 662 000 000 de habitantes- que se una al coro guerrerista de la OTAN -considerando declaraciones de sus presidentes- la Celac declaró la región en 2014 como zona de paz y hasta ahora ha evitado adoptar posiciones que laceren sus vínculos con Rusia, fortalecidos en el aspecto económico en condiciones de igualdad y respeto. Para la vicepresidente del Partido de la Izquierda Europea, Maite Mola, participante en una reciente reunión del Foro de Sao Paulo, existe consenso regional sobre el respaldo a toda iniciativa que procure ¨una salida política y diplomática al conflicto bilateral¨ en el que están muy involucrados EE.UU. la UE, con la OTAN, junto a Kiev, desatando una ola de rusofobia en el mundo.
Mola, responsable de relaciones internacionales de 40 partidos europeos, recordó que en el foro nacido en el estado brasileño de Sao Paulo por iniciativa del fallecido líder cubano Fidel Castro y el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, ahora en su tercer mandato, los Gobiernos de Argentina, Uruguay, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú, Venezuela, Colombia, México, Puerto Rico, Guatemala, República Dominicana, Cuba, El Salvador, Haití y Nicaragua mantuvieron esa postura, que seguramente repetirán en Bruselas.
Fuentes cercanas a la III Cumbre destacan que en la propuesta de declaración final se resalta el apego de ambos continentes a los principios de la Carta de Naciones Unidas, incluyendo el derecho a la soberanía y a la integridad territorial; también a la resolución de conflictos por medios pacíficos y en conformidad con los principios de justicia y derecho internacional. En la propuesta de la cumbre alternativa, se alude también a la Carta de la ONU.
Esos medios indicaron que aunque no menciona a Cuba, en el documento, si es aprobado, se exige que se eliminen las medidas coercitivas de EE.UU. contra otros países.
En una reciente visita a La Habana, el Alto Representante de la UE, Joseph Borrell, se pronunció contra el bloqueo de más de 60 años que la Casa Blanca impuso al pueblo cubano y la inclusión de la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo, lo cual paraliza la economía local.
LA UE QUIERE PENETRAR LA ECONOMIA
Nadie piense que los europeos, donde los partidos de derecha ganan fuerza en cada proceso electoral, están interesados solo en la adhesión latinoamericana y caribeña a sus ambiciones guerreristas en Ucrania, que le representan ganancias millonarias.
Es conocido que la UE quiere expandirse por Latinoamérica, donde ha perdido credibilidad y confianza. Los antiguos colonialistas de las tierras sureñas pretenden, como su aliado estadounidense, desplazar a potencias económicas, como Rusia y China, del escenario del Sur, donde abundan las materias primas y recursos naturales, mano de obra barata y en algunas plazas la errónea mentalidad de que sus antiguos esclavistas desean la cooperación en igualdad de condiciones.
Son numerosos los países que mantienen óptimas relaciones económicas basadas en la igualdad y el respeto (palabras desconocidas en el ámbito capitalista) con los dos gigantes que suscriben sus acuerdos sobre la base de igualdad de condiciones.
Uno de los últimos ejemplos de ese acercamiento que ha dejado atrás a Europa fue la visita realizada a China por la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, quien poco antes formalizó las relaciones diplomáticas con Beijing.
Durante seis días, Castro desarrolló una intensa agenda para captar inversores, en interés de impulsar la modernización de la nación centroamericana y enfrentar los pagos de la deuda externa, asuntos que conversó con su par Ji Xiping.
La UE, además, quiere más miembros latinoamericanos en la OTAN para empujarlos a sus guerras. Mediante tres países, Colombia con estatus de "socio en todo el mundo", y Argentina y Brasil como "aliados principales extra-OTAN" (desde 1998 y 2019 respectivamente), está presente la alianza atlántica integrada por 21 países. Pero tanto Europa como EE.UU. desean más.
Otro factor en contra que lleva la UE a esa reunión es el impulso del Grupo Brics, en plena fase de crecimiento –solicitado por 17 países entre ellos tres latinoamericanos- y su nuevo Banco de Desarrollo liderado por la expresidenta Dilma Rousseff con diversas modalidades de crecimiento sostenible.
El Grupo está integrado hasta ahora por Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica, las cuatro primeras consideradas entre las economías más poderosas a nivel global y alineadas bajo las mismas consideraciones que la CELAC.
Aunque Europa insiste en la modernización de sus acuerdos con Chile y México y el cierre de otros con el Mercado Común del Sur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), la Celac apoya la actual posición de Brasilia en el rechazo a los ¨mecanismos proteccionistas¨ de los europeos.
Las negociaciones entre los dos grupos zozobran en medio una nueva tempestad. La UE exige nuevos requisitos medioambientales que fueron rechazados en la 62 reunión del Mercosur en Puerto Iguazú bajo la presidencia protémpore de Brasil. Argentina, saliente en ese cargo, también se opone.
Para el anfitrión, el mandatario argentino Alberto Fernández, la oferta europea está “excesivamente centrada en lo ambiental, con nulo registro de las tres dimensiones de la sostenibilidad: la ambiental, la económica y la social”.
Lula da Silva fue más crítico: “Es inaceptable. Los socios estratégicos no negocian sobre la base de la desconfianza y la amenaza de sanciones”.
Las críticas de sus socios exasperan a las autoridades uruguayas, que presionan sin éxito para avanzar con Europa, por un lado, y con China, por otro, bajo la amenaza de romper Mercosur si se mantiene la parálisis actual.
Otro tema conflictivo son las nuevas llamadas inversiones verdes y digitales que, desde Bruselas, la UE presenta a América Latina. Se trata de la transformación digital y en energías renovables (hidrógeno verde y litio).
Economistas advierten que el tema digital es complejo. En marzo pasado, en Colombia, la UE auspició la Alianza Digital entre los dos continentes, pero expertos refieren la complejidad del tema, que debe ser controlado por el Estado.
La UE, bajo la presidencia temporal de España, antigua potencia colonialista de gran parte de América Latina, deberá ir con sus mejores armas a esta III Cumbre, donde el paraguas de la exclusión, en este caso de Venezuela y Nicaragua, sigue opacando la cita.
Si son inteligentes, los españoles no se meterán en discrepancias con una mayoría de países que pueden decidir ausentarse de Bruselas, como ya lo hicieron durante la Cumbre de las Américas auspiciadas por Joseph Biden en California, con un saldo ridículo para la diplomacia estadounidense negada por razones ideológicas a invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Una postura que contradice los principios de la Celac, que plantea la unidad dentro de la diversidad de sus socios.
UNA MANIOBRA CONTRA LOS PUEBLOS
Es evidente que la UE maniobra para evitar en la plural cumbre de los pueblos la presencia de determinados países con exclusiones presenciales, según denunció en días recientes la Asociación Cubana de Naciones Unidas, que rechazó la falta de información oportuna y la exclusión de participantes ¨de la sociedad civil, juventud y autoridades locales¨.
#Cuba irá a la #CumbreCelacUE con espíritu constructivo y contribuirá en todo lo posible a fortalecer, sobre bases de igualdad y respeto mutuo, el diálogo y la cooperación entre la #CELAC y la Unión Europea, para beneficio de nuestros pueblos, de ambas regiones y del mundo.
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) July 10, 2023
2/2 pic.twitter.com/dLGXaeoNFX
La presidente de la ACNU, Norma Goicochea, rechazó en La Habana el formato propuesto por los europeos que no se ajusta, dijo, a la decisión adoptada por los cancilleres de los dos bloques efectuadas en Buenos Aires, Argentina, el 27 de octubre del pasado año.
Goicochea explicó que el foro social no lo organiza la UE sino una plataforma de organizaciones, y su nueva propuesta unilateral desconoce a la Celac y su articulación social basada en un enfoque integracionista y de justicia social.
El programa propuesto ahora carece de temas que aborden las dificultades de diverso tipo que enfrentan los países tras la pandemia de la Covid-19 y la profunda crisis económica actual; al propio tiempo evita la discusión sobre la necesidad de reformar la arquitectura financiera y el orden económico vigente.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.