¿Por qué las personas critican mi ropa? ¿Por no usar las tendencias del momento? ¿Es necesario ponerse atuendos de marca para tener amigos o sentirse bien?
Desde generaciones pasadas hasta las actuales, la población juvenil cubana sigue la tendencia de “vestirse a la moda”. En los tiempos que corren, es más usual por la influencia de las redes sociales. Sin embargo, no son conscientes de cómo se convierten en víctimas del consumismo promovido por las industrias culturales.
Las empresas de la moda, como Coco Chanel, crean el concepto de qué prendas se deben llevar en un periodo determinado del año, como el verano. Para estimular las ventas, utilizan a los artistas e influencers, quienes publican los productos. Entonces, por la compra masiva de las mercancías por los jóvenes, comienza a generarse diferencias entre los que tienen la posibilidad de darse este gusto y los que no.
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Resulta contradictorio, en un país como el nuestro, con dificultades económicas, sucedan estas prácticas, solo entendible en naciones neoliberales y clasistas. En cambio, últimamente, en toda la Isla han surgido nuevas tiendas particulares, donde se comercializan ropas de este tipo, sobre todo, la empresa china Shein.
Según Amanda Rodríguez Gómez, profesora de Sociología de la Universidad de La Habana, comentó que en la etapa de la adolescencia, los jóvenes tienden a seguir “lo que se lleva de moda” por la presión grupal, para no estar solos, debido a que en tales edades, el grupo es muy importante. Además, se unen a los muchachos que discriminan a sus iguales para no sentirse de menos. Por lo tanto, esto genera actos de humillación en las escuelas cubanas.
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Dichas situaciones son muy dolorosas, porque nadie tiene el derecho de burlarse de los demás por la ropa que viste. Pues como recalca Gretchen González Pérez, estudiante de 17 años, “ellos piensan que, porque la ropa diga una marca, es verdaderamente original. Sin embargo, no se dan cuenta que es el mismo “trapo”.
Cada persona debe ponerse la prenda que estime conveniente. No es necesario hacer oídos a los cánones dictados por una sociedad consumista, que solo genera discrepancias en el mundo. Es importante que los muchachos hagan consciencia de sus actitudes. Porque una ropa no define cuán inteligente ni bueno seas. Este pensamiento necesita ser eliminado de la mente de nuestros “pinos nuevos” para tener una Cuba mejor, libre de desigualdades.
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