El presidente de Burkina Faso, teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba decidió la creación de dos zonas de interés militar, donde se prohibirá la presencia ciudadana como táctica para enfrentar la escalada extremistas en la región septentrional.
Fuentes del mando indicaron que allí son sitios en los que en breve se realizarán operaciones, lo cual confirmó el criterio de observadores de que este puede ser el preámbulo de una reacción decisiva para enfrentar la presunta ofensiva islamista que en cierta forma motivó la caída en enero del presidente Roch Marc Christian Kaborè .
Esa determinación es una respuesta castrense al aumento de ataques que en recientemente causó 86 muertos en la localidad norteña de Seytenga, según recuento oficial, y 150 conforme el opositor Movimiento del Pueblo para el Progreso (MPP), cifras que inquietan al continente.
Tal masacre se considera que es una de las peores perpetradas en el país en lo que va 2022, mientras se recuerda que una mayor ocurrió el pasado año en la aldea minera de Solhan, perpetrada mayormente por niños-soldados al servicio de una pretendida Yihad o Guerra Santa islámica.
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Asimismo, el jefe del Gobierno de transición, Sandaogo Damiba, también convocó al Consejo Superior de la Defensa Nacional (CSDN) para un análisis sobre ”la situación de seguridad aún preocupante" en el país, pese a los esfuerzos del conjunto las fuerzas de seguridad en la lucha contra los fundamentalistas.
Por su parte, el comandante de operaciones, teniente coronel Yves Didier Bamouni, reiteró la orden y precisó que esas áreas estarán enclavadas en el este y la región del Sahel, en el norte burkinés, las cuales se establecerán "para una mayor eficacia en la lucha contra la hidra terrorista".
Según avanzaron medios de prensa, esas zonas de exclusión forman parte de la provincia de Soum, en la frontera con Malí, y las reservas protegidas entre de Pama y el parque W en el oriente del país, sitios con significativa importancia para la seguridad por estar identificados como refugios de extremistas de distorsionada filiación islámica.
El territorio septentrional de Burkina Faso integra la llamada zona de las tres fronteras por tener lindes con Mali y Níger, países con los que comparte la inseguridad ante la violencia, por la cual emigran millares de ciudadanos que huyen de los asaltos de las katibas, los destacamentos extremistas armados.
Además el Consejo decidió formar una Brigada de Vigilancia y Defensa Patriótica (BVDP) con todos los Voluntarios por la Defensa de la Patria (VDP), personal auxiliar civil comprometido en las diversas comunas del país con el enfrentamiento a los grupos extremistas.
Didier Bamouni advirtió que todo miembro de las fuerzas armadas que abandone su cargo o equipo "será sujeto a procesos disciplinarios y penales", lo cual subrayó la conducta que deben mantener los militares en este conflicto de baja intensidad en el País de hombres íntegros, como le identificó el expresidente mártir Thomas Sankara.
Burkina Faso sufre una escalada de violencia desde que en 2015, cuando grupos insurgentes se expandieron en el norte y centro del país, para forzar la conversión del Estado en entidad basada en la interpretación rigorista de la Sharìa o legislación islámica, una contienda que ya causó miles de muertos y 1,9 millones de desplazados.
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