Arte cubano en Venecia

La cosmopolita ciudad de los canales acogerá las poéticas de destacados artistas que arriban desde diversas latitudes ante la convocatoria de un evento tan prestigioso como la Bienal Internacional de Arte de Venecia.

Desde el 1ro. de junio y hasta el 24 de noviembre se respirarán aires de creación en la bella ciudad italiana, cuando abra sus puertas oficialmente la edición 55 de la Bienal Internacional de Arte de Venecia.

Cincuenta y cinco ediciones avalan el nivel alcanzado por la cita, que en esta ocasión, responderá al tema El Palacio Enciclopédico, nombre seleccionado por el curador, crítico de arte contemporáneo y director artístico, Massimiliano Gioni.

El Palacio Enciclopédico fue un proyecto trunco del artista Américo Auriti, quien lo concibió como una suerte de museo imaginario para albergar todo el conocimiento del mundo y que generara, a su vez, nuevos descubrimientos.

CUBA ENTRE GÓNDOLAS

Ocho artistas cubanos representarán a la Mayor de las Antillas en la cita con el arte contemporáneo. La Bienal Internacional de Arte de Venecia fue inaugurada en 1895, y en ella dejaron su impronta creadores como René Portocarrero y Wifredo Lam.

El pabellón cubano será emplazado en el Museo de Arqueología, próximo a la Plaza de San Marcos, con el proyecto curatorial titulado La perversión de lo clásico: anarquía de los relatos, .según explicó en conferencia de prensa Jorge Fernández, director del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam.

Bajo la curaduría de Jorge Fernández se intervinieron varios espacios de este Museo tan especial, lo cual propiciará una mayor visibilidad de las obras, evidencia de cómo los organizadores valoran la propuesta cubana.

Así, las fotografías de Sandra Ramos, reunidas bajo el título de 90 millas ocupan el patio interior. La pieza, expuesta en la más reciente edición de la Bienal de La Habana, ahora adquiere otro significado, en relación directa con el contexto, con la tradición, el peso de la diáspora, el mar como metáfora en la memoria y el registro de todos los cubanos.

Por eso Sandra “pretende crear un puente, abrir un diálogo, convertir estas instantáneas en poesía”, recalcó Fernández. Otro puente trazado por la artista fue su recorrido virtual entre Italia y la zona de los Balcanes.

Por su parte, Antonio Eligio (Tonel), expondrá en una sala del museo la instalación Constructivo, un bloque que desde lo rústico de su elaboración habla de lo artesanal, de Cuba desde la no Cuba y sintetiza todos esos conceptos de manera magistral a través de esa pieza, apuntó el curador.

Tonel lleva a la Bienal otras dos obras: Autorretrato a los 50 años, ubicada en el recibidor del museo, e Iluminaciones, en otra de las salas de la instalación.

Autorretrato…, incluye un libro blanco con el nombre que han tenido todos los años de la Revolución Cubana hasta que Tonel arribó a las cinco décadas, síntesis deudora del pintor ruso Kazimir Severínovich Malévich, (1878-1935).

Mientras, Iluminaciones es un dibujo sobre papel donde se toma al libro como objeto, artefacto, bloque, en homenaje al pensamiento del filósofo y crítico Walter Benjamin (1892-1940) y al escritor Jorge Luis Borges (1899-1986).

La pieza Isla, de la serie Absolut Revolution, una obra de los esposos Liudmila Velasco y Nelson Ramírez, toma como motivo el poema La isla en peso del poeta y dramaturgo cubano Virgilio Piñera (1912-1979).

En la sala didáctica se podrán apreciar los videos e intervenciones de Lázaro Saavedra. A su vez, María Magdalena Campos propone una muestra de performances e instalaciones a partir de jaulas para pájaros pequeños, pantallas que reflejan el rostro de personas que entrevistó en Cuba y un registro de su cuerpo, que nace de un performance en la Plaza de San Marcos.

Música de las esferas, de Glenda León, conecta lo local dentro del contexto de Venecia, al colocar cajas de música dentro de las esferas con partituras que simbolizan a cada uno de los planetas.

EN EL PABELLÓN DE AMÉRICA LATINA

“Desde que uno estudia en la Academia sueña con ir a la Bienal de Venecia. Ha sido un impulso tremendo para mí, un desafío personal. Su verdadera significación la sabré dentro de cuatro años, cuando pueda valorar este hecho en la distancia”, confesó el artista de la plástica Humberto Díaz, al conocer que había sido seleccionado por el curador Alfons Hug para integrar la exposición colectiva El Atlas del Imperio.

La propuesta de Díaz para la muestra organizada por el Instituto Italo-Latino Americano (IILA), en el Pabellón de América Latina dentro de Venecia, es una intervención que, desde la metáfora intenta contar la historia de Cuba.

En la fundamentación teórica de su propuesta, Díaz señala que “50 metros de soga reúne un grupo de elementos que aluden a ciertos momentos gratos y tristes que van conformando el hilo de nuestra existencia.

“Estos elementos, construidos empleando una misma soga (columpio, soga con nudos para escalar, pushing bag, hamaca, horca) están asociados a diferentes etapas de desarrollo del individuo desde el nacimiento hasta la muerte y además forman parte de los recuerdos y experiencias vividas por el artista.”

Tradicionalmente el IILA selecciona a un artista cubano para ese pabellón, en el cual participarán 20 naciones además de la Mayor de las Antillas. Esta vez, la suerte recayó en el joven de 37 años Humberto Díaz.

Al respecto, Sandra Ramos expresó que le “parece muy importante que Cuba tenga una representación en la Bienal” algo que se convierte en “estímulo para los más jóvenes”.

Varias generaciones de cubanos confluyen en esta muestra cubana que llegará al corazón de Venecia. Sus obras fueron seleccionadas a partir de la relación que pueden establecer con el entorno museográfico.

La Bienal ofrece la posibilidad de poner a dialogar a los artistas cubanos con creadores de múltiples latitudes en un evento de prestigio internacional y que constituye, sin dudas, un aval para sus carreras presentes y para su futura inclusión en el mercado del arte.