El desafío de Sánchez Cerén frente al Pulgarcito de América Latina

Este domingo el nuevo presidente de El Salvador, el ex comandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén, asumirá la presidencia de su país con un plan de continuidad, pero de estilo propio, que tiene como principales objetivos mejorar la calidad de vida de la población, en medio de condiciones políticas poco favorables para revertir la pobreza y la violencia que azotan a la nación centroamericana como resultado de la política neoliberal imperante aun en la economía.

Quince jefes de gobierno y 100 delegaciones ratificaron su presencia en San Salvador, la capital, este 1 de junio para acompañar la juramentación de quien fuera vicepresidente del saliente presidente Mauricio Funes, y que se propone para los próximos cinco años sanear la economía nacional y buscar alternativas para al menos reducir los altos índices de violencia originados por la actuación de grupos pandilleros y otras bandas de delincuentes que aterrorizan a la ciudadanía.

Nacido en el seno de una familia de artesanos, Sánchez Cerén realizó estudios de profesorado en la Escuela Normal de San Salvador. En 1965 fue uno de los fundadores de la Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños “ANDES 21 de Junio”. Como Ministro de Educación ah honorem, cargo que desempeñó hasta junio de 2012, impulsó el programa social considerado más apreciado por las familias salvadoreñas: el Programa de Paquetes y Uniformes escolares. También desde ese cargo creó la Comisión de Acción Social, que impulsa desde el 2009 tres importantes proyectos: El Comunitario de Salud Preventiva, el de desarrollo local: Familia Productiva, y el de becas: Construyendo Sueños.

Poco después de ganar los comicios, el nuevo Jefe de Gobierno refirió: “Nos hemos ganado el derecho de gobernar cinco años más”, al afirmar que ha “luchado toda la vida” por los pobres, que hoy son el 40,7 por ciento de los 6,2 millones de salvadoreños.

El pasado 9 de marzo se celebraron las elecciones presidenciales en las que resultó derrotado Norman Quijano, del Partido Arena. De ganar Quijano, se instalaría en esta fecha un gobierno de derecha que echaría por tierra los pasos dados por el Ejecutivo de Funes, quien tuvo en su contra al Congreso Nacional y la presión de los conservadores para crear nuevos mecanismos gubernamentales.

Con la asunción del ex Comandante del Frente Nacional para la Liberación Nacional (FMLN) se inicia un segundo gobierno consecutivo de esa fuerza de izquierda, lo que brinda la seguridad a la población de que habrá una continuidad política, aunque con certeza el nuevo gobierno tendrá su propio sello hasta el 2019.

Sanchez Cerén conformó un gabinete que incluye ministros, viceministros y otros funcionarios ratificados, quienes cumplían determinados planes en el área económica y social con visible éxito.

El vicepresidente electo, Óscar Ortiz dijo a la prensa local que el nuevo Gobierno tendrá “dos grandes prioridades: la economía y la seguridad”. Recordó que antes de asumir, el Presidente electo dialogó con partidos políticos y gremios empresariales con el propósito de recabar colaboración para un paquete fiscal, ya propuesto por su antecesor, de por lo menos 1 320 millones de dólares para equilibrar las finanzas públicas, el que ya fue rechazado en principio por el Congreso Nacional.

El equipo gubernamental ya tiene avisos de lo que puede sobrevenir en el quinquenio próximo. El Tribunal Supremo de El Salvador, por ejemplo, bloqueó las transferencias presupuestarias para financiar la investidura del nuevo Mandatario, aprobada el pasado 27 de marzo, ascendente a 1,4 millones de dólares.

Aunque Funes firmó un decreto al respecto, un grupo de abogados, y sectores de oposición, en especial la perdedora ARENA, interpusieron un recurso que todavía espera la respuesta de la Asamblea Legislativa. Por tanto, ese dinero no podrá utilizarse, aun cuando tal presupuesto significa un 40 por ciento menos para las arcas del Estado, ya que son resultado de varias medidas de ahorro del anterior gobierno izquierdista.

CRECIMIENTO POR DELANTE

Para analistas, en El Salvador —y hacia allí se encamina este gabinete— es preciso realizar las reformas estructurales urgentes que necesita la realidad salvadoreña para profundizar la justicia social, en especial en el terreno económico, en el que aún dirigen los emporios más poderosos de la nación y un alto número de empresas trasnacionales.

Sánchez Cerén propone la creación de empleos y la reducción del costo de la vida como los dos primeros puntos de los 10 del Programa de gobierno denominado El Salvador adelante. Los objetivos principales reforzarían la política social iniciada por el mandatario saliente, en especial en las áreas de educación y salud, fortalecer el papel del Estado y la participación ciudadana y acelerar la integración regional en aras de crear una Unión Centroamericana.

Una de las primeras medidas que tomará el nuevo Ejecutivo será la formalización mañana lunes de su solicitud de ingreso a PETROCARIBE, un ente integracionista que suministra petróleo a sus miembros en condiciones ventajosas. El Consejo de Ministros de PETROCARIBE, creado por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, se reunirá en San Salvador “como un regalo político que ellos nos van a hacer”, según indicó Medardo González, secretario general del FMLN.

En recientes declaraciones, el nuevo Mandatario explicó que se propone que el país crezca un tres por ciento anual de manera sostenida, para lo cual es preciso, dijo, incrementar la producción industrial y agropecuaria, desarrollar el turismo y reducir el costo de la energía, promover las exportaciones y desarrollar una economía popular, además de impulsar la solidaridad como base para la creación de nuevos puestos de empleo.

Lograr estas metas supondría, dadas las actuales condiciones políticas, entrar en negociaciones con la oposición —que ya le está trayendo dolores de cabeza— en el interés de lograr consensos en algunas áreas (como la disminución de la violencia), ya que el gobierno no cuenta con la mayoría en el Congreso Nacional, que, tal como hizo con Funes, engavetaría leyes y decretos.

Uno de los puntos cruciales del flamante aparato gubernamental es la lucha contra la violencia. En la actualidad la tasa de homicidios es superior a los 40 por cada 100 mil habitantes, indican agencias de las Naciones Unidas, por lo cual el país es considerado uno de los cinco más violentos del mundo. Allí operan pandillas denominadas “Maras” y otras bandas del crimen organizado integradas por jóvenes.

Durante su campaña electoral, el ex vicepresidente prometió un combate a la delincuencia con "mano inteligente", o sea, combinar la prevención con la represión del delito. Sánchez Cerén consolidará un Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana para destruir los grupos de delincuentes dedicados a la extorsión, así como realizar inversiones en las localidades para evitar la corrupción de la juventud.

En el orden político aparecen con medular importancia las próximas elecciones legislativas y municipales de marzo del próximo año, ya que el FMLN podría obtener una mayoría en el Congreso para implementar reformas más profundas.

Como colofón de la jornada, el FMLN anunció la realización de un acto de toma de posesión popular este domingo, ante miles de sus militantes en el centro de San Salvador.

“Esperamos no menos de 100 mil” personas en el acto que se realizará en la Plaza Cívica, en el centro de San Salvador, informó la secretaria de organización del evento, Zoila Quijada, quien propone con esta actividad pública demostrarle a los opositores de Sánchez Cerén que no era indispensable una lujosa asunción presidencial.

La funcionaria explicó que el evento, al cual se espera asistan las delegaciones oficiales invitadas, será en la Plaza Cívica, “por su gran significado histórico", ya que ese lugar “representa el escenario en el que recibimos a la comandancia general” tras la firma de los Acuerdos de Paz (1992), luego de los 12 años de conflicto armado vividos por los salvadoreños desde 1980.