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lunes, 18 de noviembre de 2024

Leda y el cisne, la escultura de las incógnitas (+Fotos)

La reubicación de una pieza escultórica en Matanzas motivó la curiosidad de no pocos transeúntes, pero más allá de su aparición, la estatua-fuente encierra otros misterios...

Jessica Mesa Duarte en Exclusivo 19/12/2018
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Todavía la ciudad estaba en calma. Los rayos del sol, tímidamente, asomaban por el este y la frialdad matinal golpeaba el rostro de los pocos transeúntes que atravesaban el Parque de la Libertad. Pero el restaurador Miguel Ojito y los obreros se encontraban allí desde mucho más temprano.

Algunos matanceros pasaban y observaban curiosos la extraña pieza que desde días antes ocupaba un lugar en la plaza en espera de su reubicación, a pocos metros de donde estuvo hasta los años 70 del siglo pasado.

Entonces el artista Agustín Drake Aldama era un niño, sin embargo, estuvo muy vinculado a la realización de la estatua Leda y el cisne, a esa interpretación que regaló el pinareño Juan López Conde a la ciudad de Matanzas, y asiste por segunda vez a su emplazamiento, ahora con una imagen más hermosa que en años anteriores.

Un transeúnte con marcadas arrugas en el rostro y cabellos blancos detiene el paso. “No recuerdo que esta pieza estuviera antes en el parque y yo he vivido en Matanzas desde que nací”, dice. Drake lo observa con detenimiento. Aquel hombre tiene los años suficientes para haber visto la estatua cuando, décadas antes, adornaba el lugar.

Con una tenue sonrisa, como quien tiene guardada una carta bajo la manga, el anciano artesano extiende un sobre. Saca unas fotos antiguas de su interior y en una de ellas aparecen unos muchachitos junto a un hombre, que parece ser su maestro, y la mujer desnuda del cisne en el cuello.
“Este soy yo”, nos dice y señala a uno de aquellos estudiantes.

En aquel momento Agustín era alumno de la Escuela de Arte de Matanzas y su maestro, López Conde, lo contrató como ayudante para crear la pieza y así también encontró una posibilidad de costear sus estudios.

“Nos dijo: ‘Voy a cobrar tanto, ustedes me ayudan y yo repartiré 200 pesos para todos’. Eso incluía el pago a los ayudantes, la modelo y los materiales que usamos. No recuerdo cuánto fue que me tocó, si fueron 20 o 30 pesos. La escultura se fundió en Obras Públicas en La Habana y este es el emplazamiento que tenía anteriormente”.

Señala en otra fotografía, también en blanco y negro y fechada en diciembre de 1952, el lado contrario al que hoy ocupan Leda y el cisne. Para asegurar que la fuente no solo sea un elemento decorativo y siempre tenga agua, las autoridades de patrimonio decidieron ubicarla sobre la cisterna del parque.

Desde allí la mujer con alas observa de frente el hermoso Palacio de Gobierno, advierte el Conservador de la Ciudad, Leonel Pérez Orozco.

“Leda y el cisne es una escultura realizada por López Conde en 1952. Mide dos metros y pesa aproximadamente tres toneladas y media. Está hecha en bronce, creemos que de los cañones del Castillo de San Severino, que por aquella época se desactivaron y se tomó el material para muchas fundiciones en Matanzas. En 46 años es la primera vez que sale a la calle y constituye la única de su tipo en el país.


El pueblo matancero asiste a la reubicación de la pieza escultórica (Foto: Jessica Mesa/ Cubahora).

”La cara es la de un muchacho, de quien no tenemos referencia, pero sí conocemos que el cuerpo es el de una joven que asistía a la Escuela de Arte, a quien López Conde llamó para que fuera la modelo”.

Juana Barroso, una muchacha “de cuerpo envidiable”, según recuerda Agustín Drake, quien además de estudiar trabajaba como prostituta, sirvió como modelo a la pieza escultórica. Después de aquel trabajo, nunca más volvió a ejercer “el oficio más antiguo del mundo”.

“Las prostitutas ganaban un peso y ella con este trabajo tenía garantizado diez pesos por una hora durante tres días. Después se mantuvo como modelo en varias obras escultóricas por las que le retribuían 2, 50 pesos. Gracias a esta labor no tenía ya necesidad de mantenerse en el prostíbulo. Tanto fue así que cuando murió era empleada de una de las galerías de la ciudad”.

Aunque el nombre de Agustín Drake no figure junto al de López Conde en la base de la escultura, emplazada nuevamente en el Parque de La Libertad, sus manos también moldearon el frío bronce. “Trabajamos junto al maestro en todo lo que él hacía. Dentro de la escultura, él se dedicaba a hacer animales. Trabajó el cuerpo humano en pocas ocasiones.

“De su labor se conservan en Matanzas los venados y una fuente en la que aparecen tres delfines, ambos en el parque Watkin. Pero la obra era su responsabilidad, nosotros solamente le servimos como ayudantes para ganarnos el sustento que nos facilitara el pago de nuestros estudios”.

El octogenario creador se refirió entonces a las particularidades de la pieza. “Su importancia es más bien histórica. Significó la preocupación de un gobernador en aquella época por hacer una fuente en el parque. Sin embargo, desde el punto de vista artístico no tiene mucha connotación. Uno de los primeros errores que se advierte es que para poder mantenerla en equilibrio hubo que hacer una base muy grande. La cabeza del cisne no está hecha al detalle, se observan elementos que agreden el sentido estético de la escultura”.

Pérez Orozco mencionó algunas de las incógnitas que mantiene para los estudiosos esta figura desde su significado conceptual. “La interpretación que el artista imprimió en Leda y el cisne es completamente diferente a la que conocemos por la leyenda griega. Generalmente todos los escultores ponen a Leda con poses copulativas con el cisne.

En este caso, López Conde hace que el cisne abrace a Leda. Por eso de frente parece un ángel con las alas abiertas y por detrás te percatas de que el animal está posado en su espalda.

“Esto también trae una dicotomía. Cuando observamos la cara de Leda, realmente es un muchacho con facciones griegas que tiene cuerpo de mujer y alas en la espalda, mientras que de frente pudiéramos pensar en el ángel caído. Existe ahí la ambivalencia que logró el maestro entre la leyenda griega y la cristiana”.

Leda y el cisne embellece desde octubre último el Parque de La Libertad, en el centro histórico de la ciudad de Matanzas, Monumento Nacional. A partir de ahora, al mirarla pensaremos en ella no solo como una pieza escultórica sino también como la memoria de una época y como un valor histórico añadido a la Atenas de Cuba.


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Jessica Mesa Duarte

Periodista y escritora de guiones radiales.

Se han publicado 1 comentarios


lazaro57
 10/1/19 9:32

esa estatua esta muy bonita

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