miércoles, 1 de mayo de 2024

Un ilusionista de la palabra

Uno de los escritores más prestigiosos de literatura infantil, Carlo Frabetti, participa en el evento teórico de esta especialidad y es el autor que más ha donado los derechos de sus libros a Gente Nueva...

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 28/02/2013
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Carlo Frabetti
Carlo Frabetti escritor italiano radicado en España.

Carlo Frabetti es un escritor italiano, radicado en España desde su niñez, con profundos conocimientos que no se circunscriben a la literatura, de ahí la amplitud de sus horizontes. Ha escrito más de cuarenta libros, algunos de los cuales han sido premiados en diversos países, y han recorrido el mundo, como La magia más poderosa y El gran juego.

Además de ser escritor se ha desempeñado en profesiones tan contrastantes como matemático, profesor de artes marciales, traductor de poesía italiana y especialista en divulgación científica. De su inspiración nacieron en los últimos años dos personajes contrastantes: Calvina y el enano Ulrico que fascinan a los niños y jóvenes lectores de Cuba y el mundo.

ADMIRO PROFUNDAMENTE A LA REVOLUCIÓN CUBANA Y LA CONSIDERO UN EJEMPLO PARA EL MUNDO

—¿Cuál es su mayor objetivo al escribir literatura infantil?

—Estimular la imaginación de los niños y niñas que leen los libros e invitarlos a reflexionar y a pensar por sí mismos. Es un mundo donde no hay pautas muy marcadas, donde no se les dice lo que deben hacer y cómo hacerlo, para darle vuelo a su imaginación.

—¿Cuáles son los libros que más valora en su producción creativa?

—A los libros que les tengo más cariño son los protagonizados por el enano Ulrico, que han tenido muy buena aceptación en Cuba. En la Feria pasada se publicó una recopilación de los cuatro primeros libros de Ulrico en un solo tomo. Ese es mi personaje favorito, y también prefiero la línea narrativa de la obra y el trazado del personaje.

—Existen en Cuba varios talleres literarios, cuyos miembros confiesan ser fans de Frabetti. ¿Cuál es su opinión acerca de estos niños y jóvenes que tanto lo admiran?

—Eso produce mi mayor satisfacción. Todo escritor aspira a que sus libros siempre vivan en los lectores y lectoras que los hacen suyos. Y cuando se trata de niños, la satisfacción es doble.

—¿Cuál es su opinión acerca de la literatura infantil que se escribe en Cuba?

—Me parece muy interesante porque se aparta de las características del género en otros países, especialmente de Europa. Podría decirse que en el resto del mundo, la literatura infantil, hasta hace muy poco, aunque ahora ha cambiado bastante la situación, ha seguido pautas muy rígidas. Era una literatura didáctica, moralizante, en cierto sentido pobre de recursos, y en Cuba es mucho más imaginativa y libre.

—¿Cuál considera que ha de ser la finalidad de este género a nivel mundial?

—Contribuir a formar a la juventud y a que las jóvenes generaciones sean mejores cada día. Ayudar a los niños a crecer y a que se conviertan en personas más sabias y más solidarias, lo cual les permitirá transformar el mundo.

—¿Qué pudiera decir acerca de esta visita a Cuba y de la 22 Feria del Libro?

—Pienso que cada nueva visita a Cuba es para mí una aventura irrepetible, porque voy descubriendo nuevas aristas en este diálogo con otros escritores, muy especialmente en el evento teórico de literatura infantil, en el cual no solo se intercambian experiencias entre autores, sino que escuchamos las opiniones del público que nos lee, del cual aprendemos más que de un tratado.

“En sus meditaciones vamos mirando como en un espejo no solo la realidad que viven los cuentos y novelas, sino lo que quieren y esperan de nosotros lectores que nos siguen y cuyas opiniones son nuestro termómetro, porque es la única manera de que continúen siendo fieles a nuestra escritura y nos abran nuevos caminos para ideas aún sin perfilar”.

—¿Alguna satisfacción especial en esta nueva visita?

—Saber que ese libro que resume cuatro de los volúmenes de Aventuras del enano Ulrico ha tenido muy buena aceptación. No se trata de un interés mercantil, sino de utilizar ese entusiasmo como un termómetro de repercusión, porque vender libros es un signo indiscutible del favor del público, y el cubano es un público muy respetado y respetable.

“Si un libro triunfa aquí, su éxito está asegurado a nivel mundial, porque en Cuba se lee y se valora lo que se lee. Los jóvenes cubanos poseen criterios muy definidos y su opinión la aprecio muchísimo. Y si es importante su criterio valorativo, también el de los jóvenes escritores que ya están encauzando sus creaciones literarias hacia nuevos modos de hacer y de decir en la cuentística y la novelística cubana, destinada a lectores que enseñan a pensar, en una retroalimentación muy beneficiosa para cimentar el futuro”.

—Según se ha planteado en el evento teórico de literatura infantil, auspiciado por la editorial Gente Nueva, es usted el autor que ocupa el primer lugar en niveles de venta y cantidad de títulos. Esto constituye un aporte decisivo a la editorial, por haber renunciado a los derechos de autor. ¿Podría decirme por qué lo ha hecho?

—Para contribuir, en alguna medida, a que continúen publicándose nuevos libros en la Colección Siglo Veintiuno de Gente Nueva. Es una colección que respeto muchísimo porque no admite banalidades, sino promueve una literatura para niños que contribuye a elevar su capacidad de pensamiento, por eso ya estoy entregando mis títulos para el año próximo, donde no puede faltar el enano Ulrico.

“Admiro profundamente a la Revolución Cubana y la considero un ejemplo para el mundo, por su sentido de la justicia y su contribución al futuro de la humanidad, por ser un país abanderado de las causas más justas y de la paz mundial”.


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC


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