Omar Rolando y los "pasos firmes" de un actor

Quizás porque creció viendo a la abuela Trinidad actuar. O quizás fue aquella vez cuando pidieron permiso al público para que el niño entrara en escena. Lo cierto es que el teatro siempre estuvo entre las primeras opciones, aunque no fue tan fácil llegar hasta él.

La primera vez que Omar González Rolando se presentó a las pruebas de aptitud para la Escuela Nacional de Arte (ENA) se llevó una decepción. Entonces se fue a estudiar a un pre en el campo, en el que duró poco tiempo. Para fortuna suya, en este período su mamá y su abuela le comentaron de una segunda vuelta, su gran oportunidad.

Meses antes de volver a probar, la abuela Trinidad fue la encargada de la preparación. Unas clases en casa, algunos ejercicios de actuación, y el joven estaría listo. Fue así como en el año 2006 comenzó, oficialmente, su carrera de actuación.

“Yo decidí actuar desde pequeño. Siempre me gustó. Recuerdo que lo primero que hice fue una obra para niños que montó mi abuela en el Rita Montaner. Se llamaba “Busca buscando”, y creo que fue premio a Mejor obra para Niños, o Premio de la Popularidad, algo así.
Después tuve la oportunidad de trabajar con Tony Díaz en una obra que se llamaba Jesús, en la que hacía un personaje muy pequeño. Recuerdo que en el último día de la temporada pararon al público para que no se fuera y me dejaron hacer la última escena, que es cuando asesinan a Jesús, y fue de verdad un momento de lo más feliz para mí”, comentó el joven actor en exclusiva para Cubahora.

Pero como todos los niños, Omar Rolando tuvo más de una motivación. Si no era actor, sería deportista. Así practicó lucha, voleibol, karate y boxeo. Participó en competencias, ganó medallas y hasta el día de hoy, ha mantenido sus entrenamientos como parte de sus hobbies.

Fue Dani, el personaje creado por Amílcar Salatti para el teleplay Pasos Firmes que dirigió Yoel Infante, lo que años más tarde le regaló la posibilidad de llevar sus dos pasiones a escena. Estrenado recientemente en el programa televisivo Una calle, mil caminos, el dramatizado cuenta la historia de un joven atleta ciego que intenta coronarse en los Juegos Paralímpicos. Tras ser abandonado por su guía, Dani (Omar Rolando) se convierte en su compañero para la disciplina, quien de esta forma deja de robar en las calles, método facilista que utilizaba para sobrevivir.

Momentos de la grabación del teleplay Pasos Firmes (Foto: Cortesía del entrevistado)

“Yo me sentía muy identificado con ese personaje. En mi vida me pasaron cosas similares, aunque no iguales del todo. Tuve la ausencia de mi padre, que suplieron mi abuela y mi mamá. El trabajo de mi mamá requería que ella viajara con frecuencia, así que fui un niño que pasó bastante tiempo solo”. Vinculado desde sus inicios al teatro, hizo su debut en el cine con la película Inocencia, de Alejandro Gil, en la que interpretó al estudiante de medicina Carlos de la Torre. Otras veces se le ha visto en televisión en espacios como Tras la Huella, y en otro teleplay dirigido también por Yoel Infante.

“Inocencia es una experiencia que siempre agradeceré a la actriz Yaremis Pérez, quien por su constante trabajo con los actores y como profesora en la escuela nos sugirió para el filme, pues por la complejidad del mismo, no se hizo casting. Siempre agradeceré también a Alejandro Gil por esta oportunidad. Pasos Firmes también me ha llenado de felicidad, porque ha sido un personaje muy lindo ese que he interpretado. Agradezco a Amílcar, a Yoel y a todo el equipo por esos veinte días de filmación en los que fuimos como una familia.”

Trabajar con Víctor Alfredo Cruz (Gustavo), el joven actor que interpreta al personaje ciego y que protagoniza a la par Pasos Firmes, ha sido fácil para Omar Rolando, quien accedió a conversar sobre su carrera a través de whatssapp. Además, confesó, el dramatizado lo llevó a estudiar y trabajar el doble para que todo quedara lo mejor posible.

Omar Rolando y Víctor Alfredo durante la filmación de Pasos Firmes (Foto: Cortesía del entrevistado)

— En una entrevista anterior dijiste que cada personaje es diferente y que es el actor quien debe llevarlo siempre por el camino apropiado. ¿Crees que lo lograste con Dani en Pasos Firmes?

— Yo creo que con respecto al personaje de Dani, el público mismo lo ha dicho con la aceptación que ha tenido. A mí me gustó mucho mi trabajo. Los actores siempre nos buscamos defectos y somos perfeccionistas, pero yo estoy muy contento con el resultado, sinceramente. Siento que quedó bien, que la historia, la enseñanza y el mensaje que queríamos llevar a la gente le llegó.

Aunque sus apariciones en televisión no han sido tan frecuentes, como a la mayoría de los actores las personas lo reconocen siempre por el último personaje que ha hecho. Aun cuando la cuarentena impuesta por la pandemia de la COVID-19 impide salir de casa con frecuencia, Pasos Firmes ha puesto muchos más ojos en “Dani” y también en Omar, quien también es actor de la compañía de teatro El Público.

—Para terminar, ¿cómo ha sido el trabajo de Omar Rolando en este período de cuarentena, qué nuevas sorpresas traes aun cuando este ha sido un tiempo de stop?

Carlos Díaz, de teatro El Público, una persona a la que admiro muchísimo, tenía en mente hacer una obra que se llama “Ricardo III”, pero eso aún está “cocinándose” y por la situación actual no se ha podido hacer. También estoy trabajando con Teatro El Portazo, de Matanzas. Estábamos haciendo una obra que se llama “Todos los hombres son iguales”, una comedia cabaret.

Mientras, aquí en casa veo series y películas, estudio mucho con eso. Estoy también estudiando un poco de inglés y me encanta la literatura en general, especialmente de la obra de Padura. Siempre que puedo sigo con mis deportes y mis ejercicios. Estoy la espera de que surjan nuevos proyectos, me encantaría hacer más cine y televisión.

Cual retrato de la sociedad cubana, el clip de poco más de una hora de duración logra captar sus esencias. Los grises y los pespuntes de colores. La tristeza y la felicidad. Es una obra con un claro sentido de la inclusión, del compañerismo, de la lucha contra absurdos y del amor. Una muestra de que por muy perdidos que creemos los valores, una buena mano siempre puede traerlos a flote otra vez.