Pioneros de nueva historia para la fotografía artística

Fundada en el año 2011, bajo la guía del experimentado fotógrafo Tomás Inda, quien durante siete años impartió clases de Fotografía en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana (EFCH) comienza con muy buen tino a dar sus primeros pasos.

Hasta el venidero 12 de agosto se puede apreciar, en el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, una muestra de los mejores resultados de clases, foto safaris y concursos que ha realizado la escuela en estos dos años y que quedaron recogidos en la exposición colectiva titulada EFCHequeando.

Por segundo año consecutivo la EFCH organizó el evento teórico “Fotón 2013” que tuvo como eje central “La estética del simulacro en la fotografía”.

Precisamente sobre este tema, la estética del simulacro como método para fomentar la creatividad entre los estudiantes de fotografía, discursó el profesor y fotógrafo Márgel Sánchez Alfaro.

UNA MIRADA A LA FORMACIÓN DE LOS FOTÓGRAFOS CUBANOS

En declaraciones exclusivas a esta redactora, Tomás Inda explicó que en nuestro país hay una gran tradición de la fotografía épica, la cual ha documentado, desde la prensa nacional, momentos únicos de la historia patria.

Como parte de su labor en el Instituto de Periodismo, Inda constató que en Cuba todavía no se ha creado una carrera independiente (existe en otros países) para quienes se dedican a la fotografía fija en los órganos de prensa, en la mayoría de los casos, tienen como única opción estudiar Comunicación Social.

Tampoco en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro ni en la Universidad de las Artes (ISA) existe esa disciplina como carrera independiente. Muchos fotógrafos cubanos poseen una formación autodidacta o provienen de otras especialidades.

El caso de Márgel Sánchez es una muestra de ello. Sobre el tema conversamos con el joven docente de la EFCH.

—¿A qué crees que obedezca esa situación?

—Cuando se habla del devenir del arte fotográfico en Cuba no se tienen registros de ninguna escuela de fotografía como tal. Sí se formaron clubes de fotografía que agrupaban a algunos artistas importantes.

“Actualmente en las escuelas de arte se imparte la asignatura de Fotografía. En San Alejandro se han creado algunos cursos. Pienso que eso pueda obedecer a las complejidades de la técnica fotográfica. Además, en algún momento dentro de la historia del arte se vio a la fotografía como una suerte de oveja negra.

”No se ha tenido en cuenta cómo sistematizar todo un cúmulo de asignaturas en función de la fotografía para crear algo tan sólido como una escuela. Me aparece interesante que cuando analizamos la historia de un fotógrafo siempre tiene una formación profesional. Por ejemplo, es un médico devenido en artista del lente.

”La vocación llega después, a partir de un gusto estético y de un estudio autodidacta o de haber recibido algunos cursos teóricos y, en función de eso, volcar los conocimientos adquiridos en su carrera profesional.

”Visto así, la fotografía en Cuba es una especie de complemento dentro de la formación cultural de un individuo y no una especialidad independiente”.

—¿Cómo llegas al mundo de la fotografía?

—Mi formación como fotógrafo se fue desarrollando por necesidad. Estudié en el Pedagógico la especialidad de Artes Plásticas. Evidentemente eso influyó en mi sensibilidad ante las manifestaciones artísticas.

”Luego, a partir de inclinaciones personales, me comencé a mover en un mundo digital en cuanto a la imagen y eso me condujo, inevitablemente, a la fotografía.

”Así empecé a estudiar las cuestiones técnicas dentro de la fotografía, y traté de vincular todos los aspectos teóricos que estudié en la carrera para complementarlos con el mundo fotográfico”.

—¿En qué circunstancias te conviertes en profesor de la EFCH?

—Llego a la escuela de manera casual. Escuché el comentario de que se estaba creando una escuela de fotografía en La Habana. La idea me pareció muy interesante, atrevida y un buen reto.

”Un día llegué aquí (21 entre Paseo y A, Vedado). Toqué a la puerta y me abrió el director Tomás Inda. Me preguntó si estaba interesado en pasar algún curso. Le contesté que quería ser profesor.

”A partir de ahí comenzó un proceso de entrevistas y exámenes hasta que alcancé mi objetivo. Lo que realmente me motivó a impartir clases es que por primera vez escuchaba el término de Escuela de Fotografía Creativa.

”Me parecía un buen método por el cual apostar y quería formar parte de ese primer intento, aun cuando podía fracasar. Hasta el momento la escuela está dando sus primeros frutos.

”En la EFCH la cuestión es ir formando a los estudiantes de manera tal que vayan descubriendo la foto fija como una rama específica del conocimiento, como mismo lo es en el cine o la televisión.

”Me siento orgulloso de ser pionero de una historia nueva para la fotografía artística cubana: la formación de una escuela”.

—¿Qué asignaturas impartes en la escuela?

—Imparto asignaturas de corte teórico. Apreciación y Composición, Lenguaje Fotográfico, que comprende un poco de estética, semiótica, teoría del arte; siempre relacionado con el campo específico de la fotografía. También Revelado Digital, Fotoshop, Creación de DVD, entre otras más.

—¿Cómo defines la estética del simulacro en el arte?

—Es un fenómeno estético mediante el cual se subvierte la representación, se destruye toda su lógica referencial y significativa, se hace desaparecer la realidad, enmascarando, al mismo tiempo, su desaparición.

”En la fotografía se ve como el fenómeno donde la cuestión de lo real, del referente, del sujeto y el objeto ya no se puede presentar. Con estos saberes buscamos incentivar la creatividad de nuestros estudiantes y una muestra de ello se puede apreciar en la exposición EFCHequeando”.

Uno de los alumnos que expone su obra en EFCHequenado. (Foto: Autora)