Silvina Fabara: arte para defender la cubanía

Artista de gran valía, Silvina Fabara acaba de obtener el Premio Nacional de Danza 2014, a los 70 años, y cumplirá 55 de carrera profesional el próximo15 de junio, pues debutó el 14 de junio de 1958 en el Conjunto Folklórico de Oriente.

Como primera bailarina del Conjunto Folklórico Nacional, la más destacada compañía del género en Cuba, ha sido aclamada en el mundo entero.

“El Premio Nacional es lo más grande que pueda alcanzar un artista, no solo en danza, sino en cualquier género. Uno experimenta tanta felicidad que no sabría describir la gran alegría de compartirla, con los compañeros y los alumnos, con la familia, y en mi caso, además, con mi hijo, Oddebí García Fabara, primer bailarín del Ballet Lizt Alfonso.

“Como cubana me siento muy orgullosa y siento la necesidad de multiplicarme para crear mil obras a la vez. Quiero expresar mi agradecimiento a los profesores que me enseñaron, me ayudaron enormemente y merecen también ese premio. Guardo recuerdos muy gratos de todos ellos: Margarita Ugarte, Nieves Fresneda, Trinidad Torregosa, Zenaida Hernández, Concepción Delgado y el Goya, que me ayudó y me hizo volver a la vida”.

PIENSO QUE BAILO MÁS AHORA QUE ANTES

—¿Cuáles son tus planes inmediatos?

—Seguir en la docencia, que colma mis aspiraciones como artista y como ser humano. Pienso que bailo más ahora que antes, porque bailo enseñando y siento una gran satisfacción por ver crecer a esa juventud y bailar cuanto les enseño me hace sentir muy feliz y comprometida, pues creo que puedo hacer más.

“Estoy dando clases de folclor en todos los subgéneros, desde lo ritual hasta las diversas manifestaciones de los bailes populares que atesora la música popular: danzón, cha-cha-chá, mambo y ese son tan rico que tenemos los cubanos  y del cual a veces veo versiones en la televisión que me dan tristeza.”

—¿Cuáles aspectos del folclor de origen africano incluyes en tus clases?

—Imparto los principales, en teoría y práctica: yoruba, bantú, el famoso lucumí, los cantos y danzas cordoneras y no me siento limitada en ninguna de las especialidades, porque de todas soy fundadora y las aprendí hasta la saciedad. Todos los profesores que tuve me dieron las posibilidades de aprender esas materias y la teoría la aprendí con Rogelio Martínez Furé.

 —¿Qué opinas del Conjunto Folklórico Nacional en la actualidad?

 —No se parece al que nosotros teníamos. Se baila el folclor de otra manera, de una forma más contemporánea, que no es la que cuidábamos mucho. Cada director y creador tienen sus criterios. Pienso que las cosas deben ser de otra manera, pero no soy quien lo decido; también deben pesar las opiniones de los bailarines.

CONTRIBUIR A PRESERVAR NUESTRA CULTURA POPULAR TRADICIONAL

—¿En qué agrupaciones impartes clases?

—En compañías y escuelas de todo el país y esto se debe a una iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro, que me pidió al finalizar una función en el Karl Marx que continuara mi labor en otras provincias, a partir de lo logrado en Las Tunas y Camagüey, para preservar la cultura popular tradicional.

“Dondequiera que voy trato de inculcar esta idea, con el fin de proteger la herencia de los ancestros. Quienes asisten a mis cursos comparten esta idea, siento que se involucran en lo que planteo y todos me responden de inmediato.

“Con ese propósito también impartí cursos en escuelas del Ministerio de Educación y en las escuelas de arte; viajé a Venezuela y permanecí dos años en esta labor. A la vez, montaba espectáculos para los cubanos que cumplían misiones en ese hermano país.”

—¿Qué significa para ti la enseñanza de la danza, dentro y fuera de Cuba?

—Representar a la patria significa una responsabilidad muy grande. He recorrido medio mundo y mantengo contratos con varios países: Inglaterra, Japón, Estados Unidos, entre otros.

CUBA ES TODO PARA MÍ

 —¿Planes?

 —Continuaré trabajando con la misma energía y con la mente clara, como hasta ahora.

 —¿Tu personaje favorito en el panteón yoruba?

 —Siempre me ha encantado Ochún, en yoruba, Iyesá; el arará en sus deidades, la canasta junto a las otras bailarinas; mi traje de cebra, en un personaje que me encantaba, y la protagonista de Oddebí, el cazador.

 —¿Tu gran sueño?

 —Ver a mi hijo seguir la tradición de su padre y mía. Ya va por el camino. Esperemos que lo siga y nos supere.”

 —¿Qué es Cuba para ti?

—Todo. Sin Cuba, no quiero nada. Es mi vida, mi sueño, mi presente y mi futuro. Y el arte es mi arma para defender la cubanía.