viernes, 27 de septiembre de 2024

Jugar a la mejor música cubana

A las abejitas de Tin y a la cubanísima orquesta de Los Van Van hace años los une una especial relación sobre la cual nos cuenta Cremata...

Yaima Puig Meneses en Exclusivo 31/05/2014
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Compañia infantil La Comenita
La prestigiosa compañía infantil La Colmenita junto a Juan Formell..

Las abejitas de Tin usan disfraces estelares, gesticulan, se desdoblan, juegan, sonríen, bailan… Incluso a los mayores nos sorprenden sus insospechadas “maniobras” para educar a los más pequeños de casa desde el arte; incluso a los mayores nos sorprende la genial versatilidad con que interpretan variados y clásicos temas musicales del cancionero cubano e internacional a la par de “artistas grandes”.

Sus arpegios vienen a convertirse entonces en vacunas para el alma, en bálsamo salvador ante tanta melodía chatarra que en los últimos tiempos nos agobia. Y justamente ese es otro de sus retos, uno de los tantos que en más de dos décadas se ha propuesto Carlos Alberto (Tin) Cremata Malberti en su afán por salvar valores y llevar a sus niños de regreso a las esencias.

Es precisamente “la versatilidad un propósito colmenero. Se trata de beber en la mayor cantidad de fuentes de lo que nosotros entendemos por cultura auténtica y hacerlo lo mejor posible”, confesó Tin a Cubahora.

Y así, en esa búsqueda de las mejores fuentes, se acercó La Colmenita a la cubanísima orquesta de Los Van Van, a la que los une desde hace años una especial relación sobre la cual también nos cuenta Cremata.

—Para muchos cubanos resulta asombroso cómo tus abejitas son capaces de poner a bailar hasta a los más “patones” con la interpretación de temas musicales de Los Van Van. ¿Qué lazos los unen a esta singular agrupación? ¿Desde cuándo y por qué comenzaron a interpretar su música?

—Estoy seguro de que son los mismos lazos espirituales que unen a cualquier cubano, dondequiera que esté, con el sonido único y cubanísimo de esta genialidad musical que se llama Los Van Van. Y nosotros tenemos la dicha de conocerlos y de contar con su ayuda directa.

“Todo comenzó en el año 2006, cuando en un CUBADISCO ensayamos mucho e interpretamos el célebre Popurrí de los años 70, y Formell y Mayito Rivera subieron al escenario. A partir de ese momento nos dimos cuenta de que podíamos interpretar con decoro esa música maravillosa, que “habíamos pasado el examen” y que contaríamos con la ayuda formelliana y vanvanera.

“Nos decidimos a montar una puesta en escena musical: ‘Elpidio Valdés y Los Van Van’, donde ya jugamos a la orquesta en grande. Y desde entonces nos la hemos ingeniado para incorporar esa música, que tanto define a los cubanos, a casi todas nuestras obras”.

—A muchas personas —incluidos los músicos de la agrupación— les resulta a veces increíble ver cómo los niños y jóvenes de La Colmenita son capaces de interpretar canciones de los años 70, 80 y de los 90. ¿Cómo lo logran? ¿Cuál es el secreto?

—Hay que partir de que esa música corre —junto a la sangre— por las venas de todos los cubanos. Entonces solo faltaba que aparecieran dos magos músicos, que se llaman Amaury Ramírez Malberti y René Baños (Sampling), quienes poco a poco y durante meses y años han ido entrenando a los niños para ‘bucear’ en los prodigiosos arreglos y creaciones de Formell.

“El secreto creo que lo tenemos todos los cubanos en las venas, pero muchas veces está tapado por tanta invasión de ‘chatarra’ cultural. Pero si unos duendes como Amaury y René te ayudan a ‘destaparlo’ —sobre todo en la infancia— cualquier cubanito puede jugar, cada vez con más decoro, a la mejor música cubana”.

—Cuando están juntos en el escenario es posible apreciar que entre tus abejitas y los músicos de Los Van Van se ha creado una química especial. ¿Cómo definirías esta relación?

—Es que Los Van Van son unos niños grandes. Quien mejor define eso es el mismísimo Leo Brouwer cuando aboga por el rescate del Homo ludens —el hombre que juega— que es el que mejor define al artista, por encima del Homo sapiens y el Homo faber.

“Los Van Van son auténticos Homos ludens y los niños de La Colmenita están precisamente en el vórtice de esa etapa lúdica de la existencia. Ahí está la ‘química’, pero te aseguro que la culpa-química mayor la tienen los vanvaneros por su estirpe traviesa y juguetona. Nosotros le decíamos a Formell que él era la verdadera ‘bola de humo”.

—Recientemente, La Colmenita, con el Sello Unicornio, de Producciones Abdala S.A., presentó el DVD ‘Siempre Habrá Van Van’. Cuéntanos un poco sobre esta experiencia, el trabajo de producción, el resultado final de tan arduo empeño…

—Los trabajos de producción, filmación y todo, los guiaron Héctor David Rosales (Riquifito) y Amalia Rojas Mirabal (Ama), dos jóvenes muy talentosos del mundo audiovisual, que estuvieron en La Colmenita desde los cuatro y cinco años, respectivamente.

“El ‘pecado original’ fue de los Estudios Abdala, donde se les ocurrió hacerles una encerrona a Los Van Van en su 43 cumpleaños y luego grabar ese concierto con un equipamiento especial para que pudiera trascender la idea de que ¡Siempre habrá Van Van!

“Después aparecieron el excelente audio de OK Productions, la producción de José Manuel García y la grabación de Orestes Águila, en fin, que se fue armando un todos estrellas bajo la dirección de Mabel Muñiz —la gerente de Abdala— que desembocó en el Premio Especial Extraordinario del CUBADISCO 2014”.

—¿Algún proyecto inmediato que quieras compartir con nuestros lectores?

—Ahora tenemos el compromiso con Formell de multiplicar su legado.

“Por lo pronto reinventamos una nueva puesta en escena que estrenamos este domingo en el CUBADISCO: La Cucarachita Martina y Los Van Van. En la nueva versión, el Gallo Malayo, para enamorar a la Cucarachita le canta El buey cansá’o; el Chivo Nativo lo intenta con La bola de humo; el Oso Roñoso le canta Recíbeme y el Charro Díaz, con Disco Azúcar, esa que dice: “Cuando visité Cancún, no me imaginaba…”.

“Pero quien finalmente la conquista es el Ratoncito Mingollo Pérez que entona para ella Marilú, pues descubre que Martina es solo un apellido y el verdadero nombre es ¡Marilú Martina! Después sobreviene la boda, donde todos los personajes tocan en vivo temas como La Maquinaria, Somos Cubanos, Tim Pop con Birdland y tantas como nos pida el público de todas las edades, para bailar.

“En fin, que todo es un pretexto para, volviendo a contar un clásico de Iberoamérica, poner a rodar en una puesta en escena, por toda la geografía cubana y el mundo, la mejor música popular de este país en los últimos 45 años”.


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Yaima Puig Meneses

Cubana. Periodista. Amante de escribir, porque las letras se me han convertido en una suerte de amuleto para el alma...

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Leticia
 2/6/14 11:18

Sin dudas un encontronazos de dos trenes: La Colmenita y los Van Van

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