Quizás parece insignificante una biblioteca que puede albergar más de un millón de libros, ante las más grandes del mundo que sin complicaciones multiplican estas cifras. Sin embargo, la Biblioteca Tianjin Binhai, ubicada en la provincia china Tianjin, atrae a miles de visitantes por su arquitectura futurista y multifuncionalidad de los espacios.
Sin pecar de grandilocuente, y lo más apegada a la realidad, llegué buscando libros hispanos, y expectante por alguna letra cubana. Indagué durante mucho tiempo, y aunque no encontré, si adoré avistar una de las mejores novelas, a mí juicio de la "dama del crimen" Agatha Cristhie.
Mi señora madre, de la que heredo el gusto por los policiacos, brincaría de la alegría al encontrar "Tragedia en tres actos", libro octogenario y uno de los más vendidos de la autora, en una librería perteneciente a una cultura tan distante de la británica. Y ese precisamente es uno de los lujos de la Biblioteca Tianjin Binhai, la amplia colección dedicada a idiomas extranjeros que atrae a nacionales y turistas.
Todo en el "centro cultural" sorprendente, desde el diseño arquitectónico, la disposición de los libros y el seguimiento del público. Si bien desde el exterior el edificio puede parecer un solo bloque rectangular la realidad estructural es muy distinta.
El ambicioso proyecto realizado en tres años alberga una postconstrucción, dónde se sustituirán los libros simulados en estanterías y crecerá el volumen de ejemplares. Hasta el momento ocupa más de 33 mil m², y contiene 5 niveles con diversas instalaciones educativas y protocolares dispuestas a lo largo de los bordes del interior y a las que se accede a través del espacio del atrio principal.
De esta manera, las estanterías escalonadas del interior se representan en el exterior y cada nivel se duplica como una rejilla. El blanco como color asociado a la paz y la tranquilidad, resalta. Sin embargo toda la atención la roba la gran esfera en el centro del salón, metáfora a la pupila de la cuenca ocular reflejada en el exterior. Así, forman el 'ojo' del edificio, justo como debe ser la cultura en cualquier civilización, vista por todos, y al alcance de un guiño.
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