Asesinato del mensajero

A solo pocas horas de que se reúnan en Ginebra Rusia y Estados Unidos, con la Unión Europea y las ¿autoridades? ucranianas,  varios analistas arriesgaron  anticipos sobre los posibles resultados del encuentro, pues como ubicaba sensatamente el canciller ruso Serguei Lavrov: “Uno no puede enviar tanques y a la vez mantener charlas; el uso de la fuerza sabotea cualquier oportunidad a las negociaciones…”.

El anuncio de que la OTAN emprende un inmediato reforzamiento de los recursos militares en los países este-europeos que circundan a Rusia, prueba que, cualquiera sea el resultado de lo que antes que diálogo tiene aspecto de cínica pantomima,  se está instalando en un escenario intimidatorio, alejando soluciones auténticas y perdurables.

"Habrá más aviones en el aire, más barcos en el agua y más disposición en tierra", dijo  el secretario general, A. F. Rasmussen, al término de una reunión del Consejo del Atlántico Norte. A continuación expuso algo tan paradójico, como increíble: “una solución política es la única salida" a esta crisis.

El martes 15 de abril - quede anotado-  se puso en camino un dispositivo más propio de una guerra  que destinado a dilucidar  protestas civiles. De entrada, quienes se hicieron del poder por métodos poco digeribles en Kíev, le dieron el calificativo de antiterrorista a las acciones emprendidas. Luego de ese modo están calificando a sus semejantes por algo que ellos hicieron antes y con ferocidad.

Para justificar la desmesura del despliegue de aviones, helicópteros, carros de combate y artillería hacia la zona del Donetsk, dicen que el país fue invadido. Por Rusia, desde luego. La ciudad de Slaviansk tuvo el primer contacto con el poderoso movimiento militar y el aeropuerto de Kramatorsk, fue, por igual, marco de los primeros intercambios de disparos entre quienes piden un referéndum sobre el futuro de la zona (no necesariamente para separarse de Ucrania, pero sí buscando contar con mayor autonomía) y los enviados por los golpistas auto investidos de autoridad nacional, quienes ordenaron lo que bien pudo haber hecho el gobierno que substituyeron, abortando el maidán, y otra sería la historia a contar ahora.

Los informes son, por momentos, contradictorios, imposibles de confirmar en lo inmediato, pero se habla de víctimas  durante el intento por hacerse con dos localidades ubicadas en el norte de la región minero-industrial también conocida como Donbass.

Los militares procedentes de Kiev más activos, no pertenecen a la  unidad antiterrorista dependiente del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, ni tampoco a las Fuerzas de Intervención Especial, según fuentes de la localidad aunque desde otros sitios se pronuncian altos oficiales del ejército, repitiendo las consignas  de quienes ocupan el usurpado mando del país.

Denis Pushilin, una de las figuras que proclamaron la República Popular de Donetsk (RPD) refirió a corresponsales extranjeros llegados al convulso contexto, que una parte de los uniformados  pertenecen a  una especie de milicia de extremistas del grupo Pravi Sector (Sector de Derechas) que tuvieron muy destacada participación en los actos violentos ocurridos en las manifestaciones de la capital y permitieron la asonada contra el presidente Víctor Yanukovich,  en febrero.

Rusia alertó a varios países europeos y también a Washington, sobre los peligros que entraña animar bajas pasiones que conduzcan a sendas de difícil retorno, o dejen una mala huella susceptible de provocar un estallido que concluya en guerra civil. Es la fórmula que, como en química, se está fabricando con potingues propios y ajenos.

Ante hechos consumados como los actuales, Vladimir Putin reiteró lo que él y otros altos funcionarios de su gabinete están advirtiendo desde días atrás. El presidente ruso sostuvo unos 7  diálogos telefónicos con Barak Obama y le pidió usar su influencia con las autoproclamadas autoridades de Kíev para que procedan de forma equilibrada.

La composición humana de estos acontecimientos es muy diversa. Reportes de prensa reprodujeron declaraciones del alcalde en funciones de Donetsk, Aleksandr Lukiánchenko, quien aseguró que no todos los que protestan son separatistas. “Creo que esta denominación, elegida por los políticos, no corresponde a la realidad (…) La mayoría son gente con una posición vital activa que están irritados por lo que sucede en nuestro país”, aseguró.

En la otra acera, el representante de la RPD, Pushilin, respondiendo a la pregunta sobre una posible guerra civil en Ucrania, expuso: “Nos veremos obligados a dirigirnos a Rusia”.

A la espera de confirmaciones o desmentidos, prometemos el seguimiento de estos peligrosísimos hechos en esta página.