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viernes, 8 de noviembre de 2024

Entretenimiento sano en tiempos de la COVID-19

La mejor forma de salir de casa sin poner un pie fuera, de transportarse hacia los sitios más infectados sin contagiarse, es la lectura...

Laura Mercedes Giraldez Collera en Exclusivo 02/04/2020
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Libro Don Quijote de la Mancha
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes y Saavedra, fue el primer título que se imprimió y comenzó a circular en el país.

En momentos como los que estamos viviendo, en los que es mejor quedarse en casa que lamentar un contagio, muchas personas se dedican a hacer memes, otras a ver series de televisión, películas, chatear en las redes sociales, varios seguimos trabajando y algunos ya no saben qué hacer, se sumergen en la desesperación del “encierro”. Sin embargo, una de las mejores formas de salir de casa sin poner un pie fuera, de transportarse hacia los sitios más infectados sin contagiarse, es la lectura. Puede parecer cursi, pero es real, a mí me funciona cuando se trata de un libro bueno.

Precisamente, por estos días celebramos varios acontecimientos relacionados con la lectura, un entretenimiento sano, no solo en tiempos de la COVID-19.

A solo tres meses de triunfada la Revolución Cubana, el gobierno dictó la Ley 187, mediante la cual se crea la Imprenta Nacional, que bajo la dirección de Alejo Carpentier se propuso instaurar las bases para realizar publicaciones sistemáticas y masivas, de libros, revistas y folletos, así como de otros formatos demandados por la población cubana.

En esa etapa, el consumo per cápita de libros en la Mayor de las Antillas era solo de 0,2, cifra que a partir de ese momento aumentaría considerablemente, pues la batalla cultural en Cuba solo estaba iniciando.

El primer título que se imprimió y comenzó a circular en el país fue El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes y Saavedra, hecho que inauguró la colección Biblioteca del Pueblo, destinada a la reproducción y distribución de clásicos de la literatura universal. Más tarde saldrían a la luz antologías de Rubén Darío, César Vallejo, Pablo Neruda y Nicolás Guillén, tres tomos de la Antología de Poesía Cubana, a cargo de lo cual estuvo Lezama Lima, las novelas Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, A sangre fría, de Truman Capote y Un amor de Swan, de Marcel Proust, entre otros.

De esta manera, una buena suma de relevantes obras estuvo al alcance de los cubanos, quienes en 1961 se verían envueltos en la Campaña de Alfabetización, la más grande hazaña cultural de esta nación, y para la cual, la recién creada Imprenta Nacional se encargaría de preparar la base de estudio, las cartillas y manuales empleados en este suceso que le abrió los ojos a millones de cubanos analfabetos.

Luego, en 1962, dicha institución pasa a ser la Editora Nacional, manteniendo su labor de responder a las más urgentes necesidades culturales del país. Cinco años más tarde se fundó el Instituto Cubano del Libro, a la vez que surgió un sistema de editoriales nacionales y provinciales encargadas de cubrir las necesidades de los lectores, e impulsó y le dio espacio a escritores de diferentes provincias y a los distintos géneros literarios cultivados por estos. Finalmente, en 1981, el 31 de marzo se declaró como el Día el Libro Cubano, a manera de homenaje a la creación de la Imprenta Nacional.

Se estima que alrededor de 70 000 títulos de escritores cubanos y extranjeros han sido publicados en el país desde ese momento. Lo cual se hace evidente en la Feria Internacional del Libro que anualmente acoge la capital habanera y que luego se traslada hacia el resto de las provincias.

Sí, esta etapa de aislamiento social puede aligerarse un poco a través del poder de un libro. La lectura distrae, enriquece el alma y los conocimientos, remueve las entrañas. Puedes leer en el sofá, el piso, la cama, una silla.


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Laura Mercedes Giraldez Collera

Periodista


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