En 1993 se crea el Centro de Informática en la Cultura. Eran tiempos en los que quizá para muchos la defensa del patrimonio nacional y la promoción de los valores culturales podrían estar en un segundo o tercer plano, frente a la situación por la cual atravesaba el país, que imponía el pragmatismo ante todo. La Internet era apenas un embrión de lo que es ahora, las redes sociales y la conectividad de la que disfruta el mundo actual un sueño, y las computadoras un instrumento de trabajo reservado a unos pocos.
En ese contexto, el Ministerio de Cultura impulsó una iniciativa que por dos décadas creció hasta convertirse en lo que hoy es: la organización rectora de la informática en la Cultura cubana, la cual propicia la utilización de las nuevas tecnologías a favor de la creación y la promoción del arte cubano, y que incluye además un portal que referencia todos los sitios cubanos relacionados con el sector, una editorial multimedia, un periódico en español, inglés y francés, con actualizaciones diarias sobre las últimas noticias culturales de Cuba y el extranjero, un servicio de boletines informativos a vuelta de correos, páginas dedicadas a eventos y personalidades y una cartelera que recibe alrededor de tres mil visitas al día.
Para Gardel, 20 años podrían bien no ser nada, pero no es así en el caso de Cubarte. Cubahora se acercó a su director Rafael de la Osa Díaz, un matemático que no pudo resistir el deseo de comunicar, para hacer un poco de historia, conocer sobre la evolución del Centro de Informática en la Cultura desde los años 90 hasta estos días y las proyecciones para un futuro que cada vez se asienta más en las nuevas tecnologías.
—¿Cómo surge Cubarte?
—Durante los primeros años de la década de 1990, en el Ministerio de Cultura se crean los Institutos y Consejos para las diferentes manifestaciones del arte. Eso fue un cambio sustancial, porque a partir de aquí estas entidades comienzan a tener un esquema de autofinanciamiento y en ese contexto había una Dirección encargada de todo ese movimiento organizativo y la creación de organismos. Digna Cardoso, la persona que estaba al frente de esa división, incorpora a los Sistemas como parte de este nuevo concepto de organización.
“A partir de ahí se crea la Dirección de Organización y Sistemas, más tarde convertida en Centro de Informática en la Cultura en 1993, oficialmente llamado Centro de Informática y Sistemas Aplicados a la Cultura, Ceisic.
“Esos años son el momento en el que se comienzan a organizar las redes locales y en Cuba los sectores de Salud Pública y Cultura fueron los abanderados. Era un desarrollo aún muy incipiente, pero eso es lo que permite que en 1996, cuando entra Internet en Cuba, Cultura sea una de las primeras que solicita esa conexión, porque ya tenía un sistema de correo electrónico instalado, daba servicios a determinados intelectuales, a algunas instituciones y ya se distribuían listas de información como la que hacia la revista Criterios de Desiderio Navarro.
“El sector cultural entra de golpe en el mundo informático. Se comienzan a hacer eventos, en las Escuelas de Arte se pintaba digitalmente, ya se estaba haciendo música a partir de esos conceptos digitales y estaba el Laboratorio Nacional de Música Electroacústica. Existía un movimiento incipiente que hace que la cultura despegue y es lo que le da la potencia para que este Centro comience a trabajar y a expandir su alcance.
“En aquel momento la moda era la multimedia. La UNESCO le propone una ayuda al Ministerio para apoyar el desarrollo de este campo en Cuba y a partir de una reunión con especialistas comenzamos a trabajar con artistas. Lo primero que hicimos fueron los muñes de los ¿Por qué?, de Ernesto Padrón, y así se llega a 1998 con la digitalización del Atlas Etnográfico de Cuba, 20 años de investigaciones que no podían ser publicados en papel y que se llevó a una multimedia que incluía más de 230 mapas, todo graficado.
“Este resultado se presenta en una reunión con todos los directores municipales de Cultura, en la que participó Fidel. Allí él toma la decisión de entregar una computadora a cada una de estas direcciones, como parte del proyecto de las editoriales provinciales, con tecnología Rizo. Esto hace posible que todos los municipios se conecten a una red, la red Cubarte, con acceso a internet para brindarle servicio a los artistas de la localidad. Es así como este Centro de Informática en la Cultura llega a ser una red nacional en ese momento, ya con nodos provinciales. Yo diría que ese es preámbulo de lo que ya a partir del 2000 va a ser Cubarte.”
—¿Y a partir del 2000?
—A partir de este año comienza el auge de las páginas Web. Cultura no se queda atrás y comienza a trabajar en la suya, en un proceso paralelo a lo que después fue Cubaliteraria y Cubacine. Es ahí cuando, a partir del nombre que se le da a este sitio, cambia el nombre del Ceisic a Cubarte, que deviene en portal en el año 2003, cuando ya comienza a referenciar todo lo que se refiera a la cultura cubana.
“Se empieza a trabajar por que todas las provincias tengan una página Web, incluso también todos los municipios. Todos tenían información de eventos, artistas, carteleras, programación cultural y eso ayudaba a desarrollar, se creaban páginas y el portal iba tomando fuerza.
“A medida que iba creciendo esta red y el portal Cubarte, se crea un equipo para nutrir de información este sitio, lo cual devino después en un periódico, un órgano de prensa reconocido que produce noticias en español, inglés y francés, en este último se creó una revista digital que se llama Lettres de Cuba, pensando en que al mundo francófono había que abrirle una ventana sobre la cultura cubana, la cual ya va a cumplir 10 años, con una publicación mensual en papel.
“Además, Cubarte tomó lo que fue un laboratorio multimedia y lo convirtió en editorial, que ha publicado títulos como La Edad de Oro, Por el mar de las Antillas anda un barco de papel, una aproximación a la obra del Poeta Nacional Nicolás Guillén para los niños, Cuba en el ballet, que incluye más de 40 años de labor de esa revista especializada y Juan Formell y los Van Van, Aquí se enciende la candela, reconocido con un Premio Cubadisco 2012.
“También poseemos capacidad para hospedar sitios Web, un equipo de trabajo dedicado al desarrollo de páginas, de aplicaciones y otros servicios, como boletines de actualización semanal de distribución por listas de correos, con más de 60 mil subscriptores en todo el mundo que hacen que Cubarte a sus 20 años tenga más desarrollo, más participación y más alcance en su labor por promover la cultura y el arte cubanos”.
—¿Proyecciones futuras para Cubarte? ¿Algún nuevo proyecto?
—Estamos fortaleciendo la presencia en redes sociales como Facebook y Twitter, con una estrategia que permite posicionar mucho mejor los contenidos del portal, que ya llegan a más de 400 videos y unas 7 mil fotos.
“Uno de los proyectos líderes que nos propusimos para este año fue La Papeleta, una cartelera cultural colaborativa, que no se limita sólo a La Habana sino que posee pestañas para incluir información de diferentes lugares del país, las que se clasifican por públicos, temáticas: música, teatro, humor, patrimonio, cine, danza; por lugar y por artista. Lo mejor de todo es que ya alcanza más de tres mil visitas diarias, un buen rating para haber comenzado en el mes de mayo.
“Estamos también rediseñando el Portal. Se te pone viejo en las manos el diseño, la programación. Estas son bases de datos que tienen más de 10 años. Nada se borra, todo está accesible, de ahí que se puedan hacer dossiers, selecciones de información de lo ya publicado. Estamos hablando de un espacio donde han escrito por años intelectuales de la talla de Graziella Pogolotti, Armando Hart, Ricardo Alarcón, especialistas renombrados como Nelson Herrera Islas, uno de los críticos de arte más importantes en Cuba; historiadores como Lino Betancourt y Esther Suárez.
“Estas colaboraciones de los más importantes críticos, investigadores y escritores cubanos desde el año 2003 tienen un valor indiscutible. Incluso hoy son capaces de generar otros productos y servicios. Así, otros de los proyectos líderes en lo que estamos trabajando son los libros digitales comercializables, a partir de la propia información que hemos recaudado.
“Por ejemplo, una recopilación de críticas de Nelson Herrera Islas. Eso no está publicado, no existe y en el entorno del papel es muy difícil. Las expectativas son grandes, no sólo estamos pensando en el libro tradicional, sino que estamos pensando en libros con partituras cubanas, que es un déficit que existe tanto en el mercado nacional como en el internacional.
“El primero que sacamos es un libro con una selección de fotografías a partir del trabajo que hizo el archivo del Centro de Comunicación Cultural del Ministerio, con obras de los más afamados fotógrafos cubanos y en las que aparecen importantes personalidades de la escena cultural cubana, como Alicia Alonso, Nicolás Guillén, Haydeé Santamaría. Está por subirse a la venta en el sitio de Ruth Editorial.
“Trabajamos en pos de potenciar la comercialización de la música digital, para que una vez exista la plataforma, comenzar la venta hacia el exterior, donde están montados los mecanismos. En el cine es un poco más difícil, porque necesita más requerimientos, pero ya estamos tratando de crear un espacio para el audiovisual en Internet, reclamo también de los realizadores, que necesitan una plataforma para dar a conocer su obra”.
Livia
12/11/13 12:17
Felicitaciones para el equipo Cubarte.
Mercedes Rios
12/11/13 11:11
Felicidades a todo el colectivo de Cubarte!!!!
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