Volaron atravesando sobre grandes ríos, valles y montañas. Un gran pájaro alado los depositó en una tierra hermana para que desde la Plaza de San Francisco de Asís contaran sus historias cargadas de misticismo y tradición. Son 16 perros que arribaron directamente desde México para celebrar el aniversario 496 de la Villa de San Cristóbal de La Habana.
En el año 2009 llegó a la Casa del Benemérito de las Américas Benito Juárez, ubicada en el corazón de la Habana Vieja, la diseñadora mexicana Cristina Pineda, una jovencita sumamente entusiasta y llena de sueños.
El palacio colonial, construido en el siglo XVIII, acogía una Bienal dedicada a la Integración y Resistencia en la Era Global. Como una muestra de su amor por Cuba, Pineda le donó a la Casa de México una pequeña escultura del perro Xico, bañada en Plata.
“A partir de ese momento comenzaron a generarse una serie de proyectos de colaboración”, recuerda Miguel Hernández, director de la Casa de México.
Seis años después ve la luz la muestra expositiva Travesías de XICO en América Latina, con el propósito de rescatar las raíces de origen precolombino, fortalecer la identidad regional y mostrar al mundo la historia de Xico, inspirada en el perro azteca Xoloitzcuintle, hermano gemelo y contraparte del dios Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, uno de los más importante del panteón náhuatl.
Varias esculturas de este perro ancestral, que en la mitología era el que acompañaba a sus dueños a transitar el camino hacia el Mictlán —el inframundo o sitio del eterno descanso— y servía como ofrenda funeraria para sus amos, han aparecido en vestigios arqueológicos. De esa leyenda bebió la diseñadora Cristina para llevarla a esculturas que cautivan por su magia y su belleza en los más recónditos parajes en todo el orbe.
Hoy Xico se multiplica en la Plaza de San Francisco de Asís. Muestra su cara de perro travieso y bueno a cuantos se acercan a él para inmortalizarlo en una instantánea. Las 16 esculturas emplazadas en ese sitio tan especial, por su cercanía al Puerto de Carenas, tienen 1.80 metros de altura pero, los niños juegan con ellas sin temor porque intuyen que estos perros vienen a tender puentes de hermandad y solidaridad entre artistas cubanos, mexicanos y de otras nacionalidades latinoamericanas.
Diez creadores nacionales dejaron volar su imaginación y así intervinieron en el proyecto. Cada uno aportó su poética, su estética y su cosmovisión a estas criaturas que llevan el arte contemporáneo a las calles para que los espectadores interactúen con ellas.
Eduardo Roca Salazar (Choco), Ángel Manuel Ramírez Roque, Carlos Manuel Guzmán Hernández, Sandra Edith de Huelbes Ocaña, Karel Rivero, Darlyn Delgado Gorgoy, Víctor Mora, Francisco Gordillo Arredondo, Lizbeth Labañino, Isha Judd y su fundación Educando para la paz, Mariana García Botello, Rolando de Sedas, Cisco Merel, Andrés Orjuela, Rafael Pantoja, Enrique Gómez Guzmán, Héctor López y Leticia Gutiérrez Rosas, entre otros artistas, nos devuelven la figura de Xico intervenida en una gran diversidad de formas y colores que incluyen hasta las tradiciones afrocubanas.
“Esta fue una suma de voluntades. Fue un proyecto muy bonito con el fin de festejar la niñez. Ellos son los herederos del futuro. Si trabajamos en mantener vivas nuestras leyendas, vamos a sentirnos orgullosos de nuestro legado latinoamericano. México es un país muy alegre y talentoso. De este proyecto se van a generar otras colaboraciones en América Latina”, manifestó la gestora de la muestra expositiva que vio la luz gracias a la marca mexicana de diseño Pineda-Covalín, fundada en 1995.
Por su parte, Juan José Bremer, Embajador de México en Cuba, expresó que: “Un evento de esta naturaleza es el fruto de la colaboración de múltiples voluntades y de la excepcional imaginación y fuerza creativa que caracteriza a Cristina Pineda. Esta es una travesía cultural única con una carga metafórica muy importante. Cristina ha creado una nueva realidad. Sin perder su origen lo ha convertido en un perrito multiforme que subraya el valor identitario común de la familia latinoamericana.
”La Habana está ligada a México como pocas ciudades en el mundo. Las relaciones entre Cuba y México se han fortalecido con la visita del Presidente Raúl Castro a nuestro país”, concluyó el Embajador.
Esta muestra permanecerá a disposición del público capitalino hasta el 12 de diciembre, día de fiesta en honor de la Virgen de Guadalupe, Patrona de México y de la independencia. Los perros fueron donados a la Oficina del Historiador de La Habana y, posteriormente, quedarán emplazados en otras provincias que forman parte de la Red de Oficinas del Historiador y el Conservador de las Ciudades Patrimoniales.
Xico tiene presencia en otras ciudades del mundo como el Distrito Federal de México, Veracruz, Xico, San Luis de Potosí, Santiago de Chile, Sao Paulo, Bruselas, Nueva York, Shanghái. Así se va multiplicando este símbolo de la hermandad, fiesta, paz y concordia como lo calificó Cristina Pineda.
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