Para muchos aún un género menor. Para otros un estilo de vida. De una u otra forma la literatura fantástica y de ciencia ficción no deja a nadie indiferente. O la odias o te atrapa como planta carnívora venida directamente de una galaxia muy, muy lejana.
Sagas literarias como el Señor de los Anillos, de J. R.R. Tolkien, Harry Potter, de J.K. Rowling; la más reciente Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin – aún más famosa por su versión televisiva: Juego de Tronos-, las cinematográfica Guerra de las Galaxias, de George Lucas y la interminable serie para la pequeña pantalla Estrella Viajera, tienen en común dos cosas: que poseen una legión a partes iguales de fanáticos seguidores y detractores y que todas fueron gestadas en los grandes centros culturales de Occidente.
Por eso cabría la interrogante de si en Cuba, con un imaginario tan alejado de los escenarios medievales o las hiperdesarolladas sociedades futuristas; se podría escribir sobre Ciencia Ficción y Fantasía en un ejercicio serio, de creación propia, alejado del simple calco de realidades ajenas.
Para satisfacer esta curiosidad, Cubahora aprovechó la presentación de nuevos títulos de la Colección Ámbar de la Editorial Gente Nueva, ya por años uno de los sellos líderes en la publicación de libros destinados a los más jóvenes.
Ámbar, creada en 2007; es la heredera de Suspenso, que trajo a los ávidos lectores cubanos versiones en español de obras y autores representativos del género, aunque según puntualiza Grettel Ávila, una de sus editoras; pretende abrir sus horizontes no sólo a novela y cuento, sino a la historieta y a los juegos de rol.
“El principal reto de publicar Fantasía y Ciencia Ficción es que todavía es considerada por muchos lectores como pseudoliteratura, a pesar de los grandes movimientos que existen en otros países como Harry Potter o la Guerra de las Galaxias. Son un poco lejanos a nuestra realidad, por eso podría parecer que aquí en Cuba no hay ni público, ni escritores”, comentó.
“En estos momentos hay alrededor de 100 escritores que hacen este tipo de literatura en Cuba, muchos de ellos muy jóvenes pero que escriben a un ritmo vertiginoso y con gran calidad. No podemos publicar a todos los que queremos, porque es imposible, no tenemos capacidad editorial para eso, pero estamos tratando de hacer un buen esfuerzo, por sacar lo mejor.”
“En los seis años de creada la Colección, se han publicado cerca de 40 títulos, eso incluye los de este año, y creemos que es bastante representativa, sobre todo porque la Gente Nueva publica obras de autores cubanos y extranjeros por igual”, dijo la también joven editora.
RETOS E INQUIETUDES CREATIVAS DEL AUTOR DE FANTASÍA Y CIENCIA FICCIÓN. LOS ESCRITORES HABLAN
El desarrollo de la CF en Cuba se da abiertamente después del triunfo de la Revolución, como resultado de los profundos cambios sociales que experimento el país a partir de los años 60 del siglo pasado. Como dato curioso se puede señalar que es el único caso en Latinoamérica en que el género se nutrió de la Ciencia Ficción Soviética.
Para Michel Encinosa Fú, una de las voces más fuertes de este movimiento en la Isla, escribir CF es ir un paso más allá, es describir otros mundos y otras vidas.
Sobre las inquietudes creativas de alguien que se dedique a este tipo de ficción, que aunque ya de alguna manera se ha superado la escritura estándar, se ha ido un paso más lejos y de hable de otras formas de concebir la existencia, los móviles siguen siendo los mismas.
“A fin de cuentas las historia humana es una sola, al final somos personas y lo que hacemos en la F y CF es reflejar las inquietudes normales y cotidianas desde una óptica distinta, pensamos que es un modo mas refrescante para que este tipo de reflexión llegue al lector, que a veces está cansado de ver lo mismo desde la misma óptica, desde el mismo punto de vista, y a veces lo bombardeas desde un ángulo distinto y funciona mejor.”
“A veces se hace un poco difícil crear CF desde Cuba, porque a fin de cuentas un escritor escribe lo que lee: uno lee 100 páginas para poder escribir una, por suerte gracias a los medios digitales en los últimos años y a los viajes de amigos nos hemos podido ir actualizado sobre lo que se escribe actualmente, los últimos autores, los libros y la sagas. Es lo que más nos ha ayudado, a intentar crear al nivel que se crea internacionalmente, es decir, los conceptos, los personajes, las ideas, el tono narrativo.”
“Pienso que en estos momentos tenemos un buen momento de creación, tenemos muchos autores, sobre todo jóvenes, que están creando mucha buena obra y sólo hay que motivarlos para que escriban novela, en serio, de 400 a 500 páginas, que es lo que más le gusta a los lectores.”
“Hay buenas ideas, hay buenas maneras de escribir, los más viejos estamos haciendo hincapié en la gramática, la sintaxis. En cuestiones como esta, desgraciadamente la gente no sale redactando tan bien de la primaria y la secundaria como en otras épocas, actualmente ha muchas deficiencias por ese lado y a la hora de escribir estas empiezan a salirte a flote y vemos como que ya de diecipico y veintipico de años tienen que empezar a aprender como se usa el verbo, la preposición, y otras reglas gramaticales que deben aprender en la escuela.”
“Muchos talleres ayudan en eso, sobre todo cuando tienen gente con un alto grado de experiencia y que pueden ayudar bastante. En estos momentos creo que Espacio Abierto, del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso.”
La prueba de que en estos talleres mucho se puede aprender es Gabriel J. Gil, uno de los benjamines de la nueva generación de escritores de Fantasía y Ciencia Ficción.
Graduado de Física en la Universidad de La Habana, a sus 25 años Gabriel ya obtuvo mención en el prestigioso Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar 2010 con su relato “La culpa la tiene Menard” y presentó recientemente su primer libro: Por casa tengo el espacio, con historias que van desde reproducción alienígena hasta extraños vegetales de otro mundo.
Sobre el positivo influjo que han tenido estos espacios de enseñanza, reflexión y socialización, el novel creador precisó a Cubahora que ha sido grande el papel de los talleres literarios en su aún corto recorrido por las letras.
“Yo participé en el ahora desaparecido Espiral y por ahora asisto a Espacio Abierto, en el Onelio. Siento que recibo mucha influencia de mis contemporáneos, las sesiones son muy constructivas, la crítica es una retroalimentación directa, y son lectores especializados, que te ayudan a superarte muy rápidamente.”
“La experiencia de un taller literario es una cosa increíble, invito a los autores jóvenes, a la gente que está teniendo inquietudes literarias, que vayan porque verdaderamente es un clima de inspiración.”
Cuando quisimos saber por qué se interesó por este género precisamente, la respuesta no nos sorprendió.
“Dicen que uno escribe lo que quiere leer. Yo empecé leyendo CF y siempre me pareció que era un género muy interesante. Al pasar el tiempo me di cuenta que no era solo una inquietud adolescente, sino que habían cosas ahí que significaban un ejercicio intelectual que yo apreciaba mucho.”
“Me interesaba sobre todo extrapolar situaciones a un futuro lejano, la interacción de la tecnología con el ser humano, como pueden cambiar los paradigmas sociales, como los conflictos, la moral, la ética de una persona en otro universo pueden ponerse en entredicho y surgir cuestionamientos que nos ayudan a entender nuestro presente.”
“Ese es el valor que tiene en realidad. Dice una autora famosa, Ursula K. LeGuin, que la CF simplemente es una plataforma muy interesante que sirve de metáfora de la vida real. Es una manera de escribir la vida bajo situaciones extremas, lo cual ayuda a explorar cuales son los puntos flojos de las cosas que tenemos en este, nuestro mundo.”
“Escribir CF en Cuba es otra cosa. El llamado fatalismo geográfico juega un papel muy importante aquí. Las lecturas de nosotros son muy escasas, en el sentido que no estamos todo lo actualizados que deberíamos sobre lo que se hace en el mundo y en la CF es una cosa increíblemente importante, porque todo lo que se crea: un universo nuevo, un nuevo dispositivo - por decirte lo mas elemental- una nueva regla del universo, ya probablemente ha sido creado.”
“El tema de ser original está lastrado por eso. Uno debe estar leyendo constantemente las cosas que salen en los centros culturales más productivos, generalmente siempre el inglés. Tenemos mucha experiencia de leer literatura rusa, yo no tanto en particular, pero la generación que me precede sí y debo mucho a lo que ellos han escrito, a la generación anterior y a muchos de mis contemporáneos.”
“Leo mucho a mis coetáneos, a pesar que dice Borges que uno no quiere deberle a sus contemporáneos, no me molesta decirlo. Siento también que hay influencia de escritores ya con un nombre, entre ellos Yoss, Ariel Cruz, Juan Pablo Noroña, Michel Encinosa, Daína Chaviano, Vladimir Hernández Pasín y Fabricio González Neyra, pienso que mucho de ellos está presente en mis cuentos.”
Al picarnos la curiosidad sobre si el provenir de un ambiente científico –muchos de los más reconocidos creadores en este ámbito son graduados de carreras de Ciencias- ayuda o define la vocación por la Fantasía o la Ciencia Ficción, Gabriel nos aseguró que era un equívoco frecuente.
“No hay que ser un científico para escribir CF. Es bueno tener conocimientos, pero a veces puede contraproducente, depende como uno lo maneje. A veces saber mucho de ciencia es útil pero hay que saber administrar esa información y darse cuenta que lo más importante en última instancia es el conflicto del ser humano y utilizar todo eso.”
“Ir cargado de toda esa información y sacarla de vez en cuando, ayuda a aderezar la historia y plantear nuevos conflictos y tramas, pero son simplemente herramientas, lo que define que hagamos CF y no realismo.”
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