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sábado, 21 de diciembre de 2024

Jóvenes lectores: ¿Qué textos los motivan?

Los jóvenes lectores prefieren textos que los inquieten y los hagan pensar. Sus opiniones desmienten apreciaciones tradicionales arraigadas...

Odette González Villaescusa en Exclusivo 26/02/2013
2 comentarios
Maldita Fisica (Fabretti)
Los libros de Frabetti, se insertan dentro de la colección Veintiuno, de la editora Gente Nueva.

Dos criterios parecen imponerse alrededor de la literatura infanto-juvenil: existe una crisis de lectura universal y se consume mayormente literatura demasiado simple (troquelados, libros de colorear, minilibros). Pero el hecho de que sagas como la de El señor de los anillos o Harry Potter se conviertan en best sellers, ponen en duda tales juicios.

No es preciso salirse del continente y ni siquiera del patio para comprobarlo, pues a la XXII Feria del Libro de La Habana —que ahora empieza su periplo por las provincias del país— los jóvenes llegan indagando por novelas, libros de historia, de ciencia ficción y de asuntos específicos nada superficiales. No quiere decir que los profusamente ilustrados, didácticos, pasatiempos, no sean muy demandados (e imprescindibles para edades determinadas); sin embargo, hay una multiplicidad de público en busca de literatura más compleja.

Justamente, el IX Encuentro Teórico-Literario Infanto-Juvenil “Niños, autores y libros”, celebrado en el conocido espacio “Una merienda de locos” (correspondiente a esta Feria), tuvo entre sus conversatorios: “La literatura que nos gusta. Los libros que necesitamos”, dedicado a escuchar opiniones de niños y adolescentes. En este acercamiento, algunos alumnos de noveno grado agradecieron las publicaciones que muestran sus realidades y sugirieron ilustraciones menos infantiles si no resultan indispensables. Uno de ellos declaró que el italiano Carlo Frabetti le “robaba varias horas seguidas de lectura”. Y que Maldita física lo había ayudado a comprender mejor esta asignatura. Incluso, en Alamar existe un Club de Fans de Carlo Frabetti.

Los libros de Frabetti, publicados por la Editorial Gente Nueva, se insertan dentro de la colección Veintiuno. Encuestas y entrevistas realizadas a adolescentes y a bibliotecarios reflejan la aceptación de esta colección, lo cual desmiente el criterio de que los niños y jóvenes solo se interesan por textos simples, ya que estos se caracterizan por ser atrevidos en cuanto a tópicos y estructuras. Además, les brindan diferentes perspectivas y alternativas ante su inmediata y a veces difícil realidad, al abordar temas relacionados con la sexualidad, las drogas, los conflictos raciales, la emigración, la muerte, el divorcio; vedados durante mucho tiempo.

Otras colecciones gozan de notable recepción, como la de Aventuras, principalmente entre los varones que están arribando a la adolescencia; publica a clásicos: Emilio Salgari, Walter Scott, Rafael Sabatini; Ámbar, para los que gustan de la ciencia ficción y el misterio, con autores como Howard Phillips Lovecraf y promueve otros como Jordi Sierra i Fabra. También están las biografías, historietas, teatros, para escoger según preferencias en cuanto a estilos, épocas, tópicos, géneros.

Claro que, aún se debe lograr que quienes no leen se acerquen a los libros, pues —es lamentable— muchos no los tienen dentro de sus opciones. Mas primero hagamos buena literatura, alejada de concepciones que prioricen lo pedagógico ante la calidad literaria; sobre todo, por el papel que juega la lectura en esta etapa de la vida.

Precisamente, Frabetti afirmó: “Podemos y debemos facilitar el acceso de la infancia y la juventud a los libros; pero luego es el propio libro el que ha de conseguir que lo lean… Además de hacer pensar y estimular la imaginación, la literatura infantil y juvenil ha de ser divertida, emocionante, sorprendente. Cada libro debería ser una aventura, un descubrimiento, un reto” (revista En julio como en enero, La Habana, Gente Nueva, N° 25, p. 14). Sobre una de sus obras, El ángel terrible, Gabriela Fernández Galán (16 años) expresó:  “…es muy curioso y sutil el modo en que Frabetti trata el tema de la sexualidad” (revista citada, N° 26)

Los niños y jóvenes son destinatarios más difíciles de entusiasmar, debido a su poca competencia y hábito de lectura, por lo que requieren de un lenguaje más eficaz y una historia atractiva.

Entre estos textos que motivan e inquietan al joven receptor, la Feria ha traído, de la española Marinella Terzi, De Gabriel a Gabriel: Luego del suicidio de su padre, Gabriel rememora su infancia al tiempo que intenta encontrar respuestas a sus tantas interrogantes. Al ser contado desde la perspectiva del muchacho, los jóvenes sentirán mucho más la historia. La muerte se expone aquí sin miramientos, como parte ineludible de la realidad.

Por los Cuentos descabellados, del cubano Felipe Oliva, desfilan algunos de los clásicos personajes infantiles, pero ahora en un mundo alocado y marcadamente erótico: Cenicienta y el príncipe tienen relaciones extramatrimoniales, lo cual permite que “vivan felices para siempre”, los enanos desean a Blanca Nieves, la Bella se interesa por los sirvientes del palacio.

Con Super Extra Grande, novela hilarante y escatológica, el escritor cubano Yoss (seudónimo de José Miguel Sánchez) reafirma una vez más su talento en el género.

En La fogata (Marisa Vannini, Venezuela), mediante los viajes de un joven llanero venezolano que padece una crisis de identidad, se profesa la tolerancia ante las diferencias culturales. La estructura narrativa es osada y moderna: reiteraciones, introspecciones, dualidad de receptores, elipsis temporales y espaciales.

Estos títulos, y otros, funcionan de antídoto contra arraigados y obsoletos razonamientos que, felizmente, van quedando atrás. Y es que en ocasiones los adultos son culpables de las desacertadas elecciones de los más pequeños, al subestimarlos, imponerles criterios errados y apostar por lo pedestre y el facilismo. De hecho, muchos libros ahora catalogados como infanto-juveniles, en sus inicios estuvieron concebidos para adultos. Fueron los propios niños quienes, con su inteligencia y perspicacia, se fueron apropiando de ellos.


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Odette González Villaescusa

Se han publicado 2 comentarios


Arístides Lima Castillo
 27/2/13 9:36

Muy educativo lo que nos da Odette en este artículo, que lo encuentro bien interesante y que se complementa con otro artículo en esta misma edición, Alicia en el país de los libros en CUC, que no deben dejar de leer. Felicito a Odette y a María del Carmen por sus tan acertados criterios.

Sulema
 26/2/13 12:18

Por fin leo una opinión sobre los problemas de la lectura en Cuba, que no culpa a los lectores, al reguetón, los videojuegos o los maestros emergentes. Las buenas intenciones del Programa Nacional Promoción de la lectura (www.min.cult.cu/loader.php?sec=programas&cont=programanaclectura). Creo que en efecto lo primero es potenciar la calidad de los contenidos, lo segundo es convertirlos en productos deseables e interesantes para los lectores y lo tercero es darle visibilidad, acercar el libro a los lectores con estrategias más parecidas a nuestro tiempo.

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