sábado, 18 de mayo de 2024

La magia de Carmen en flamenco (+Fotos) (+Video)

El reestreno de Carmen, traducida al flamenco por el Ballet Español de Cuba de la mano de Eduardo Veitía, ha triunfado en cinco provincias del país, con José Manuel Carreño como primer bailarín invitado...

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 31/01/2013
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Ballet Español 01
En la obra, la danza impera en función del espectáculo. (Yander Alberto Zamora de los Reyes / Cubahora)

Uno de los títulos de mayor repercusión en el repertorio del Ballet Español de Cuba, la versión traducida a los códigos del flamenco de Carmen, fue ovacionada y mereció amplia repercusión en los medios durante la gira nacional que culminó en la escena del teatro Mella de La Habana, con dos funciones aclamadas por espectadores que desbordaron el coliseo de Línea.

Como es habitual en el repertorio de la compañía, la puesta mostró aspectos novedosos que renuevan la concepción estética, enriquecen el montaje y propician la comunicación con los espectadores, lo cual constituye un signo de identidad de la compañía, plasmado en el diseño coreográfico del primer bailarín, coreógrafo y profesor Eduardo Veitía.

El uso de la palabra en momentos culminantes de la acción dramática subraya la intencionalidad del coreógrafo en escenas clave, como: la pelea de Carmen y doña Frasquita; entre la protagonista y don José, cuando aquel la lleva a la prisión; y las frases de la joven cigarrera mexicana hacia el protagonista, al afirmar categóricamente que el torero le pertenece y es su amor, lo cual desencadena el final.

La teatralidad queda acentuada en este montaje, en el cual la danza impera en función del espectáculo, y la dramaturgia plantea una profundización en los rasgos definitorios de la sicología de los personajes, cuyos perfiles conductuales constituyen motivaciones a la cadena de acciones que provocan y encuentran vías expresivas en el arte dancístico.

Para lograr tal concepción, afín a las creaciones de mayor contemporaneidad en correspondencia con la música, Veitía ha contribuido a desarrollar las facultades interpretativas de los danzantes, hasta lograr la incorporación plena de los caracteres y conflictos reflejados en el baile.

Suma importancia reviste la utilización de los palos o ritmos del flamenco, en consonancia con estados anímicos y situaciones dramáticas, o en aquellas donde el humor asoma en un contraste de intencionalidades. La bulería y el tango flamenco aparecen a lo largo de la pelea entre Carmen y doña Frasquita, al comienzo de la escenificación; tanto don José como el toro bailan utilizando lasoleá[1] como ritmo básico de su danzar.

En el segundo acto, la variación exige el danzar por tientos,[2] mientras la alegría[3] emerge en la plaza de toros en la escena final, donde la música reta a la muerte.

CARREÑO TRANSFIGURADO EN DON JOSÉ

La presencia del primer bailarín invitado José Manuel Carreño representó una motivación de especial interés para el auditorio, no solo por su prestigio internacional, sino porque en esta ocasión proyecta una faceta bien distante de su experiencia como protagonista de personajes de la era romántica del ballet clásico, como el duque Albrecht, en Giselle; el príncipe Siegfried, en El Lago de los cisnes; y otros que poseen un acento hispánico pero mantienen los cánones propios de ese danzar, tal es el caso del Basilio de Don Quijote; el novio de Bodas de sangre, que interpretó en el 22 Festival Internacional de Ballet de La Habana. Su nueva faceta en el don José de Carmen también difiere de sus creaciones en el horizonte del ballet moderno, que caracterizó su protagonismo en la gala que presentó en el Mella, el pasado año, durante el mencionado festival.

Su transfiguración en don José denota la integralidad que caracteriza su labor en los géneros que cultiva, y causa la impresión de dominar las esencias del flamenco por la precisión en los pasos, el acabado de la gestualidad y la intensidad de la pasión;  apreciables, a su vez, en el taconeo, la violencia de sus giros y la fuerza expresiva que otorga a su proyección escénica que perfila una personalidad vigorosa, impulsada por una pasión incontenible, que lo convierte en el personaje que más ama a Carmen.

En el solo, centralizado por “la escobilla”, denota dominio de la técnica, con recursos propios de lo hispánico y la elegancia inherente a su arte danzario.

UNA GIRA ESPERADA POR JOSÉ MANUEL

—¿Cuál es tu opinión acerca de la gira?

—Fue formidable. Deseaba mucho emprender esta gira por ciudades que nunca había visitado. Tenía una expectativa, pero no podía suponer que fuera tan emotivo como lo que ocurrió en Holguín, Las Tunas, Camagüey, Cienfuegos y La Habana. Es inconcebible cómo el pueblo de Cuba lo conoce a uno, lo admira y sabe todo lo que uno está haciendo. He sentido una enorme satisfacción. Recorrer, al menos, una parte del país era algo que deseaba desde hace mucho tiempo y te confieso que me he dado un gustazo enorme

—¿Cómo valoras la reacción del público en el teatro Mella?

—El público de La Habana es muy especial. Es súper emocionante bailar aquí. Vamos a escena con la idea de dar el cien por ciento, y cuando los bailarines ven la reacción del público, damos el doscientos por ciento.

—¿Piensas interpretar otra obra con el Ballet Español de Cuba?

—Todavía Veitía y yo no lo hemos decidido. Puede ser El Fantasma o La casa de Bernarda Alba. En cuanto pueda regresaré para interpretar una de esas obras y disfrutar de esa acogida de mi pueblo que tanto amo.

TRIUNFO DE CONSAGRADOS Y JÓVENES TALENTOS

Una gran parte del éxito de la temporada de este ballet se debió a la coherencia de la interpretación de los miembros de la compañía, quienes realizaron un esfuerzo conjunto, tanto las intérpretes de la pasional cigarrera sevillana, Graciela Santana, Yasnay Marín y Ailién Puerto; como Henry Carballosa y Ricardo Quintana, en don José, quienes junto al resto del elenco se crecieron para lograr el equilibrio exigido por la puesta.

Graciela Santana, primera bailarina en la plenitud de su arte, personificó a la protagonista. Buscando aristas inexploradas por otras danzantes, logró utilizar resonancias tragicómicas en el universo conceptual de esta muchacha, tan segura de sí misma y de su atractivo ante los hombres, lo cual le permitió dibujarla con los matices de su sicología y asumir la contrastada ejecución por alegrías en su pelea en la tabaquería con Doña Frasquita, y por tientos en el solo.

Ricardo Quintana desplegó una ejecución dancística acertada en Escamillo, el torero, en la puesta en escena en La Habana; sin embargo, en el don José, asumido en otras provincias, necesita una dimensión más convincente en la incorporación del personaje y contrastarlo en sus diferentes estados anímicos.

Sophía Fernández desarrolla una labor encomiable en el toro, símbolo de la muerte y del destino en esta concepción danzaria, pero considero que debe ahondar más en la organicidad de acciones y reacciones de doña Frasquita para equilibrar su labor interpretativo-danzaria. Yasnay Marín logró un desdoblamiento atinado en Micaela, al otorgarle la ingenuidad y el lirismo que requiere la personalidad un tanto romántica de la novia de Escamillo.

El cuerpo de baile, integrado por alumnos de la unidad docente de la compañía contribuye al lucimiento de esta puesta, como resultado de un desmontaje muy bien articulado por Veitía, que explora y saca a la luz secretos bien guardados por Prosper Mérimée en la novela homónima.

George Bizet creó una música que ha pervivido a través de los años, en particular, la habanera, inmortalizada por cantantes de épocas y latitudes diversas. Carmen en flamenco posee una altura que la coloca entre los mejores espectáculos presentados en los últimos tiempos en la escena cubana.

Ballet Carmen, por el Ballet Español de Cuba

Ballet Carmen, por el Ballet Español de Cuba

Ballet Carmen, por el Ballet Español de Cuba


[1] Soleá: (soledad): Modalidad de baile flamenco en compás de tres por ocho.

[2] Tiento:Modalidad de baile flamenco en compás de tres tiempos y acompañamiento de guitarra.

[3] Alegría: Modalidad de baile flamenco de ritmo ternario y movimiento vivo y gracioso.


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC


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