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jueves, 16 de enero de 2025

Biden, ¿Salvando la honrrilla?

Sin importar lo que pase después, la salida de la lista es un acto de elemental justicia hacia Cuba...

Guillermo Suárez Borges en Exclusivo 15/01/2025
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Publican carta abierta en el New York Times exigiendo a Biden revertir la política de Trump hacia Cuba
Publican carta abierta en el New York Times exigiendo a Biden revertir la política de Trump hacia Cuba. (MinRex)

A muchos tomó por sorpresa que el presidente estadounidense Joe Biden, en sus últimos días de gobierno, se decidiera a "hacer (algo de) justicia" en el caso de Cuba.

Y hace esto repitiendo los modales que su predecedor utilizara con él, solo a pocos días de que se cumpla el término para que abandone la Casa Blanca y de entrada nuevamente al magnate Donald Trump.

Y digo hacer justicia porque la reinclusión de Cuba en el llamado listado de países patrocinadores del terrorismo hace cuatro años por esta fecha, dejó a todos boquiabiertos cuando Estados Unidos se las ingenió para convertir al garante de la Paz para las negociaciones entre guerrilleros y gobierno en Colombia, en un promotor del terrorismo.

Si la moral y el honor fueran los principales medidores de la política de nuestro mundo actual, pudiéramos decir que Estados Unidos sería el gran perdedor con esa designación pues la credibilidad y el prestigio de ese poderoso país quedó una vez más en tela de juicio con la mentirosa designación de la pequeña Cuba.

Pero no, días después de aquella notoria movida política ya comenzaban socios comerciales, bancos y entidades extranjeras en cualquier lugar del mundo a rechazar las relaciones con Cuba, a negarse a recibir transacciones y a dificultar aún más la situación, que ya era difícil, justo en la puerta de salida de la pandemia de Covid-19.

El retorno a la lista esta vez tendría consecuencias enormes que se arrastran hasta el día de hoy y son evidentes en una reducción significativa del nivel de vida de los cubanos, dada la metódica la aplicación y el reforzamiento del bloqueo estadounidense y fundamentalmente, de su extraterritorialidad, diríamos, como nunca antes.

Recordemos que en aquel primer mes del año 2020 Cuba ya había transitado por cuatro años de incesantes medidas de coacción y sanciones generadas por aquella primera administración Trump, plagada de funcionarios anticubanos que aprovecharon de manera eficiente su estancia en la Casa Blanca para lograr el máximo daño.

Medidas de Trump
(Cubahora / Cubahora)

Muchos de los que leyeron este anuncio de la administración saliente ayer, reaccionaron de manera pesimista, muchos se preguntan cuánto podrá durar una medida como esta tomada en el noveno inning, para utilizar términos beisboleros, ante la llegada de la misma administración que nos colocó en aquella lista en el 2020.

Y claro que lo primero que habría que decir es que el presidente Biden ha tomado esta medida demasiado tarde, lo cual hace dudar de sus verdaderas intenciones. Su tardía acción hace pensar que ha pagado a su sucesor con la misma moneda, como si fuera un juego, al excluir a Cuba de la lista casi en el mismo momento final de su administración, mismo periodo que utilizara el republicano para reincluirnos hace 4 años.

Sin importar lo que pase después, la salida de la lista es un acto de elemental justicia hacia Cuba y un indudable resultado de los internacionalmente extendidos reclamos que ya se habían hecho muy comunes en discursos de las Naciones Unidas.

Claro que ante la llegada de la nueva administración esta medida puede ser absolutamente revertida. Si se van a guiar estrictamente por el "librito", deberían buscar una nueva justificación que permitiera la reclusión de Cuba en el espurio listado, ya que la facilitada por Colombia en aquel momento de la mano del derechista Iván Duque, más allá de poco creíble hasta para los norteamericanos, ahora mismo no va a ser posible con Petro.

Y ha sido precisamente el presidente colombiano Gustavo Petro uno de los primeros en reaccionar favorablemente al anuncio, a los que también se unieron el presidente brasileño José Ignacio Lula da Silva, el colombiano Luis Arce y el recientemente inaugurado Nicolás Maduro, entre otros.

Nadie puede dudar de las capacidades reales de Marco Rubio, Secretario de Estado entrante, para incluir a Cuba en esta lista por cualquier razón, pero repito, si se van a guiar por el "librito" tendrían que buscar una nueva justificación y generar un análisis multi agencia dentro de Estados Unidos que justifique el regreso de Cuba al listado. ¿Necesitará esa administración justificar algo?

Los otros dos anuncios de ayer, es decir, la suspensión del título tercero de la Ley Helms Burton y la eliminación de la lista de entidades restringidas, no necesitan tanto trabajo de mesa para ser reinstauradas, incluso esta última pudiera ser engrosada con nuevas entidades, actualizada, y convertida en algo mucho más dañino para Cuba.

En cualquier caso, Biden ha demostrado una fría paciencia en el caso de Cuba, recordemos que era él el vicepresidente de Obama en el momento en que nuestros dos países han estado más cerca de sostener una relación normal.

Biden conocía el caso de Cuba en detalles y sabía desde el día número uno que llegó a la Casa Blanca en enero de 2020 lo que tenía que hacer, incluso lo había dicho.

Las ambiciones de siempre respecto a Cuba y las presiones de siempre en el entorno doméstico estadounidense impidieron que estas medidas pudieran tomarse años antes con una ventana real de recuperación de oportunidades para Cuba y su pueblo.

Con esta decisión tardía e incompleta Biden, no intenta otra cosa, que salvar la honrrilla.


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Guillermo Suárez Borges

Soy funcionario de más de 30 años de experiencia del servicio exterior cubano con misiones diplomáticas cumplidas en Guyana, Líbano, y la misión permanente de Cuba ante las Naciones Unidas. Mis últimos años de trabajo han transcurrido como especialista en medios estadounidenses para la dirección general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores.


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