Rita Montaner, criolla de pies a cabeza

“Maní, maní, maní. / Manisero llegó / Si te quieres por el pico divertir / Cómprame un cucuruchito de maní…”. El Manisero, de Moisés Simons, es uno de los temas que inmortalizó la cubanísima por excelencia: Rita Montaner, actriz, cantante y pianista que derrochó su arte en escenarios nacionales e internacionales para llevar a la máxima expresión lo criollo, lo popular de esta isla caribeña.

Música clásica, toques de tambor, comparsas, clases de piano, canto y armonía, colmaron la niñez y juventud de Rita Aurelia Fulceda Montaner y Faceda, nacida en el capitalino municipio de Guanabacoa, y que sería capaz de interpretar de forma inigualable, tanto melodías cultas como populares, creando un estilo propio que mezclaba toda la identidad cultural de la Mayor de las Antillas. “Hacía un desgarramiento doloroso, un alarido de protesta, como nadie ha podido hacerlo en nuestro país”, decía de Rita Montaner el acuarelista de la poesía antillana, Luis Carbonell.

La Única, como la bautizó su pueblo, incursionó en el teatro, la radio, el cine y la televisión, espacios donde demostró su valía como artista y como cubana y donde, además, realzó los aportes de las tradiciones africanas a la cultura nacional. Una verdad indiscutible que en los primeros años del siglo pasado se trataba de solapar.  

Rita Montaner fue la primera voz femenina cubana que se escuchó en el país a través de la radio. Fue en 1922, durante la inauguración de los servicios radiales en el caimán, a través de la emisora PWX. La artista estuvo acompañada por la orquesta que dirigía Luis Casas Romero. Más tarde, en 1935, es proclamada Reina de la Radio.

Niña Rita y El Cafetal, de Ernesto Lecuona, Ay Mamá Inés, de Eliseo Grenet, Cecilia Valdés, de Gonzalo Roig, son, indiscutiblemente, algunas de las piezas antológicas del cancionero criollo y popular cubano que marcaron para siempre la carrera de esta artista, cuyo diapasón interpretativo le permitía derrochar talento en zarzuelas, tango, ópera, y otros muchos géneros.  

Rita Montaner es considerada una de las figuras emblemáticas de la música cubana, uno de sus principales méritos fue el de convertir al solar habanero y a la calle cubana —según palabras del poeta nacional Nicolás Guillén— en categorías universales.

La Única fue una cubana auténtica a quien la sabrosura le corría por las venas, capaz de ponderar la cultura nacional en escenarios de América y Europa, donde embriagaba a multitudes con ese aura picarezco y criollo que no la abandonó jamás. En abril, cuando se cumplen 64 años de su partida, este pueblo que tanto al admiró la recuerda con el mismo amor con que ella le cantó a su gente. “Caserita no te acuestes a dormir / Sin comprarme un cucurucho de maní”.