El Pulgarcito de América vuelve a las urnas

Cuando faltan solo dos días para que el electorado salvadoreño retorne a las urnas en busca de su nuevo presidente, hasta ahora los analistas coinciden en que la victoria recaerá, otra vez, en el candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) Salvador Sánchez Cerén, vicepresidente de la nación centroamericana y uno de los líderes históricos de esa organización guerrillera, en tanto la derecha se irá por la puerta trasera.

En la primera vuelta electoral, efectuada el pasado 2 de febrero, Sánchez Cedrén, alcanzó el 48,92 por ciento de los votos, cuando necesitaba el 50 por ciento más uno para alcanzar la presidencia nacional. En esta oportunidad se medirá con Norman Quijano, representante de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), en segundo lugar con un 38,93 por ciento.

Cinco años atrás, ARENA fue derrotada luego de cuatro períodos consecutivos de gobierno por el postulado del FMLN, el periodista Mauricio Funes, quien aunque no ha podido transformar la nación de manera estructural como pretendía, dados los embates y presiones de la derecha, si logró importantes avances para el país, devastado por el neoliberalismo y décadas de guerra civil.

La presunta victoria de Sánchez Cedrén, una figura política respetada en El Salvador, país de 21mil 041 km² de extensión, representa una continuidad de la política del Frente, pero con variantes más avanzadas. Mi gobierno, afirmó, hará un gobierno inclusivo de todas las fuerzas que deseen unirse a su administración y sus planes de desarrollo nacional.

Analistas consideran que luego de las experiencias obtenidas durante la gestión de Funes, las ideas de su sucesor se abrirán paso en un pueblo que ya conoce qué es ARENA, un partido corrupto y de derecha, que nunca resolvió los acuciantes problemas de la pequeña nación de Centroamérica.

En lo que ha denominado “gran proyecto nacionalista”, Sánchez Cerén afirmó que junto a su equipo gubernamental se propone atacar los principales problemas socio-económicos, dando prioridad a elevar los niveles productivos de las pequeñas y medianas empresas y atraer inversiones.  De ahí su programa gubernamental en el que, dijo, debemos alcanzar mayores crecimientos en la economía y diversificarlas, además de enrumbar planes para eliminar la delincuencia y el narcotráfico en que participan millares de jóvenes.

Los planes oficiales del FMLN se desenvuelven en torno a tres ejes fundamentales, luego de ser aprobados en 2013 en una amplia consulta popular. Ellos son: la generación de empleos,  seguridad ciudadana y educación. Sánchez Cerén realizó una gran reestructuración educativa durante la actual gestión de gobierno.
Las encuestas realizadas por prestigiosas firmas sobre quién ganará los comicios indican que el FMLN lo hará con una ventaja superior a la de la primera ronda (un 10 por ciento). Algunos sondeos marcan una diferencia de 18 puntos porcentuales.

Es evidente que la administración de Funes representó un antes y después en la también llamada Tierra de los Volcanes y Tierra de la sonrisa. Cuando ganó lo hizo con solo un tres por ciento por encima de ARENA y en cinco años de gestión se observan algunos cambios importantes en la nación, cuya economía está en manos de la gran oligarquía local.

No obstante, bajo la administración de Funes, el nivel de pobreza –siempre según CEPAL- se redujo un 1.3% entre 2010 y 2012, pasando de un 46.6 % a un 45.3%, respectivamente.  Hay que considerar que la principal contradicción del mandatario con la derecha es que los grandes actores económicos nacionales poseen un modelo centrado en las ganancias y no en las personas.

Otra de las grandes preocupaciones del próximo dignatario en sus cinco años de gestión es la reducción de la violencia, un camino iniciado por Funes. El Salvador es el segundo país más violento del mundo, debido a la proliferación de las pandillas juveniles y de narcotraficantes, las que en 2012 acordaron la pacificación para reducir el índice de asesinatos.

Sánchez Cerén, solicitó a sus seguidores que se impida el regreso de ARENA, que amenaza con eliminar a los grupos delincuentiles con “mano dura” si obtiene la victoria.

Su postulado Quijano advirtió a las organizaciones Mara Salvatrucha y Barrio 18 –ahora en relativa tregua desde el 2012- que “combatirá a los Mara movilizando a todo el Ejército si es necesario”.

En entrevista con la agencia Reuters, el candidato de la derecha  afirmó que “tenemos un país tomado por la criminalidad y es inviable sino llega un presidente con carácter y determinación”. Quijano, 67 años, de profesión odontólogo, fue alcalde de San Salvador, la capital nacional.

Debido a la detención de los asesinatos entre Maras, que libraban encarnizadas luchas entre sí, las muertes bajaron desde una tasa de 66 por cada 100 mil habitantes en 2010, una de las más altas del mundo, a 40 el año pasado, indicaron cifras gubernamentales.

Anterior al llamado proceso de pacificación impulsado por Funes, El Salvador registraba cifras de hasta 15 homicidios diarios. En 2012 el promedio fue de 6,82 muertes a diario y en 2013 las autoridades nacionales de Seguridad  indicaron que se mantenía entre 6,5 y 7 homicidios por día.

La respuesta de líderes de esas agrupaciones de delincuentes juveniles dijeron a la misma agencia Reuters que ARENA envió un mensaje violento en vez de tratar de abonar al proceso de paz.

Además del ya previsto conflicto con los pandilleros, ARENA se enfrenta en estas elecciones a un grave problema interno, luego de que se demostrara que el ex presidente Francisco Flores, representante de ese partido, se robó 10 millones de dólares enviados por Taiwán para asistir a víctimas de dos terremotos durante su mandato.

Los ojos de América Latina y El Caribe estarán puestos este domingo en El Salvador, donde si gana Sánchez Cedrén habrá al menos esperanzas para el Pulgarcito de América.