Seguimos consumiendo buen arte

El video constituye en la actualidad un importante medio de expresión que ha evolucionado junto a las nuevas tecnologías. En las artes plásticas ocupa un lugar cimero si bien permite métodos de realización diversos, donde convergen desde registros de intervenciones o performance, hasta creaciones que transitan entre las fronteras imprecisas del documental y la ficción.

A las salas expositivas del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam llega una importante muestra que seduce a los amantes del video. Se trata de un conjunto de obras pertenecientes a la colección de Ella Fontanals-Cisneros, presidenta de la Fundación CIFO-Europa, que son expuestas bajo el nombre de Memorias de la obsolescencia.

Esta institución se ha comprometido desde su nacimiento en 2002 a ampliar la comprensión global de la obra de artistas contemporáneos, especialmente latinoamericanos. En tal sentido uno de sus principales propósitos radica en trascender los paradigmas tradicionales y los estereotipos relacionados con el arte de esa región.

El recorrido incluye 18 renombrados artistas, entre los que se encuentran: Marina Abramovic, Ana Mendieta, DonnaConlon, Alexander Apóstol, Leandro Katz, Julián Rosefeldt, miguel Angel Ríos, Melanie Smith, Francesca Woodman, song Dong, Yoshuaokón, Suwon Lee, Nicolás Robbio, Cao Fei, Magdalena Fernández, Jimmie Durham, Francis Alÿs y Regina Galindo.

Cada uno de estos creadores trae consigo una gama de referentes históricos, entre los que pudiéramos subrayar los primeros experimentos con el video en los años 60´ y 70´ relacionados a las prácticas conceptualistas, o el arte feminista. Asimismo destacan sus intereses por las complejidades de las culturas contemporáneas influenciadas por el pensamiento antropológico. Estamos ante diversas formas de tratar no sólo el video, sino la producción artística en general.

“En breve, el video, así como la instalación, el performance o los medios digitales, en este juego de negarse y afirmarse frente a los medios tradicionales, se mira a sí mismo constantemente pero sin las posibilidades de crear un distanciamiento reflexivo entre objeto y sujeto. Es para decirlo de otra manera, un medio de presente perpetuo donde todo pasado se vuelve obsoleto. Por ello Memorias de la obsolescencia, memorias del video mirándose a sí mismo, construyendo y deconstruyéndose en el mismo gesto”, palabras de Jesús Fuenmayor, curador de la muestra y director de CIFO-Europa.

Memorias de la obsolescencia ha sido resultado de la colaboración cultural entre la ya nombrada fundacióny las instituciones de arte en Cuba. También es una continuidad de una muestra llevada al Museo Nacional de Bellas Artes en la pasada Bienal de La Habana. Hoy una colección de tan alto nivel está al alcance del público cubano, principal destinatario de estas intenciones por promover y elevar la cultura.