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miércoles, 27 de noviembre de 2024

El Brexit es un hecho

A finales de enero Londres dirá adiós a la Unión Europea. Un paso que todavía suma muchos detractores internos que no ven claras las consecuencias de semejante ruptura en materia de ganancias comerciales y económicas para Gran Bretaña...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 11/01/2020
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Brexit, Reino Unido
El Brexit comienza a concretarse de manos de Boris John-son, al tiempo que no pocos todavía se preguntan que realmente pasará en los meses cercanos.

La confirmación de Boris Johnson como primer ministro británico en los comicios del 12 de diciembre último, y la amplia mayoría lograda por los conservadores en el Parlamento, fueron sin duda la señal de que finalmente Gran Bretaña desataría amarras con relación a sus vecinos regionales.

Johnson contó desde entonces con la aplanadora de 365 escaños parlamentarios de los 650 que componen el andamiaje legislativo, y por tanto con la seguridad que podía dar vuelta a la página de un conflicto político que se prolongó por tres años y costó el cargo a su antecesora Teheresa May.

Desde entonces el camino ha sido raudo en la concreción del Brexit. Sucesivas consultas parecieran “haber cumplido lo que aparentemente la gente quería en Gran Bretaña”, al decir de algunos medios de prensa, deseo que su primer ministro está ávido por culminar de inmediato.

Así, hace apenas unas horas, el parlamento británico, por 300 votos a favor y 231 en contra, dio luz verde total a la ejecución de un divorcio que por primera vez en su historia despoja a la UE de uno de sus miembros, a la vez que crea a un competidor independiente a unos pocos kilómetros de las costas continentales, y al que Donald Trump ha cortejado en los últimos tiempos como un posible “gran socio comercial” norteamericano una vez rotas sus obligaciones europeas.

Ahora solo se espera a que la disposición se convierta en ley en las próximas semanas, para luego entrar en un largo proceso de negociaciones entre las partes, de manera que se establezcan las nuevas regulaciones en sus vínculos bilaterales.

En consecuencia, precisan medios de prensa, la atención ya se orienta hacia las conversaciones a largo plazo entre Londres y sus ex socios que deben iniciarse a fines del 2020, cuando concluya el período de transición que separe definitivamente a ambas partes.

De todas formas, todo indica que para Boris Johnson los plazos son muy largos, y al parecer se inclina por presionar a la UE para imprimir velocidad a todos los trámites pendientes, una pretensión que no es del gusto de la nueva presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen.

Para la funcionaria “ambas partes deberíamos preguntarnos seriamente si todas estas negociaciones son factibles en tan poco tiempo", toda vez que deben incluir, junto a un acuerdo de libre comercio bilateral, la concreción de un tratado mutuo en torno a asuntos internacionales y seguridad, entre otros asuntos.

Por lo pronto, y luego de 47 años de una “relación complicada” con la UE, tocó al conservador Boris Johnson soltar amarras con respecto a sus cercanos vecinos continentales, y materializar la cuestionada inclinación del cincuenta y dos por ciento de los británicos que en 2016 dieron el sí a la implementación del Brexit.

Un paso que, por otro lado, todavía suma muchos detractores internos que no ven claras las consecuencias de semejante ruptura en materia de ganancias comerciales y económicas para Gran Bretaña.

En fin…esperar para ver…y mientras todo indica que el adiós definitivo se impondrá en apenas meses sobre el Canal de la Mancha.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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