Entre crayolas, cartulinas y tijeras, nace una historia. Antes, hubo de discutirse una idea y luego de un consenso, se escogió entre 15 cuentos el mejor, para contarlo a través de dibujos animados.
Los Estudios de Animación del ICAIC son el espacio donde un grupo de niños juegan a ser animadores durante una semana, de la mano de la realizadora cubana Ivette Ávila. Sin dejar de sorprenderse ante la magia del cine, estos pequeños construyen y fotografían atrezzos y personajes, para dar vida a su primera película en stop motion.
La historia que vamos a contar es la de una princesa malvada y ambiciosa, pero lo primero, es escoger cómo se verá esa princesa.
Después se vuelven a dibujar los personajes, pero se les hacen las extremidades, los ojos y la boca separados del cuerpo, para poder animarlos.
Los atrezzos, todos los elementos y paisajes que aparecerán en la película, también se construyen en esta etapa. En esta fase también ayudan los profesores.
Mientras unos construyen, otros aprenden cómo trabajar con la técnica de animación stop motion.
Para los “ensayos” se utiliza todo tipo de materiales. La idea es crear animaciones visualmente interesantes y que los niños se familiaricen con la técnica.
Una vez terminados los preparativos, llega el momento de comenzar a fotografiar en serio. ¿Cómo terminará la historia de la malvada y ambiciosa princesa Érika? Tendremos que esperar a que estos realizadores terminen su película.
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