Conocí al carismático espirituano Maikel José Rodríguez Calviño mientras estudiaba Historia del Arte en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. Sin embargo, fue más tarde que supe de sus aciertos literarios, cuando recibió el premio La Edad de Oro 2011, gracias al libro de cuentos para jóvenes Puertas de papel, publicado en 2012 por Gente Nueva, editorial que ahora procesa Los enigmas de la rosa de marfil, su primera novela.
—¿Me puedes hablar de Los enigmas de la rosa de marfil y de su próxima publicación por Gente Nueva?
—Es una novela que entremezcla elementos de la aventura con el terror gótico y las historias de conspiraciones secretas. Me considero un escritor profundamente medievalista, y una de las características fundamentales del individuo medieval es la búsqueda del objeto imposible: el Santo Grial, la Lanza de Longinus, la Piedra Filosofal, el cuerno de unicornio... Por consiguiente, decidí construir una historia donde sus protagonistas se lanzaran a la búsqueda de un objeto oculto durante años en las calles de La Habana.
"De paso, quise relacionar más a los jóvenes con el mundo del arte y la literatura, trabajo que inicié al escribir Puertas de papel, donde incluí varios cuentos que hablan sobre la porcelana, el haiku o diversos seres fantásticos extraídos de las mitologías griegas y eslavas, como las keres y los vampiros. Quisiera que Los enigmas de la rosa de marfil permitiera a los lectores disfrutar la belleza que tienen a su alrededor, que la aprecien y valoren en su justa dimensión, a fin de convertirse en personas más cultas e instruidas."
"Escribí la novela mientras redactaba mi tesis de maestría en Historia del Arte, así que mucha de la información recopilada durante la investigación fue a parar a ella, algo similar a lo que ocurrió con Puertas de papel, que nació mientras redactaba mi trabajo de diploma. Al ser especialista en arte cubano de carácter religioso y alegórico, intenté aplicar algunos de mis conocimientos en una novela que entretuviera y, de paso, ofreciera información sobre obras tan conocidas en nuestro país como la Giraldilla, la Fuente de la Noble Habana o La República, escultura que actualmente se conserva en el Salón de los Pasos Perdidos, en el Capitolio Nacional."
"Escogí La Habana como escenario ideal porque es una ciudad que quiero y admiro mucho, como mismo admiro y respeto a todas las personas que luchan día a día por embellecerla y preservarla. El hecho de publicar Los enigmas de la rosa de marfil con Gente Nueva es algo maravilloso, un sueño hecho realidad, algo que agradeceré siempre.
— Esta es tu segunda publicación, y con la primera llegaron satisfacciones. ¿Cómo te decides a hacer literatura?
Todavía no me creo que haya publicado un libro, así que imaginarás cuán dichoso me siento al saber que ahora se edita mi primera novela. Puertas de papel me ha dado muchas alegrías: me ha permitido conocer a varios escritores, me llevó a recorrer lugares de mi país que nunca pensé visitar, me hizo entrar en contacto con todo tipo de lectores. También soy muy exigente conmigo mismo, y si me dieran la posibilidad de reescribirlo, lo haría sin pensarlo dos veces.
"Comencé a hacer literatura estando en la universidad. Fue por necesidad: un día quise leer un cuento de terror donde hubiera una ventana por la que los protagonistas podían mirar, y no lo encontré. Entonces me di a la tarea de escribirlo yo mismo. La transición entre lector más o menos crítico hacia escritor capaz de llevar al papel sus propias invenciones fue rápida: pienso que me había estado preparando para sufrirla desde que leí el primer libro. A partir de ahí, empecé a escribir historias que yo quisiera encontrar en las librerías."
—¿De dónde viene esta afición y conocimiento por los temas mitológicos y medievales?
Adquirí el "virus de la medievalidad" gracias a la literatura, específicamente con la novela El unicornio, del argentino Manuel Mujica Láinez, uno de mis autores favoritos. Por otro lado, admiro profundamente la pintura posmedieval cubana, y para licenciarme en Historia del Arte me especialicé en la obra de José Nicolás de Escalera y Domínguez, uno de los principales pintores cubanos del período colonial, el más cercano al espíritu medieval de todos los que conforman la Historia de Cuba.
"A su vez, los monstruos siempre han llamado mi atención. Padezco de una imaginación muy viva, que se siente fuertemente atraída por los objetos fantásticos y las criaturas horripilantes y de ultratumba, afición que adquirí gracias a Edgar Allan Poe, Howard Phillips Lovecraft, Jorge Luis Borges y Oscar Hurtado. Soy un escritor que me debo a todos los autores que he leído, así que es inevitable que aborde esos temas en lo que escribo. También rindo tributo a la historia como disciplina, pues nos ayuda a saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. En resumen: historia, arte y fantasía... esas son las tres palabras que resumen gran parte de mi trabajo.
— ¿Qué crees de la literatura actual del país, en especial la relacionada con los jóvenes escritores que empiezan y del funcionamiento del mercado literario? ¿Consideras que para los escritores provinciales es más difícil insertarse?
Creo que necesitamos más voces dedicadas al público juvenil, y en eso, los más "nuevos" podemos jugar un papel fundamental. También pienso que la relación entre literatura y mercado es algo que nunca debemos perder de vista. Para mí, un buen libro implica una mezcla de rigor literario, entretenimiento y valor comercial.
"En cuanto a los escritores de provincia, pienso que tenemos las mismas posibilidades que los habaneros o los santiagueros, quienes conviven con grandes editoriales nacionales como Gente Nueva o Editorial Oriente, aunque eso no garantiza que publiquen en ellas. He conversado al respecto con directivos de Gente Nueva, y ellos mismos reconocen que una parte considerable del talento autoral con que cuentan actualmente está en provincias "del interior". Hay autores que prefieren la "seguridad" de las editoriales locales; otros se arriesgan y presentan textos a concursos nacionales. Cada quien sigue las estrategias que mejor le funcionan. Lo importante para todos es que se publique lo bueno, venga de donde venga."
—Desde hace algunos años la literatura se ha visto condicionada por la vorágine tecnológica. ¿Qué opinas de este fenómeno?
La tecnología puede convertirse en una excelente aliada si le damos el uso adecuado. Gracias a ella recopilamos información y tenemos acceso a libros que no podemos adquirir en "copia dura", como dicen los cibernéticos. Confieso que soy incapaz de disfrutar de un buen libro en formato digital. Necesito tenerlo impreso, sentirlo en mis manos, oler la tinta fresca y el papel recién impreso. Sin embargo, respeto a los lectores que recurren a los artefactos digitales para leer. A fin de cuentas, lo importante es que lean, sin importar cómo lo hagan. Algún día desaparecerán los libros tal y como los conocemos en la actualidad; lo que no debemos perder nunca es la literatura.
— ¿Qué papel crees que juegan los jóvenes escritores que empiezan? Desde tu experiencia, ¿qué consejos les das?
En ellos palpita el futuro: los desconocidos del hoy serán los consagrados de mañana, si bien el tiempo, la dedicación y el talento tienen la última palabra. Yo "aprendí" a escribir leyendo, así que este es mi consejo: lean mucho, de todo y a todas horas, pero entréguense al maremágnum de la fabulación con ojo crítico, es decir, disfruten la historia, pero también aprendan de ella, vean cómo los autores plantearon y resolvieron los conflictos, cómo diseñaron los personajes, cómo dosificaron la información para crear suspenso... No hay lecturas, sino relecturas, parafraseando a Jorge Luis Borges. Luego, intenten aplicar lo aprendido en sus propias historias, a ver qué sucede. La literatura, más que un oficio, es un viaje de aprendizaje que nunca termina.
— ¿Qué nuevas puertas a abrir está perfilando Maikel?
En días recientes terminé Pequeño inventario de monstruos y demás criaturas fantásticas, un libro donde reúno por categorías a más de 200 seres fabulosos de las mitologías griega, egipcia, nórdica, celta, azteca, maya, china, japonesa, norteamericana, chilota y escocesa, entre otras. Es un libro inspirado en los bestiarios medievales, de cierto sabor enciclopédico, dividido en dos grandes partes: una dedicada a los monstruos zoomorfos, y otra a los teriomorfos.
"En él encontrarás a criaturas muy conocidas por los lectores occidentales, como el basilisco, el centauro, las sirenas, el unicornio, la Esfinge de Tebas o el dragón, junto a otras menos célebres, entre las que destacan el kelpie, los yokai japoneses, el satith, las merrows irlandesas y el quilin chino. Por su parte, Los enigmas de la rosa de marfil es la primera de una trilogía de novelas de aventuras, fantásticas y de terror interconectadas por el tema y los personajes."
"Actualmente trabajo en la segunda, que se titula Cerezas al óleo y transcurre en Sancti Spíritus, la ciudad donde vivo actualmente. La tercera será El noveno grimorio, y tendrá como protagonista a Bruno Delair, a quien los lectores conocerán en Los enigmas de la rosa de marfil. También doy los toques finales a Fantasmacromía y El nido de papel; el primero es un libro de cuentos parecido a Puertas de papel, y la segunda una novela de terror que transcurre en Boronilla, un pueblo imaginario en todo similar a cualquier pueblo de campo cubano. Por último, una confesión: he comenzado a tomar clases de dibujo, pues quiero convertirme algún día en el ilustrador de mis propios libros.
jorge luis daudinot
21/3/14 0:27
deseo tener correspondencia pues escribo una novela de ciencia ficcion,tengo algunas dudas,es de corte medieval,se llama seóres de los destinos
Alicia
17/3/14 11:25
Tengo la suerte que también me he topado con Maikel y siempre tiene esa energía, que no sé de donde la saca, para envolverte con sus buenas historias de búsquedas, personajes y sobre todo encontrar una excelente conversación en él
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