Jazz Plaza 2012 consagró lo que todos sabíamos: la presencia fecundante de la mujer cubana en esa expresión musical nacida en estados Unidos y apropiada y enriquecida en nuestra tierra.
Sucedió en la Casa de Cultura de Plaza de la Revolución, sitio donde nació el Festival.
Allí estuvieron la versátil Bellita y su Jazz Tumbatá —ella tan combativa en la reivindicación de género y con sobradísimo carisma—, quien rápidamente estableció una calurosa comunicación con el público. Su versión de Que te importa que te ame y Bellita pilón, este de su propia creación, resultaron de enorme interés y destacaron por su muy personal manera de fusionar nuestros ritmos con el jazz
No menos impactante fue la salida al escenario de Daymé Arocena y su grupo Alami, merecedora de menciones durante los dos últimos Jojazz. Posee una voz peculiar, que emplea a fondo para arropar el jazz con la heredad folclórica.
Luego llegó la baterista Yissy García con su banda para reafirmar que el poder de las mujeres en el jazz no es cosa de juego y que ellas si tiene mucho que expresar. Yissi, Premio Jojazz 2006, mezcló las sonoridades tecnológicas —insertó un DJ— y regaló temas experimentales pero no ajenos a la sensibilidad del público.
Casi al filo de la madrugada, una Xiomara Laugart que todavía tiene mucho que decir y las integrantes de las Anacaona sellaron el memorable encuentro que los organizadores titularon Mujeres cubanas en el jazz, y que sin dudas resultó de un alto nivel interpretativo. Con la primera, la canción jazzeada se hizo y la apoteosis arribó con la interpretación de Kímbara, por Anacaona, pura invención afroantillana.
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