La banda de Picasso (+Trailer)

La banda de Picasso es una cinta pícara que recrea el ambiente artístico del París del siglo XX, escenario en el que el genio malagueño que retrata el filme hizo germinar el cubismo. Como en cualquier otro esbozo fílmico de la vida de un artista, la película muestra algunas de las vicisitudes con las que tropezó el pintor antes de convertirse en ícono del arte mundial.

Laexcusa de Fernando Colomo, director de La banda… para contarnos las relaciones de Picasso con sus compañeros de aventuras es el robo de la Gioconda, un hecho real que sucedió en 1911 y a raíz del cual Pablo Picasso y su amigo el escritor Guillaume Apollinaire fueron detenidos y acusados de cometer este delito. Sin embargo, poco le interesa a Colomo esclarecer este suceso: su objetivo no es otro que contarnos de forma desenfadada cuál era la idiosincrasia de cada uno de los artistas que revoloteaban alrededor de Picasso, entre los que se encontraba lo más florido del mundo de la pintura y la literatura de la época: Henry Matisse, Gertrude Stein, Manolo Hugué, Max Jacob...

Esta legión de nombres ilustres yace en la cinta más para -con las vestiduras de un thriller- debatir sobre la Condición Artística, y el papel del hombre en la Historia, que para otros menesteres más cinematográficos. De ahí la principal carencia de La banda de Picasso: ni en el tono, cambiante, equívoco; ni en la estructura dramática, cortante, (la relación amorosa entre Picasso y Fernande Olivier es un ejemplo) llega a encontrarse un eje dramatúrgico consistente. No se puede negar la buena factura de la película, su ambientación, su fotografía, la exquisita banda sonora de Juan Bardem, y aún menos el interés artístico e histórico de las relaciones entre estos personajes, pero el desarrollo de un filme requiere algo más que una serie de conversaciones, citas y acontecimientos alrededor del arte.

La banda… pudo ser un trepidante thriller en torno al robo de la Gioconda, o una resuelta comedia, de las que provocan una risa franca. Fernando Colomo, que también es el guionista de la cinta, estuvo ocho largos años (y catorce versiones) tratando de decidirse. Al final bebió de ambos géneros… sin ínfulas de grandeza. Pero a esto ya nos tiene habituados este director español, que aunque suele enmarcar sus historias en puntos clave de la Historia (Los Años Bárbaros, Al Sur de Granada), esta a menudo deviene poco más que una excusa para mostrar las personalidades de los que protagonizaron los sucesos históricos. Son las personas, y no los acontecimientos ni las efemérides, quienes importan a Colomo.

En el caso de La banda de Picasso, las intenciones son claras: lograr un trazado iconoclasta de toda esa generación irrepetible que coexistió en el París del siglo XX. Nada más. La banda… recrea el carácter de Picasso, entre cobarde, machista y taimado; y el de Apollinaire, descontrolado por los celos, embaucador... Muestra a unos artistas de carne y hueso, torpes, divertidos, magníficamente humanos, que desconocen por completo el papel que sus historias de vida tendrán en la Historia.

Con el bilingüe actor Ignacio Mateosde protagónico -cuyos rasgos físicos le convierten en el actor idóneo para meterse en la piel de Picasso-, rodada prácticamente en francés y mayoritariamente en Budapest (increíble cuan genuina se siente la vanguardia parisina tan lejos de París), es muy recomendable ver La banda de Picasso en su versión original, para así poder degustar los matices de las mezclas entre el español, idioma natal de Picasso, y el francés, que hablaba con naturalidad.

La banda de Picasso: Una joya cuidada en todo detalle –exquisita la evolución que muestra el vestuario de Pablo Picasso, que lo lleva de artista anónimo hasta pintor reconocido dentro de los círculos artísticos franceses-. El fanático del arte y la cultura de la vida bohemia parisina disfrutará esta cinta hasta el éxtasis.