Buena música del corazón con Chambao en La Habana (+Fotos)

Difícil de encorsetar en un género, así se reconoce y se define la música de Chambao, grupo español que la noche de este viernes 16 levantó el telón del Festival Internacional Cubadisco 2014, que hasta el 25 de mayo próximo hará bailar a La Habana, en una sucesión de presentaciones especiales que tendrán a la percusión como centro.

Esto es un sueño, un sueño hecho realidad, aseguró Lamari, voz líder de la agrupación andaluza, ante un Karl Marx repleto, que bailó y cantó a coro las canciones de la banda, reconocida por su peculiar manera de aferrarse a sus raíces y al mismo tiempo caracterizarse por su empeño cosmopolita de incluir ritmos de regiones distantes en sus temas.

Carlos Varela, ese poeta irreverente y amado por generaciones, fue el encargado de hacer las presentaciones al público cubano, que ya conocía el trabajo de Chambao a pesar de no haberse distribuido ninguno de sus discos en la Isla.

Mira muchacha, el Karl Marx está repleto y es por ti, le señaló Varela en su tono tan particular, mostrándole a Lamari las miles de lunetas ocupadas del gran teatro de Miramar.

De la autoría de Varela, Bendita lluvia y Habáname –esta última por partida doble- fueron suficiente para que la audiencia fuera entrando en calor y conociera la voz de la malagueña, que según el autor de Como un ángel “te puede sacudir el hueso y el corazón”.

Luego, el plato fuerte. Chambao hizo honor a su reputación y nos dio un recorrido por su discografía, que ya abarca unos 10 álbumes, con un repertorio que incluyó el “flamenco chill” que es su marca registrada, y fusiones de instrumentos electrónicos con ritmos africanos, caribeños y mediterráneos.

Desde el tablado del Karl Marx llegaban el sonido de las olas, el olor de la tierra, esa sensación característica de la arena escurriéndose por los dedos y el aire fresco de los grandes espacios abiertos, que se desprendían de la música de los malagueños y se escurrían hasta los oídos de quienes no pudieron resistir y se pararon a bailar, como Lamari pidiera: “cada uno como quiera, aquí, hoy, ahora, somos libres, libres de hacer los que nos dé la gana”.

Los cubanos Aldo López-Gavilán, Julio César Gonzáles, Roberto Gómez y David Suárez, compartieron cartel con los de Chambao: Roberto Cantero, secuencias e instrumentos de viento; Toni Cantero, guitarra; Toni Romero, teclados; y Juan Heredia en la percusión.

Lo verás, Rosa María, Voces, Lo muchachos de mi barrio –dedicado a Juan Formell- y El dentista –donde sorprendieron con un solo de piano que recordó melodías de la Isla-, hasta completar una lista de 23, fueron los temas que tocó el grupo en su (hasta ahora) primera y única salida a escena en Cuba.

Uno de los momentos más especiales vino casi al terminar: el dúo con Varela, esta vez para cantar canciones de Chambao. La primera fue Detalles, en la que el cantautor se limitó a seguir la letra, mientras que en la segunda, Papeles mojados, hizo un mash up con su conocida Foto de familia, “una hermana de Papeles…”, por su referencia al dolor y la separación producida por la emigración, un problema universal que afecta a ambos lados del Atlántico.

Aunque lo mejor, por supuesto, llegó al final, y lo hizo en la figura del tresero de oro, Pancho Amat, en una versión de la popular Tu recuerdo, con la que Lamari se dio a conocer en la Isla, junto al boricua Ricky Martin.

No soy Ricky y tampoco Martin –bromeó Carlos Varela- pero voy a cantarla, dijo ante la ovación de un público que ya no cabía en los asientos y llenaba el espacio que separa el escenario de las primeras filas.

Lamari, a nombre de todos la banda, dio las gracias.

“Gracias, gracias a todos los que nos permitieron llegar hasta aquí, a Pancho Amat por dejarnos estar en el escenario con él, a Carlos Varela sobre todo, por su apoyo, sin el que no hubiéramos podido estar en este teatro.”

Esto fue todo un lujazo, un placer, se despidió. El placer fue todo nuestro.