El fracaso del buitre Martinelli con Venezuela

El derechista presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, se ha estrellado públicamente en dos ocasiones en los últimos días, al tratar de llevar al seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) la situación interna de Venezuela creada por grupos neofascistas sin reparar, ni él ni sus mandantes, que en esa institución antes burdamente manejada por Estados Unidos, están representados miembros de gobiernos democráticos e integracionistas, opuestos al golpe de estado blando contra la República Bolivariana.

Martinelli, empresario y político, es un millonario aliado de Estados Unidos y reconocido como uno de los líderes de la derecha regional. Primero presentó este mes ante la OEA una moción para analizar el por él "llamado caso de Venezuela", pero los miembros de la institución se negaron a aceptar cualquier tipo de intromisión en los asuntos internos de la nación suramericana.

¿Pensó quizás este mandatario de la escuela estadounidense que las naciones latinoamericanas y caribeñas, enfrascada cada una en sus esencias e ideologías pero tratando de unir a la región en criterios únicos de dignidad y soberanía, se prestarían a un sucio juego como hicieron con Cuba en la década del 60 del pasado siglo?. ¿Acaso el declarado archienemigo de la Revolución Bolivariana creyó que ese viejo truco funcionaría en el 2014?

Lo cierto es que Martinelli, que termina su mandato en meses, fue a la OEA por lana y salió trasquilado, ya que a pesar de la guerra mediática contra Caracas, la verdad se impone y las grandes masas revolucionarias de la región y los gobiernos democráticos conocen que la escalada desestabilizadora contra Venezuela –fortalecida desde hace mes y medio por grupos vandálicos-  fue creada por la oposición interna apoyada por personajes como el dirigente panameño.

Este individuo es propietario de la cadena de Supermercados 99, una de las empresas privadas más grandes de su país, preside la Importadora Ricamar, y pertenece a las juntas directivas de otras importantes firmas.

Además de Super99, dirige la junta de la Central Azucarera La Victoria, de la empresa ERA y de la fábrica de plásticos Plastigol. Bajo su mandato operan empresas como Gold Mills de Panamá, Global Bank, Panasal S.A., Televisora Nacional de Panamá, Direct TV, Desarrollo Norte S.A. el Molino de Oro, AVIPAC y Calox Panameña, entre otras.

Observadores opinan que como el expresidente colombiano Álvaro Uribe está demasiado implicado en los planes de desestabilización contra Venezuela –lo cual es de público conocimiento-, los halcones de la Casa Blanca pensaron en Martinelli, cuyo país ha mantenido un bajo nivel en las relaciones internacionales, era el hombre para este momento.

Recuérdese que el plan escalonado de derrocamiento de la Revolución Bolivariana comenzó en el año 1999, cuando el fallecido comandante Hugo Chávez Frías asumió el gobierno y declaró socialista su proyecto político, el cual cuenta con el apoyo de la mayoría del pueblo revolucionario y las naciones democráticas del continente sur y El Caribe. Durante todos estos años Uribe fue un enemigo público de la Revolución Bolivariana.

Tras la muerte de Chávez hace un año y la asunción de su sucesor Nicolás Maduro, electo en proceso democrático en las urnas, Estados Unidos, a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y sus miembros en Caracas, aceleró el movimiento de desestabilización que ha desembocado en los atentados nazi-fascistas, con un saldo hasta hoy de 31 muertos, más de 500 heridos y pérdidas por 10 mil millones de dólares.

Las preocupaciones del Mandatario sobre lo que ocurre en Venezuela y las libertades democráticas fueron cuestionadas por el analista y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Panamá, Miguel Antonio Bernal, quien le recordó a BBC Mundo la represión de indígenas en Bocas del Toro en 2010 o de Colón en 2012, con un alto número de asesinados por orden del ahora preocupado jefe de gobierno por los derechos humanos en Venezuela.

"Al gobierno de Martinelli, afirmó el intelectual, no le han preocupado los derechos humanos de los panameños, ¿cómo le va a preocupar los derechos de los venezolanos?".

Ante la actitud del Mandatario itsmeño, en soberana decisión, Venezuela rompió relaciones diplomáticas y comerciales con su país.

En julio último, Martinelli había visitado Caracas para entrevistarse con Maduro y exigirle el pago a sus empresarios de unos mil millones de dólares por uso de la zona libre de Colón, lo cual, según el canciller Elías Jaua, era un pretexto en momentos en que la situación económica era difícil para la Revolución. La cifra, dijo, está envuelta en maniobras de corrupción y especulación, ya que –coinciden economistas- los venezolanos hacen poco uso del Canal interoceánico.

NUEVO FRACASO DE LOS DERECHISTAS MARTINELLY Y COMPARSA

Luego de su primer fracaso ante la OEA, Martinelli insistió y fue aún más lejos. En un gesto casi insólito en la diplomacia le cedió el asiento de su representante en la OEA este viernes a la diputada opositora venezolana María Corina Machado para que hablara de la situación interna venezolana en ese órgano.

En un encuentro previo con la prensa, la diputada derechista "exigió" a la OEA —fuera del Plenario, adonde nunca llegó— la aplicación de la Carta Democrática Interamericana para una intervención directa en territorio venezolano. Como es sabido, la entidad, con sede en Washington, fue dirigida durante décadas como una marioneta por Estados Unidos, que es uno de sus miembros solo por su carácter imperial.

Centrada en críticas e impertinencias, la dirigente derechista no mencionó, empero, que está acusada en su país de ser una de las autoras intelectuales de los planes de desestabilización fascista, que incluye el desabastecimiento de alimentos, atentados a revolucionarios con el uso de francotiradores, destrucción de inmuebles estatales, entre ellos, la semana pasada una Universidad de las Fuerzas Armadas Bolivarianas donde estudiaban más de tres mil jóvenes.

Por las acciones en que se ha verificado está implicada, si el Tribunal Supremo de Justicia pide su detención al gobierno, Machado está sujeta a penas de prisión de hasta 27 años.

Caraqueña, nacida en 1967, ella creció en el seno de una familia de empresarios conservadores y católicos. Sus familiares afirman que ella tuvo “una infancia protegida de la realidad”- es decir de gobiernos dictatoriales, el Caracazo, la pobreza, el analfabetismo- pues fue educada en una escuela católica para niñas.

Para observadores, esta mujer, calificada como una de las incitadoras a la violencia neonazi, le anotó el segundo error a la derecha regional y en especial a Martinelli, cuando el Consejo Permanente de la OEA le negó el uso de la palabra con 22 votos en contra, tres a favor y nueve abstenciones.

Para la OEA, la presencia de la diputada del partido derechista Un Nuevo Tiempo resultó inaceptable en una entidad que, también es cierto, años antes había aprobado la caída de regímenes democráticos, de invasiones y de otros planes de Estados Unidos en la región sur, solo que esta vez cerró filas democráticamente junto al gobierno de Caracas, pues el entorno político es absolutamente diferente.

Amén de que la mayoría de los gobiernos representados en la OEA son miembros de los núcleos integracionistas regionales patrocinados por Venezuela, la diplomacia internacional conoce quién es este personaje femenino directamente vinculado a los aberrantes acontecimientos ocurridos en su país.

A principios de la semana pasada, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela (AN), Diosdado Cabello, presentó una denuncia formal ante la Fiscalía General con el propósito de solicitar el antejuicio de mérito para la diputada Machado.

Los 95 diputados de la bancada del oficialismo firmaron el documento y solicitaron una investigación profunda de los órganos competentes para conocer en detalle la participación de la derechista – que busca protagonismo en su carrera política- en los actos neofascistas.

El gobierno venezolano planteó que solo la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) es el órgano regional confiable y apto para conversar sobre los acontecimientos en el país. Los próximos 25 y 26 de marzo habrá en Caracas una reunión de cancilleres de esa entidad con tal propósito.

Incluso Caracas solicitó a esa entidad sureña que acompañe los diálogos de paz que se vienen celebrando en los Estados y municipios, en los que, sin embargo, la mayoría de la oposición no participa.

Por ahora, Machado es representante alterna de Panamá ante la OEA y al parecer no volverá a Caracas a enfrentar los cargos en el Parlamento. Seguirá, eso sí, amenazando desde lejos en su cuenta en Twiter, en la que, al ver su fracaso político internacional, aseguró: “No saben lo que les espera”, sin esclarecer si es al pueblo revolucionario venezolano o al “castigo” que Estados Unidos desearía imponer a los miembros de la OEA.