La cifra de pacientes afectados por la viruela del mono aumenta rápidamente en los países de África, donde sobresale un problema recurrente: la ausencia de vacunas, precisaron expertos en el enfrentamiento a epidemias.
Según Ahmed Ogwell, director interino de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (África CDC), un organismo dependiente de la Unión Africana (UA), junto con la necesidad inmediata de vacunas se requiere que el continente desarrolle su capacidad para fabricarlas.
Eso es parte de un proceso de encadenamiento científico-productivo para el cual la región carece de infraestructura por razones históricas, que la afectan en su proyecto de desarrollo continental y en particular en el renglón de la asistencia sanitaria.
Para Ogwell, “África tiene una gran brecha en el acceso no sólo a las vacunas, sino también a otros productos de salud que necesitamos".
Existe asimetría en el acceso de los fármacos, por ejemplo, hasta el pasado 28 de julio la región no había recibido ninguna dosis de las vacunas contra la viruela del mono, mientras Estados Unidos y en la Unión Europea adquirían esos medicamentos.
El asunto no se limita a las posibilidades de conseguir el producto necesitado, sino que no obtenerlo en todo caso puede condenar a muerte a millares de ciudadanos como ocurre con la Covid-19.
Este año ya los países de la Unión Africana reportaron más de 4 100 casos de viruela símica o del mono, en los que sólo se pudieron confirmar 483 infecciones.
Las posibilidades de concretar tanto los proyectos investigativos como los programas de prevención y planes curativos se ven restringidos por los limitados recursos de que depende la región en el sector asistencial.
No obstante, el 10 de julio de 2022, 282 millones de africanos habían completado su serie primaria, lo que representó el 21,1 por ciento de la población de África vacunada contra la Covid-19, según reportó la Organización Mundial de la Salud OMS).
Además de la coronavirus y la viruela del mono también impactan al continente otras dolencias –menos mediáticas, pero persistentes- como el Èbola, la malaria, la tripanosomiasis o enfermedad del sueño, el cólera, la tuberculosis, de las cuales se tiene conciencia son enfrentadas ya que África no se cruza de brazos.
Al respecto se destacan avances en el combate contra la poliomielitis con programas dirigidos a la inmunización de la población infantil.
Durante la 72 edición del Comité Regional de la Organización Mundial de la Salud para el continente, que sesionó en Togo con la participación de 47 países, se acordó disponer de finanzas para garantizar la seguridad sanitaria y responder eficazmente a las emergencias de salud en menos de 24 horas.
En cuanto a la demanda de elaboración de inmunògenos, el continente solo produce el uno por ciento de las vacunas que requiere.
El Banco Mundial presume que de continuar los problemas con la entrega de dosis y en la cobertura de vacunación, el crecimiento poblacional africano podría desacelerarse al 2,4 por ciento en 2023.
La reacción de la conferencia regional ante las necesidades de salud es un paso importante para ayudar a revertir el desamparo asistencial en un área donde es privado un gran parte de los servicios médicos y resulta inestable acceder a fármacos de calidad acreditada.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud calcula que unos 100 mil africanos mueren cada año por consumir medicamentos “falsificados o que no cumplen estándares mínimos”, difundió el sitio digital www.swissinfo.ch
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