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miércoles, 30 de octubre de 2024

La distancia, la nostalgia, el olvido…

En el monólogo Elogio del barrendero, la emigración vuelve a tejer nuestras historias personales…

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 18/01/2015
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Se escucha cantar a Santiago Feliú su Generaciones… cuando Miguelito, el barrendero, irrumpe en el escenario con su carro y su escoba, y comienza a jugar con las latas y los papeles.

“¿De dónde salen los cubanos?”, se pregunta. “¿Y para dónde se van?”.

Y empieza a destejer su historia personal, como puede ser la de muchos, la suya o la mía, marcada por la emigración de un miembro de la familia.

Aunque siempre se dice lo mismo… “Ahora estará mejor, te mandará dinerito o un paquete. Eso resuelve…”, lo cierto es que Miguelito no encuentra en qué lugar guardar el dinerito o el dichoso paquete en el momento que se llene de ganas de abrazar a su hermano, de querer contarle cosas en el muro del Malecón… ¿Y su hermano? Seguro tampoco le parecerán suficientes los billetes y la pacotilla en el instante en el que se pregunte de dónde es, qué añora, qué le falta para ser feliz.

Y el monólogo Elogio de barrendero, escrito por Manuel Martínez, continúa en su espiral en la sala Osvaldo Dragún del Complejo Teatral Raquel Revuelta. Allí, durante tres fines de semana de este mes de enero, el actor Alfredo Reyes se cambia de piel y “no tengo que hacerlo mucho, como quien dice, porque la emigración está en la vida de todos los cubanos, de una manera u otra. La sensación de la familia dividida, el sentimiento reprimido del que se queda y la nostalgia crónica del que se va”.

Y Miguelito barre, recoge basura, desangra la última gota de leche condensada de una lata y logra encontrar un sorbito de malta en otra. Su vida, que no puede barrer de un golpe con su vieja escoba, se nos aparece de la mano de los muñequitos rusos, en el recuento de sus vivencias en el campamento de Tarará, en los miedos ocultos que le dejó la guerra en Angola, en el disfrute a hurtadillas de la música de Los Beatles.

“El recorrido sentimental por la Cuba de años atrás no dejará fuera a ningún espectador, porque incluso los más jóvenes han escuchado de ella y saben de qué se trata. Los amigos que un día vimos irse nunca se olvidan, aunque a veces ellos se toman la Coca-Cola del olvido y nos dejan aquí, en el recuerdo borrado”.

El monólogo —Premio Especial del jurado Catalina Vera, Premio de Actuación de la Popularidad en el Festival Otoño Azul (Buenos Aires, 2007) y Premio Mejor Actuación Masculina en Teatrales de Invierno (La Habana, 2006)— estará representando a Cuba en el Festival Internacional de Teatro de Monólogo, que se desarrollará del 1 al 28 de febrero en la ciudad estadounidense de Miami.

“Será la posibilidad única de encontrar a ese otro público para el que está escrita la obra. Muchos de los que asistirán a la presentación son cubanos y viven ahora allá. Ellos entenderán a Miguelito y lo sentirán como un miembro más de la familia”, comenta el actor.

Vuelve a cantar Santiago Feliú, sus Ansias del alba, y Miguelito abandona el escenario con su carro y su escoba… Sin embargo, las latas, los papeles y la basura toda se quedan ahí…


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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