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viernes, 8 de noviembre de 2024

África: el vaso medio lleno

Estados Unidos será sede de la primera cumbre África - Estados Unidos...

Jorge Gómez Barata en Exclusivo 12/08/2014
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Por primera vez en una reunión internacional sobre África se apreció “el vaso medio lleno” y en lugar de miserias, catástrofes y donaciones, se aludió al desarrollo, a los progresos expresados en los ritmos de crecimiento económico, los indicadores sociales, la gobernabilidad y la inversión, nacional y extranjera.

Con 42 jefes de estado presentes, cuatro excluidos, sin la presencia de aquellos cuyos países están afectados por la epidemia de Ébola y la inexplicada ausencia del mandatario egipcio, Abdel Fatah al Sisi, se realizó en Washington la primera cumbre África - Estados Unidos.

La cita cubierta por 1 200 periodistas y con unos 5 400 invitados, estuvo presidida por Barack Obama, un emigrante africano de segunda generación que por méritos propios accedió al cargo político más importante del mundo. Hubo blancos en la cita pero no eran los jefes. Queda mucho por resolver pero, algo cambió.

Entre 1980 y el 2000, el crecimiento económico de África fue de un anémico 2,4 en la siguiente década (2000-2010) llegó al 5,7 por ciento, superior al de América Latina y al de Europa. Diez de las 20 economías con pronósticos más optimistas hasta el 2020 son africanas y de las diez con más rápido crecimiento, seis son de color. Este año se pronostica un crecimiento superior al 6 por ciento. En 40 países del continente la inflación es de un solo digito.

Favorecida por la prosperidad económica, la demografía y otros procesos sociales, en África crece consistentemente una clase media nativa formada por unos 150 millones de personas entre los que predominan empresarios, profesionales, académicos, trabajadores bien pagados, políticos y militares de rango medio y alto, predominantemente jóvenes. Ese estrato social forma alrededor del 34 por ciento de la población.

La actual población africana de unos 1000 millones se duplicará hacia el 2050; en esa fecha uno de cada cinco habitantes del planeta será africano. El racismo puede desaparecer por saturación.

Es cierto que los resultados económicos aún no se traducen en la medida de lo necesario en la disminución de la pobreza, el fin de conflictos, la moderación de la corrupción y la consolidación de la democracia pero se está en el camino. Hoy se tiene la convicción de que los africanos que nacen y crecen vivirán mejor que sus padres.

Si fuera cierto que Estados Unidos se preocupa por África por la delantera que le llevan allí países como China e India y la afluencia de inversiones de Brasil, Rusia, Corea del Sur, Taiwán y otros; bienvenida sea la competencia. África ha dejado de pedir donaciones para atraer inversiones y sus elites no se dejaran seducir por barriles de ron, rifles ni espejos. Nunca más sus hijos serán cazados como fieras para ser vendidos como bestias. 

Me han contado que las estrellas de la Cumbre de Washington fueron Ghana y Angola. No he podido averiguar si alguien recordó la trata que llevó a Norteamérica alrededor de 10 millones de esclavos, ni si alguien mencionó a los internacionalistas que, antes que dinero invirtieron esfuerzos y vidas en la lucha contra el colonialismo y el apartheid.

África no se lamenta: ¡Ruge! Luego les cuento más sobre este tema. Allá nos vemos.


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Jorge Gómez Barata

Profesor, investigador y periodista cubano, autor de numerosos estudios sobre EEUU. y especializado en temas de política internacional.


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