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lunes, 23 de diciembre de 2024

Laura Moras: de Enigma de un Verano a Tierras de Fuego (+Video)

A los 15 años realizó su primera aparición en TV y un año después fue aprobada en el casting de la exitosa serie juvenil que la definió de manera decisiva en el camino de la actuación...

María Carla Gárciga en Exclusivo 26/07/2013
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Laura Moras en el plató de Tierras de Fuego
Laura asume un papel protagónico en la telenovela "Tierras de Fuego".

La joven actriz Laura Moras ha contado desde sus inicios en el complejo mundo del arte dramático con dos importantes cartas de triunfo: la suerte y el talento. A los 15 años realizó su primera aparición en TV dentro del teleplay Con el gris posado en la mejilla y un año después fue aprobada en el casting de la exitosa serie juvenil Enigma de un Verano, experiencia que la definió de manera decisiva en el camino de la actuación.

Agradecida de la formación que recibió en el Instituto Superior de Arte (ISA), Laura defiende la academia como un pilar fundamental para adquirir todas las armas y conocimientos necesarios en la actuación junto al talento natural. Luego de graduarse de la universidad de las artes en el año 2006, ha trabajado en diversos teleplays, cuentos, filmes de ficción, teleseries y hasta ha incursionado en la conducción en más de un programa televisivo.

Sin embargo, confiesa que los trabajos de larga duración son los que más la han enseñado porque le permiten explotar el personaje desde muchas aristas. En este sentido, destaca, además de Enigma de un Verano, la teleaventura Los tres Villalobos y las novelas Añorado Encuentro y Tierras de Fuego, la más reciente propuesta dramática que se transmite por la TV cubana, donde Laura asume el papel protagónico con el personaje de Isabel.

“Me gustó asumir este rol porque se trata de una mujer fuerte con conflictos como cualquier otra. Es estricta con la familia, con la hija, el marido, y tiene contradicciones entre lo que siente en realidad y lo que no puede hacer por la sociedad, lo cual la hace transitar por muchas situaciones a lo largo de la novela”.

—¿Cuáles han sido los momentos más difíciles que has tenido que enfrentar a lo largo de tu trayectoria profesional?

—Viéndolo desde ahora que ya estudié en el ISA y tengo un conocimiento de lo que es el arte y la actuación, para mí Enigma de un Verano fue algo bien complicado porque no sabía nada de actuación, ni como enfrentar la realización de un personaje. Me leía las escenas, me las aprendía de memoria y para mí ya eso estaba bien, incluso muchas personas piensan todavía que es así pero actuar no tiene nada que ver con eso. Al valorar el trabajo en este momento me doy cuenta de que me faltaban muchísimas cosas.

“Para mí enfrentar la actuación de los personajes en sentido general es difícil y al mismo tiempo no lo es, depende de cómo lo mires. Lo puedes asumir de dos formas: hay actores que prefieren no equivocarse y hacerlo todo de igual manera; tienen un personaje, que son ellos mismos, hablan orgánicamente, siguen el mismo patrón continuamente y no cometen errores. Pienso que eso no está del todo bien; es cierto que la actuación es muy complicada porque estás en un hilo, puedes quedar por debajo o pasada, pero yo prefiero siempre arriesgarme y tratar de hacer cosas diferentes aunque vaya a cometer errores y esté expuesta”.

—¿Cómo valoras el trabajo en los diferentes medios: radio, cine, televisión, teatro…?

—Desgraciadamente no he hecho radio; he tenido la posibilidad, pero la radio lleva mucho tiempo y siempre he estado inmersa en algún tipo de trabajo en la televisión que no me ha dado el tiempo necesario para incursionar en este medio, aunque espero en algún momento poder hacerlo.

“He trabajado en cine, sobre todo en películas extranjeras; la mayoría no se han puesto aquí, pero he tenido la posibilidad de actuar con Geraldine Chaplin y Jane Birkin. Las películas cubanas que he hecho son Omertá, con un personaje pequeño, y acabo de terminar otra con un protagónico que es producción de Caricato.

”El cine me gusta mucho porque es parecido a la televisión, pero te da la posibilidad de repetir más veces, tienes más tiempo para hacer las cosas mejor y más recursos económicos. En la televisión todo es muy inmediato, no se puede estar repitiendo muchas veces porque se graba contra tiempo, 18 ó 20 minutos al día que es demasiado; en el cine grabas dos, tres minutos, pero pienso que la TV te da el fogueo.

”En cuanto al teatro, creo que es una gran escuela para todos los actores porque es de resultado inmediato, lo haces en un momento en que el público te está viendo, por lo que tienes que saber enfrentarte a las cosas que te pasan y resolver todas las situaciones que se te pueden presentar en escena sin irte del personaje”.

—La escuela cubana de actuación se ha ganado un prestigio dentro y fuera de nuestras fronteras a través de varias generaciones de actores que han sentado pauta. En este sentido, ¿qué criterios tienes sobre los jóvenes actores cubanos que se han dado a conocer en los últimos tiempos?

—Pienso que hay muy buenos actores jóvenes que han salido de las escuelas con una sólida formación, incluso he trabajado con algunos de ellos y me parece que van por buen camino y son talentosos, que es lo más importante.

“Lo que les recomiendo a estos jóvenes que empiezan es que estén conscientes de que esto es un trabajo como otro cualquiera, de que tú no eres mejor ni peor que nadie y tienes que pensar y trabajar siempre desde la humildad. El público a veces te pone por los cielos, te idealiza, y yo pienso que las personas jóvenes a veces no saben enfrentarse a eso y comienzan dando malos pasos, se endiosan, y uno tiene que tener siempre la sencillez y la humildad como los parámetros fundamentales en la vida, eso es lo más importante, ser buena actriz y buena persona, y tratar de que ni la fama ni la gente te afecte”.

—¿Cómo valoras los espacios de realización que tienen los actores cubanos en estos momentos?

—Desgraciadamente tenemos muy pocos espacios porque se realiza como promedio una producción de telenovela al año, cuando más dos; diez teleplays, es muy poco; hay muchos actores y en las escuelas se gradúan todos los años jóvenes que no tienen dónde trabajar ni qué hacer. Algunos cuentan con la suerte de estar en buenos grupos de teatro, pero tengo compañeros que estudiaron o trabajaron conmigo que no se están dedicando a la actuación porque no encuentran trabajo; han estado mucho tiempo yendo a castings, tocando puertas, buscando personajes, y nunca los han llamado para nada. Esto también es una carrera de suerte, hay gente que no tiene tanto talento y tiene suerte, hay gente que tiene mucho talento y no tiene suerte…

“La TV también es un medio muy caro, hacerla incluso con bajos recursos como la hacemos nosotros implica una inversión de mucho dinero. Claro que me gustaría que se hicieran más producciones y que no fuera una sola novela la que pusieran, que existieran más dramatizados, policíacos, porque hay muchos actores con calidad que no han podido hacer nada”.

—En cuanto a las telenovelas cubanas, ha habido comentarios por parte de la crítica y el público en relación a que se ha producido un descenso de la calidad de las propuestas dramáticas. ¿Cual es tu opinión al respecto? 

—El arte, que es un trabajo para el público, resulta muy subjetivo; a veces uno está haciendo algo y no sabe si le va a quedar bien o mal. De eso te das cuenta en el teatro, no todos los días la gente recibe la obra igual: en ocasiones un público sale diciendo que es la mejor del mundo y al otro día a las personas no le gusta.

“En el caso de la TV se nota mucho más por ser un medio masivo y porque cuando tienes una sola telenovela o un cuento que sale a la semana, si esa propuesta no gusta se echa mucho a ver. Si hubiera, por ejemplo, tres telenovelas al día, existiría más variedad y el público se encontraría más segmentado, pero como en Cuba se transmite una sola telenovela, si la audiencia no se siente identificada o no le gusta, ya es general. Desgraciadamente, no tenemos producción como para satisfacer todos los tipos de gustos”.

—Sobre Tierras de Fuego, la novela recientemente estrenada de la cual eres protagonista, ¿cómo fue el trabajo con el equipo?, ¿qué reacciones has notado por parte del público?

—Esta novela tiene de bueno que es la telenovela clásica, cumple con los parámetros de los conflictos amorosos: una pareja que se ama pero no puede estar junta; problemas familiares, odio, rencores, intriga, o sea, es la clásica telenovela; eso al cubano le gusta mucho.

“Hasta ahora he recibido buenas opiniones de todas las personas que se me han acercado; uno se da cuenta cuando al público le gusta una cosa o no porque la gente no se mide, siempre te dice lo que piensa y el grado de aceptación hasta el momento es muy favorable, por lo cual me siento muy contenta. Al cubano siempre le han gustado estas cosas campesinas, es un esquema que ya está probado y funciona, no solamente aquí, sino también en otros países.

”Me he sentido muy bien con Miguelito, el director; es la tercera vez que trabajo con él y para mí siempre resulta muy bueno porque me ha enseñado mucho. Con el equipo de actores también nos llevamos todos muy bien porque la mayoría pertenece al elenco de Los Tres Villalobos. También comparto con jóvenes que están empezando ahora, muy buenos y trabajadores; realmente se ha creado un ambiente maravilloso entre todos.

”Este trabajo también fue diferente porque la novela se fue escribiendo a medida que íbamos grabándola. Es algo nuevo porque normalmente te entregan todos los guiones, te lees el personaje de principio a fin y haces la novela. Aquí estabas filmando y no sabías cómo iba a acabar; eso me gustó muchísimo, porque fui descubriendo por donde iba el personaje mientras lo estaba haciendo”.

Laura Moras, fiel a su proyección de enfrentarse a cosas nuevas y aprender algo todos los días, trata de no repetirse y variar en cada uno de sus personajes, incluso su apariencia física. Después de más un año de filmación de Tierras de Fuego manifiesta estar tomándose un pequeño descanso, aunque cuenta con varias propuestas de trabajo y confiesa su deseo de asumir nuevos retos en dramatizados para la televisión cubana.


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María Carla Gárciga


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