Diseño cubano que apuesta por el progreso social

Por una Cuba ciento por ciento diseñada es uno de los lemas que ha acompañado la Campaña de Comunicación por los 40 años del nacimiento de la Oficina Nacional de Diseño (ONDi).

En fecha tan temprana como el año 1980, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, entendió que el diseño era una herramienta insoslayable para dinamizar el desarrollo económico de la nación.

“La propia existencia de la ONDi como organización garante del Estado se consideró desde los inicios, de alguna manera, como una política pública”, advirtió Gisela Herrero García, su jefa nacional, en una comparecencia en el espacio televisivo Mesa Redonda Informativa.

Con el surgimiento de la ONDi comienzan a formarse, dotadas de un enfoque académico, las primeras hornadas de diseñadores cubanos luego del triunfo de enero de 1959. Bajo el manto de la Oficina se creó el Instituto Superior de Diseño (ISDi) de donde han egresado varias generaciones en una especialidad técnica y práctica, pero con una gran carga espiritual, que se nutre de saberes propios del arte y de la ciencia.

En la década de los 90, en medio del llamado Período Especial, el diseño contribuyó al impulso de las industrias turística, biotecnológica y farmacéutica, así como a la concreción de equipos médicos y de proyectos gráficos para la Batalla de Ideas.

Actualmente la presidencia de la ONDi suscribe el llamado de la máxima dirección del país a pensar y obrar como nación para sustituir importaciones, incrementar las exportaciones y lograr los encadenamientos productivos.

Por eso los creativos de la Isla abogan por una mayor inversión en la calidad de los productos y servicios, una mayor competitividad en el mercado, por lograr entornos más inclusivos para las personas mayores o las discapacitadas y por alcanzar la soberanía cultural, económica y tecnológica.

La máxima que los mueve es la generación de utilidades a favor del bienestar y la calidad de vida del pueblo sin renunciar a la cultura del detalle y la belleza como distintivo de cubanía.

Hoy, diseño, innovación y desarrollo constituyen una tríada indispensable a la hora de buscar soluciones que respondan a los intereses de los usuarios desde la convergencia y las experiencias transversales con disciplinas y ramas del conocimiento donde no faltan la sociología, la historia, la estadística, la comunicación social, la medicina y hasta la arquitectura.

El diseño ha sido una realidad tangible, en los últimos meses, en disímiles escenarios: en máscaras protectoras empleadas por el personal de la salud, en respiradores artificiales, en campañas y carteles de bien público para informar y concientizar sobre la importancia de asumir conductas sanitarias responsables, en acciones de comunicación política para combatir a los enemigos de la Revolución o en la Marca País, que engalana las batas y nasobucos que reciben como regalo al regresar a Cuba los integrantes de la Brigada Internacional Henry Reeve que han combatido el coronavirus SARS-CoV-2 en más de 30 naciones.

En medio de la pandemia de la COVID-19 fructificó la iniciativa Una idea también salva con el propósito de preparar una plataforma de trabajo colaborativo que atendiera al proceso de recuperación del país después de superada la crisis epidemiológica.

Han sido cuatro décadas de trabajo incansable resumidas en el concepto #HazQueSeVea, que significa visibilizar desde el diseño todo lo que verdaderamente nos define como cubanos: lo nuestro, lo que somos y hacia dónde queremos ir, lo que soñamos y hacemos, todo lo que damos y amamos.