La historia de Cuba libre, tercer largometraje de ficción del realizador Jorge Luis Sánchez (El Benny,Irremediablemente juntos) se enmarca en el período entre 1898 y 1899, y cuenta la historia de Samuel y Simón, dos niños que tras la derrota y la salida de España, al final de la Guerra de Independencia, viven intensamente el momento en que los norteamericanos se comportan como un ejército de ocupación.
Los protagonistas infantiles del filme son: Christian Sánchez (Samuel) y Alejandro Guerrero (Simón). Jorge Luis Sánchez no se equivocó en el casting realizado a los veinte niños que trabajaron en Cuba libre.
Tal parece que Simón fue escrito para Alejandro, un preadolescente, que hace apenas un año provocó algunos revuelos durante el rodaje del filme, debido a las travesuras propias de un niño, en período de transición hacia la adolescencia.
Hoy Alejandro cursa el noveno grado. La fama que ha motivado su presencia en Cuba libre, uno de los largometrajes de ficción que concursa en el 37 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, no lo ha llevado a envanecerse, más bien se le ve maduro, y muy centrado en sus objetivos de convertirse en actor cuando sea grande.
“Pertenezco a la compañía Arte Estudio Hombrecito Verde, que dirige Jorge Pedro Hernández, y al grupo artístico VerdArte, integrado por los mayorcitos de la compañía. En el Hombrecito Verde llevo cuatro años junto con mi hermano. Antes de eso era pelotero. Cuando mis padres se separaron salí de la pelota y entré en el mundo de la actuación y le dije a mi mamá: 'Esto es lo que yo quiero'.
”Un día llegó Jorge Luis Sánchez a nuestra sede y nos invitó a un casting. Entre muchos niños nos eligió a cinco. Uno de ellos, era yo. Entonces fuimos a una casa donde nos prepararon los actores de la película Yarlo Ruiz (Teniente americano negro) y Malú Tarrau (la prostituta Fela)”, confiesa Alejandro, quien le diera vida al personaje de Simón, inspirado en Simeón, bisabuelo del director y Coronel en la Guerra de Independencia.
—¿Qué llevaste de los conocimientos adquiridos en el teatro a la hora de enfrentarte por vez primera a una cámara?
—Al enfrentarme por primera vez a la cámara me resultó muy difícil lograr el personaje porque provengo del mundo del teatro donde todo es más grande. Se habla de desplazamiento escénico y de cadenas de acciones. Todo eso lo trasladé al cine donde hay más realismo y la actuación es de manera más pausada, pensando en la cámara.
“Fue un gran privilegio trabajar con actores como Manuel Porto e Isabel Santos que fueron una escuela para mí. Quiero agradecerle a Jorge Luis por haberme encontrado y yo haberlo conocido a él.
”Tengo el orgullo de haber compartido la escena con un actor muy pequeñito, mi hermano Alexander Guerrero Machado, que ahora es el conductor en televisión de las cápsulas promocionales del Festival Cantándole al sol”.
—¿Cuánto te ha aportado esta película para el conocimiento de una parte muy importante de la historia de Cuba como fue la reconcentración de Valeriano Weyler y la intervención norteamericana en la guerra hispano-cubana?
—Esta película hasta me permitió aprobar un examen de historia. Siempre había visto la historia a través de los libros, donde leía y memorizaba los textos. Al ver, en una representación, cómo eran los vestuarios, cómo fue la vida de las personas y de los niños, en 1898, me fue de mucha ayuda para mis estudios en la escuela.
“Me deslumbró mucho la escenografía porque tuve la historia frente a mis ojos. Pienso que el audiovisual es una forma de transmitir la realidad, la verdad, de manera más atractiva, más entretenida”.
—Luego de tu primera incursión en el cine, ¿te gustaría seguir ese camino?
—Si, me gustaría mucho seguir en el camino del cine. Me han preguntado si me atrae más el cine o el teatro y he respondido que los dos. Uno es como la base y el otro, la escalera. Por eso continúo preparándome en mi grupo de teatro.
“Tengo proyectos de trabajar en series, pero ninguna propuesta para el cine. Me sigo estudiando los guiones de Cuba libre, para cuando me llamen a un próximo trabajo no estar en frío. Cuando me vi en una película le dije a mi mamá que de verdad eso era lo que quería para mi futuro”.
—¿Y cómo llevas la fama con tus compañeros de la secundaria?
—Mis compañeros me dicen: 'Te vi. Saliste en la televisión'. Agradezco mucho que las personas me vean. No trabajo para que me elogien, ni por la fama, ni para que me tiren fotos.
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