Jorge Pablo Lima es su nombre. Artista visual, ensayista y poeta, con algo o mucho de filósofo. Ha expuesto en varios países, como Estados Unidos y España. Se autodefine como un humanista homeopático, una pretensión muy favorable en el ámbito creativo que ojalá logre siempre. Es fundador del colectivo del arte de acción Balada Tropical. Nació en Matanzas, pero vive en La Habana, algo “normal”, aunque no sé si él aceptaría esa palabra.
Sus primeros libros fueron Lecturas del cuerpo y El volumen de la resistencia, un estudio sobre las implicaciones éticas del acto creativo y los procedimientos que eventualmente lo debilitan o lo potencian.
La experimentación y la reflexión son aspectos esenciales de su obra pictórica, por eso no sorprende que, junto a otros dos integrantes de Balada Tropical, haya obtenido la beca Antonia Eiriz, de la Asociación Hermanos Saíz en el año 2019, con el proyecto “El derecho a la pereza”, igual título que un ensayo del cubano Paul Lafargue, quien fue yerno de Karl Marx.
Él no tiene ninguna exposición preferida pues nunca ha sentido esa sensación de orgullo respecto a ninguna faceta de su trabajo: “…es muy difícil hacer algo que tenga en sí mismo la capacidad de florecer, de errar, de amar, de morir, de resucitar. Esto es muy sentimental, pero expresa con exactitud lo que quiero decir”.
- ¿Cómo asumes el acto creativo, es algo lúdico y espontáneo o también implica exigencia y disciplina?
- De ese modo planteado, parece un hecho teatral; pero es todo eso y no. Hay una idea de George Perec —escritor francés— sobre el Aleph, que quizás nos ayude a entrever la naturaleza del acto creativo. Recuerdo: “…todo comienza por una imagen, o una sensación, o una palabra, luego viene describirlas, diseñarlas y darles consistencia, como los dibujantes de portulanos que dieron nombre y orientación a las costas, hasta que la tierra fue separada (o unida) con el mar por una constelación de sentidos continuos”.
“El acto de creación es un ejercicio iniciático en el que todo es potencialmente visible y relacionable. En correspondencia, una idea supone la construcción de un abecedario; esto es, una forma condensada y mesurable de concebir un universo”.
- ¿Cuán favorable puede ser para un artista visual el trabajo en equipo, como en Balada Tropical?
- Aunque yo esté solo, el arte es obra de multitudes. No soy yo quien habla o crea las imágenes; habla el logos a través de mí, decía Heráclito. El acto de pensar es revolucionario porque invoca y reúne a todos nuestros antepasados en cada palabra, en cada gesto, en cada imagen.
El artista visual, ensayista y poeta Jorge Pablo Lima. (Tomada del perfil de Facebook del entrevistado)
“Alguna vez Gilles Deleuze —filosófo francés que se suicidó en 1995— dijo a sus estudiantes, justo antes de comenzar un seminario: “Presten atención, quizás sea esta la única vez que escuchen hablar a Baruch Spinoza” —filósofo nacido en Ámsterdam en 1632, perseguido y marginado—. Balada Tropical solo ha hecho conciencia de eso. Hablamos con múltiples fantasmas (más o menos vivientes, más o menos legibles), pero sobre todo escuchamos; y ellos, con una delicada bondad, a veces, nos favorecen”.
- En 2008 escribiste tus primeros poemas y obtuviste un premio en el concurso David por tu poemario Lecturas del cuerpo. ¿Sigues cultivando la poesía?
-La poesía no es algo que se elige; la poesía te elije a ti. Y una vez que eso ha sucedido, ya nunca podrás renunciar a tu destino poético. La escritura es el medio con el que ese compromiso se verifica.
“Llevo varios años trabajando en dos cuadernos de poesía, y hace poco he decidido compartirlos. Pero… ¿quién sabe? Hay ciertos poemas, pero uno en particular, By Blue Ontario´s Shore, de Whitman, se ha convertido en un juez infranqueable. Veremos qué sucede en la próxima audición”.
- Existe alguna relación directa entre el contenido de tus versos y las obras visuales. ¿Sientes que se complementan? ¿Por qué?
- Es difícil saberlo. Hay un pensamiento visual, en el caso del arquitecto o del artista, y hay un pensamiento verbal, en el caso del escritor. Cada uno tiene sus herramientas y sus métodos, y su modo de relacionarse con las cosas a través del espacio, de la imagen o la palabra, respectivamente.
“Pero hay un momento, cuando ambos saberes coexisten en un cuerpo, cuando conciencia e intuición se sincretizan y se perciben (e incluso se predicen) en cada enlace y cada mutación de esos lenguajes, cuando las herramientas y los métodos se convierten en un acontecer de naturaleza y la comprensión alcanza su versatilidad mayor; cuando eso sucede, por momentos, solo por momentos, la frontera artificial entre una disciplina y otra desaparece.
”Entonces, lo difícil no es la conversión de una sensación, o de un pensamiento, en un edificio, en una imagen o en una escritura; sino, la ausencia total de cansancio y el peligro de no tener necesidad de expresar absolutamente nada”.
Estudio 50. (Tomada del perfil de Facebook del entrevistado)
- ¿Cuál consideras que ha sido tu principal desafío profesional hasta el momento?
- Quizás esperas que me refiera a una obra, y ciertamente podría citar ejemplos: Prófugos del Glamour fue desafiante por su abundancia objetual y su aspecto de resistencia física, el Cocktail Balada Tropical y Speakeasy porque entre ellos se da el salto de una síntesis vertiginosa a una búsqueda de alianzas creativas ajena a la obra de arte y por eso mismo difícil de orquestar.
“Pero la exigencia mayor está en otra parte. Cuando escucho a Octavio Paz, a Isidoro Borges… siento el jadeo predador de mis carencias. De ellos he tomado tanto y devuelto tan poco, o nada. El desafío primero tiene entonces la forma de una deuda vital, una deuda con el lenguaje, y con aquellos que me han construido tal cual como ellos no fueron”.
- En tu opinión, de manera muy breve, ¿qué debilita o potencia el acto creativo?
- El arte puede ser autofágico; se alimenta de todo, incluso de sí mismo. Pero el pragmatismo es una apuesta peligrosa. He tratado este asunto en El Volumen de la Resistencia. No es un tema subestimable.
- ¿Cuáles son tus referentes en el arte visual y la literatura?
- Cada palabra y cada silencio articulado en esta conversación, forma parte de un pasado y de una suma de referentes. Por ejemplo, cuando digo que “una idea y cada obra que configura esa idea genera su propia territorialidad”, de algún modo es Gilles Deleuze quien se pronuncia; cuando hablo de “atmósferas suspendidas o en defensa de la imagen pobre”, pienso en Gregor Schneider —artista alemán— y en Hito Steyerl —artista visual, ensayista y realizadora cinematográfica de Alemania—; cuando considero la obra de arte como un lenguaje autopoiético cuyo escenario es la comunidad objetual que temporalmente la conforma, hablan Humberto Maturana y Francisco Varela —filósofos y biólogos chilenos—, Jarry Bourbaki y Hakim Bey —seudónimo del poeta y ensayista estadounidense Peter Lamborn Wilson—. Cuando digo que el trabajo de Balada Tropical trata de generar un ecosistema de relaciones contrainductivas, entonces comienzo a escuchar todas esas voces en mi voz, articuladas.
“Pero la tarea fundamental no es detectar los referentes, sino identificar que parte del discurso es nuestro cuando hablamos”.
- ¿Se puede ser totalmente innovador en el arte visual?
- El arte es siempre invención, no en el sentido del progreso sino del lenguaje. Cuando no lo es, estamos en presencia de otra cosa.
Condición indolente. (Tomada del perfil de Facebook del entrevistado).
- En tu opinión, ¿cómo deben ser los jóvenes creadores?
- En el arte, la juventud es un estado del ser, y la creación es su expresión más audaz. Leemos a Lao-Tsé —filósofo oriental— o a Homero Aridjis —escritor mexicano— y un estímulo genesíaco nos acoge; vemos El Jardín de las delicias, de Jheronimus van Aken —pintor de los Países Bajos— o el ciclo Cremaster, del estadounidense Matthew Barney, y una belleza siempre nueva e impredecible nos acerca al umbral donde alguna maravilla acecha.
“El gran arte es esencialmente optimista porque invita a un diálogo ahistórico y en perenne construcción, donde el joven Lucio Anneo Séneca, nacido en Roma, y el publicista Fernando Pessoa —escritor portugués— y el ambulante Rafael Moreno y nosotros mismos compartimos la mesa, las ideas, la embriaguez: conversación infinita en la que siempre podemos pedir la palabra aun cuando no somos protagonistas.
”Pues aunque se presente en claves tétricas, el gran arte es proactivo: excita al intelecto, y no tiene edad, ni nacionalidad, ni tiempo. Esta, aunque resulte difícil, ha de ser la modesta aspiración del artista”.
- ¿Qué importancia le concedes a la Asociación Hermanos Saíz, especialmente para impulsar proyectos relacionados con el arte visual?
- Es poco probable que desde mi retiro náutico conozca las interioridades de la Asociación Hermanos Saíz. Pero según lo entiendo, hay cosas que toda institución u organización cultural debe hacer y otras a las que no debe renunciar.
“Con respecto a esto último, entiendo que su condición mejor estará en su capacidad de permanecer en la proposición, en favorecer el diálogo adisciplinario, en no intentar definir la cultura, en cultivar el derecho en todas sus aristas (desde el derecho a la pereza, al altruismo y a todas las mediaciones entre ellos), aunque se llegue a errores elementales, pues, incluso en ese momento, es el artista (no el administrador cultural) quien está destinado a hacer conciencia y abordar la cuestión desde el arte, como experiencia creativa y no como situación política.
”Y con respecto a lo primero, creo que cada institución debe tener su propia política cultural y de divulgación y ser reconocida por ella, y no aspirar a una estrategia de inclusión infinita que ya sabemos lleva a la censura.
”Claro que esto exige una visión, una responsabilidad y una correspondencia entre la institución y el artista, sobre todo en épocas de fundación o acabamiento.
”Si me permites, puedo recomendar tres libros que exploran las relaciones entre el individuo y la sociedad institucionalizada con una creatividad admirable: Transparenzgessellschaft (La sociedad de la transparencia), de la inteligencia surcoreana Byung-Chul Han; The Construction of Social Reality, del eminente profesor John Rogers Searle; y, A Analise Institucional, del sociólogo francés René Lourau”.
- ¿Cuáles son tus principales sueños en el arte visual y la literatura?
- Yo no sueño, trabajo; y busco que la materia final sea digna de compartir con mis antiguos y futuros contemporáneos.
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