Rita Longa acostumbraba a lanzar una moneda hacia los materiales que estaba fundiendo, como señal de suerte, según la tradición popular. Sin embargo, el convertirse en una de las figuras más relevantes de la escultura cubana, no fue cosa del azar, sino de talento, de su espíritu renovador, atrevido y auténtico que ha quedado plasmado en sus obras.
El trabajo de esa magistral escultora, devela a una artista apasionada, diáfana, que buscaba inspiración en sus propias inquietudes y que logró desarrollar un estilo elegante y de alto valor estético.
A pesar de que sus creaciones se encuentran emplazadas a lo largo y ancho de la nación, en parques, plazas, ciudades, residencias, teatros, museos, cementerios, iglesias, de Rita Longa no se puede hablar sin la obligatoria mención del Grupo Familiar, que da la bienvenida en el céntrico Zoológico ubicado en la Avenida 26 de la capital habanera.
Los venaditos, escultura de Rita Longa
Esa experiencia llevó a la artista a trabajar por primera vez con animales, pues para la realización de este proyecto, dedicó horas en una nave del propio zoológico donde se encontraba un venado al que –según sus palabras- ella misma le daba de comer y lo atendía hasta que este se adaptó a su presencia. Así fue que el venado se convirtió en modelo para una de las esculturas más significativas y simbólicas de la ciudad.
La reconocida y ampliamente reproducida Ballerina del cabaret Tropicana, convertida en símbolo de esa prestigiosa institución, se suma a la lista de imprescindibles y populares en el orbe creador de esta mujer adelantada a su tiempo. La Aldea Taína ubicada en Matanzas y La Virgen del camino, que desde 1948 bendice a todo el que llega hasta el municipio San Miguel del Padrón en La Habana, elaborada a partir de la propia creatividad de Rita Longa y que demuestra una vez más su capacidad para modelar el cuerpo femenino, rasgo presente en varias de sus esculturas, también forman parte de su impronta.
Indispensable es mencionar también la escultura a Santa Rica de Casia, "(…) una figura emblemática y conceptualmente revolucionaria para el tipo de obra en ese momento", al decir del destacado escultor Tomás Lara, quien fuese discípulo de la artista. Con ubicación en la iglesia consagrada a Santa Rita, en Miramar, dicha obra fue notablemente polémica y -no ha dejado de serlo- debido a la sensualidad que muestra, un acertado intento de la artista para humanizar a la virgen.
"El escultor es ante todo un artista; se nace, se crece y se vive como un artista. Lo demás es el tiempo", afirmó Rita Longa, quien insistía en que fue autodidacta, aunque cursó estudios en algunas academias de arte. Esa cubana desenvuelta y segura, impulsó el desarrollo artístico del país, lo cual abrió el camino para catapultar el ascenso de la escultura en el territorio nacional y ubicarla en el panorama cultural cubano y foráneo, mantuvo siempre sus puertas abiertas para apoyar a los jóvenes artistas.
Que sus obras consigan comunicarse con el público expectante, ha sido uno de los mayores méritos de Rita Longa, quien en este mes de junio cumpliría 108 años. Las formas simples, pero que jamás dejaron de ser expresivas, su espiritualidad transformada en arte, la armonía palpable y esa persistente sensación de movimiento, dotaron a sus creaciones artísticas de un valor paradigmático dentro de la escultura contemporánea de nuestro país.
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