Cuando otras niñas anunciaban que serían maestras, médicas, cosmonautas o abogadas, Laura Margarita Rodríguez de la Uz siempre insistía en que sería actriz, y no solo lo es, sino que se alinea entre las mejores de nuestro país por su capacidad de transmutación, que le permite incursionar en un ilimitado diapasón de géneros y en las más complejas sicologías.
Graduada de la Escuela de Instructores de Teatro, en 1991, y de la Escuela Internacional de Teatro en el año 2000, Laura mostró sus excepcionales cualidades actorales aún siendo alumna de la primera de estas instituciones, cuando protagonizó Hello, Hemingway, dirigida por Fernando Pérez, y obtuvo el premio a la mejor actuación femenina en el XII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Forma parte del elenco de la compañía Teatro de la Luna, dirigida por Raúl Martín, en la cual ha desplegado interpretaciones muy logradas en La boda, Electra Garrigó y La dama del mar.
NO BASTA LA TÉCNICA, SINO DARLES VIDA PROPIA
—¿Qué representa para ti el personaje de Ana?
—Lo veo como un fruto de mi madurez artística. Es como un nuevo largometraje, después de Hello, Hemingway. Es la posibilidad de interpretar un personaje protagónico de los que llevan todo el peso de la película a sus espaldas. Tuve la posibilidad de desarrollar el personaje durante hora y media, a través de cuanto se narra. Es el hilo conductor de la historia.
—Lo que acabas de decir implica un riesgo desde el punto de vista actoral, ¿podrías definirlo?
—Un riesgo, pero a la vez es algo maravilloso que le puede ocurrir a cualquier actriz. Todas soñamos con hacer un protagónico escrito para una mujer y con tantos matices como aporta este personaje, que implican amplias posibilidades de desdoblamiento. He filmado varias películas y muchas personas me recuerdan, aunque como protagonista solo había actuado en Hello, Hemingway y ahora en La película de Ana. Además, coprotagonicé Madagascar con Zaida Castellanos.
“No me gusta hablar de la técnica. Es una secuencia de métodos que he establecido y voy utilizando de acuerdo con lo que quiero hacer. No es algo rígido que elaboro cada vez que interpreto un personaje.
”Sobre todo, me centré mucho en las distintas Anas dentro de la película; en desarrollarlas y establecer sus diferencias, en perfilar lo que las distingue y, al final, es la misma. En los contrastes que va sufriendo su evolución realicé mi trabajo actoral. Espero que estos contrastes puedan apreciarse tal como los concebí”.
—¿Cómo te sentiste al actuar bajo la dirección de Daniel Díaz Torres?
—Es una persona maravillosa, un hombre con mucho sentido del humor. Con una intuición sorprendente por un lado y, por otro, es muy inteligente. Va generando ideas constantemente y demuestra que sabe lo que quiere hacer cuando se plantea una película. Él me dio mucho espacio para crear y realizamos en conjunto el trabajo de mesa, muy detallado para cada escena, esto me permitió incorporar cosas e incluso quitar, lo cual propició mayores posibilidades en la labor interpretativa.
—¿Estás filmando una nueva película?
—Estoy trabajando en la ópera prima de Marilyn Solaya, Vestido de novia, también en un protagónico. Tiene un elenco fabuloso, integrado por Luis Alberto García, Jorge Perugorría, Isabel Santos, Pancho García y Alina Rodríguez.
—¿Cómo valoras el premio de mejor actuación femenina enLa película de Ana?
—Es algo muy importante para mí haber obtenido este premio en un Festival de Cine Latinoamericano muy bien catalogado. Es un festival muy importante que tiene una gran repercusión, no solo en América Latina, sino en Europa. Es algo formidable cómo la gente disfruta la película, cómo el público la agradece. He tenido experiencias muy hermosas, cuando se me acercan y hablan conmigo acerca de mi carrera. Y, al final, el Coral es todo eso. Es muy considerado por el pueblo, lo cual también constituye una feliz coincidencia, la repercusión nacional e internacional. Por eso considero que le debo mucho a este Coral.
—Como cubana, ¿cuál es tu valoración acerca de este triunfo?
—Lo que más me ha gustado de todo es darle un alegrón a mis compañeros. Daniel y todo el equipo han recibido una gran satisfacción, al igual que el premio al mejor guión. Y el entusiasmo del público es maravilloso, porque le gusta ver cine cubano. Es muy sincero y agradecido. Estas experiencias me hacen sentir que nuestra vida es útil, más de lo que muchos puedan creer. Están hablando de la película y cuando elogian mi labor me siento nuevamente premiada.
—Cuéntame acerca de tus planes futuros
—Después que concluya la nueva película tengo varios planes, algunos podrán realizarse y otros, no. Lo más importante es que Vestido de novia me quede bien, porque es un gran reto para mí.
—¿Y qué me dices de tu hija, de Amaranta?
—Estoy estudiando saxofón con ella. Yo tengo un músico dentro de mí, al que no le he dado alas, y esas alas se las ha puesto mi hija. Pienso que la educación artística en Cuba es magnífica. Y es un privilegio entrar en un conservatorio. La calidad de la educación musical en nuestras escuelas es admirable. Los niños desarrollan sus aptitudes y gustos estéticos. Desde muy pequeños comienzan a estudiar buena música, asisten a los conciertos, aprenden a tocar otros instrumentos, además del elegido —porque el piano es el aprendizaje inicial—. Aunque es una enseñanza, la música es una ilusión para ellos y se ven muy felices en la escuela. Contemplar la hermosa vida de Amaranta me llena de emoción y de una inmensa alegría.
Hortensia Santana Ayon desde FB
18/1/13 15:43
Me gusta mucho el trabajo de Laura de la Uz, es excelente.
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