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sábado, 16 de noviembre de 2024

Arrecia ataques derecha regional contra Ecuador y Venezuela

Los ataques derechistas –que han sido continuos desde hace años- contra los gobiernos progresistas de Ecuador y Venezuela se han incrementado en las últimas semanas para intentar derrocar los respectivos gobiernos mediante golpes de Estado y revertir la historia a tiempos aún cercanos del neoliberalismo...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 20/06/2015
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Los gobiernos progresistas de Ecuador y Venezuela son atacados con mayor fuerza en las últimas semanas por los títeres derechistas de Estados Unidos en la región, quienes pretenden el fracaso de proyectos socialistas de bien popular e instaurar, mediante planes de violencia y desprestigio de los dirigentes, el retorno a los tiempos aún cercanos del neoliberalismo.

Se trata –según los líderes de las dos naciones hostigadas por los conservadores que siguen planes elaborados fuera de sus fronteras nacionales- de momentos importantes en las dos naciones suramericanas, que miran hacia las cercanas elecciones legislativas en el último trimestre de este año en Venezuela, y las presidenciales en Ecuador, en el 2017.

Para los opositores venezolanos, que carecen a lo interno de una organización y liderazgo sólidos y obedecen órdenes del exterior, es fundamental que el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) pierda la mayoría que ahora disfruta en la Asamblea Nacional. Mientras, en la nación meridiana del planeta hay un despliegue de violencia callejera con pretextos poco creíbles para derrocar a Correa antes de que se candidatee a las presidenciales con su partido Alianza País en el 2017.

Ese es el meollo de las acciones que despliega la derecha venezolana –representada por la  Mesa de la Unidad Democrática (integrada por 28 organizaciones)- bastante desgastada y sin prestigio, y sus jefes internacionales. A falta de una matriz estructurada, la MUD es sustituida por los grandes medios de comunicación masiva, encargados de una campaña de desprestigio y de mentiras para evitar el triunfo del PSUV en las elecciones parlamentarias y lograr que el presidente Nicolás Maduro se quede solo sin poder legislar, si tuviera que enfrentarse a una Asamblea Nacional en contra.

Contra Venezuela se ejerce la estrategia del llamado golpe blando que, sin embargo, es bastante sólido dadas las afectaciones que las guerras económicas, mediática, psicológica dejan entre la población, seguidora de los principios del proyecto del socialismo del Siglo XXI, iniciado por el fallecido presidente Hugo Chávez y continuado por el Mandatario Maduro, elegido en las urnas cuando derrotó al derechista Henrique Capriles en el 2013.

La intromisión foránea contra el gobierno legítimo venezolano quedó legitimada cuando en fecha reciente visitó el país sin previa invitación oficial el expresidente español Felipe González - quien se decía socialista- para tratar de recomponer la unidad que le falta a la derecha local, pero fue por lana y salió trasquilado, no solo porque no logró sus objetivos, sino porque su presencia recibió el rechazo popular y el repudio de numerosas entidades extranjeras, que lo calificaron de injerencista.

La desorganización de la MUD en sus comicios primarios, previos a la llegada del español, quedó en evidencia cuando solo pudieron celebrarse en 25 de los 87 circuitos electorales, lo que indica la debilidad de la organización. A poner “curitas” llegó el fracasado González.

Pero el líder derechista europeo no fue el único. Con la intención de entrevistarse con jefes de la oposición responsables de los sabotajes terroristas del 2014, esta semana arribaron a Caracas varios senadores brasileños que recibieron en las calles el repudio de los militantes revolucionarios.

La presencia de los legisladores brasileños fue de inmediato rechazada por la presidenta Dilma Rousseff, reportan medios digitales desde Brasilia.

Rousseff consideró que la visita de la comitiva presidida por el senador Aécio Neves, del derechista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) a Caracas, constituyó una afrenta a la soberanía de Venezuela y una intromisión en sus asuntos internos, por lo que protagonizaron, dijo, una vergüenza para Brasil.

Mentiras burdas

El blanco de las campañas mediáticas ha sido en las últimas semanas el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quien fue acusado sin pruebas por una triangulación mediática Venezuela-España-Estados Unidos, como uno de los cabecillas de una organización de narcotraficantes. La mentira, con piernas cortas, fue demostrada y los órganos de prensa acusados ante los tribunales por difamación.

Cabello reveló este miércoles en su programa televisivo Con el mazo dando que “la extrema derecha de Venezuela tratará de activar un plan denominado Golpe Suave con procedimientos violentos en las calles los próximos días 21 y 27”, según reportó Prensa Latina desde Caracas.

En su opinión, lo que busca la contrarrevolución es impedir las elecciones primarias del PSUV mediante sabotajes, similares a los realizados en febrero, que dejaron un saldo de 43 muertos y centenares de heridos.

Las eventuales operaciones, que en distintas oportunidades han sido ejecutadas por mercenarios llegados de países vecinos, involucran a la dirigente opositora María Corina Machado y algunos militares retirados, advirtió el dirigente, en el interés de transmitir al exterior  la imagen de una nación en caos.

Las alteraciones callejeras, explicó, tratarán de empañar el programa conmemorativo de la Batalla de Carabobo y del Ejército Bolivariana que se celebrará el día 24, mientras que tres días después el PSUV realizará sus comicios internos.

De acuerdo con Cabello, el plan contrarrevolucionario llevaría –si se concreta- actos provocativos en liceos y universidades en las ciudades de Caracas, Mérida, San Cristóbal, Valencia, Maracay, Los Teques y Puerto La Cruz, entre otras localidades importantes.

Respecto a la guerra económica, comentó, la actual estrategia de la empresa privada es el aumento de los precios de toallas sanitarias femeninas, alimentos específicos para niños, útiles escolares, entre otros enseres imprescindibles en la vida de la mujer venezolana, en especial las que tienen hijos. Todo ello, advirtió, sin renunciar al acaparamiento de insumos de primera necesidad para la vida cotidiana.

Ecuador, otro hueso duro de roer

Mientras el presidente Rafael Correa se encontraba en el exterior en visitas oficiales, la oposición ecuatoriana cuyos dirigentes visibles son el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, y el expresidenciable Guillermo Lasso, movilizaron mediante las redes sociales a sus seguidores a manifestarse contra las Ley de Herencia y la de la Plusvalía, dirigidas a imponer gravámenes más altos por esos conceptos a las familias de más alto nivel económico.

Solo el dos por ciento de la población de Ecuador detenta el 90% de las grandes empresas, lo cual significa que, en la práctica, la inmensa mayoría de la clase media, y menos aún, los de niveles adquisitivos menores, se verían perjudicados.

Pero la derecha, en su estrategia de derrocar a los gobiernos progresistas latinoamericanos, se escuda en cualquier movimiento oficial para crear el caos social.

Eso ocurrió en Ecuador luego de que el Presidente enviara las dos leyes el pasado día 5 al Congreso Nacional para su debate. El día 8 los conservadores lanzaron a las calles a sus huestes, que actuaron de manera promoviendo acciones de fuerza en varias ciudades, en la que pedían la salida inmediata de Correa del gobierno, para impedir su reelección.

En realidad, de nuevo vive Ecuador una intentona de golpe de Estado contra el jefe del gobierno, quien en 2010 fue raptado por elementos supuestamente sublevados de la Policía –también con falsos argumentos-, pero que fue rescatado en horas por soldados leales y el pueblo en la calle, recordando una acción similar ocurrida en Venezuela contra Chávez en el 2002.

Tras su llegada, de inmediato el Presidente ecuatoriano explicó al pueblo las razones de la oposición –en la cual juegan un papel fundamental los medios de comunicación de la oligarquía- para fomentar el terror, argumentando que los políticos derechistas ya están en campaña para las elecciones presidenciales del 2017 pero siempre con la mira puesta en, si pudieran, derrocarlo antes.

En una estratégica jugada, el Mandatario retiró de manera provisional las discusiones en el Congreso Nacional para no darle elementos a la contrarrevolución, de una parte, y de la otra, crear un clima de tranquilidad nacional debido a la visita del Papa Francisco al país del 5 al 8 del próximo mes. Los conservadores también pretenden impedir la llegada del Sumo Pontífice a Quito, debido a la tensión que ellos mismos han fomentado.

Correa llamó a un diálogo nacional para el análisis colectivo de las leyes, tergiversadas por los opositores, además de sobre el tipo de país que desea el pueblo de Ecuador, el que desde que asumió el poder Alianza País en el 2007 con su Revolución Ciudadana, ha mejorado su calidad de vida a niveles reconocidos por organismos internacionales, entre ellos Naciones Unidas.

Sin embargo, las explicaciones oficiales no detienen las alteraciones del orden público causadas por la derecha que, entre otras violaciones, asedian las sedes del Partido oficialista y marchan por las principales vías con banderas negras y pancartas que exigen la salida del Mandatario, lo cual demuestra que el tema de las leyes era una burda mentira y el fin era tratar de derrocarr al gobierno.

La posibilidad de restaurar regímenes conservadores en América Latina está en marcha, pues a las agresiones contra Ecuador y Venezuela se unen las sufridas por Bolivia, Argentina, Brasil, Paraguay y Honduras.

Sin embargo, hasta ahora, la derecha no logra ganar una Presidencia por la vía de las urnas, por lo que sus planes tienen que cambiar de cara a las elecciones que están por venir en los dos próximos años.

Sus líderes extranjeros y a lo interno de los países están desesperados porque por la vía democrática están sin respaldo, y los últimos 16 años así lo han demostrado, en tanto esa tendencia permanece. Les quedan los métodos fascistas actuales para derrocar los proyectos progresistas y hasta, ¿por qué no?, instaurar dictaduras de nuevo tipo en la región.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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