Cuando el año pasado Cuauhtémoc Nájera, director artístico de la Compañía Nacional de Danza de México, supo del deceso de Alicia Alonso, recordó que la difusión mundial de la Escuela Cubana de Ballet se debió a los extraordinarios méritos de la prima ballerina assoluta y al maestro Fernando Alonso.
Pero desde antes, la CND preparaba su tributo a la gran diva en el centenario de su nacimiento y en los planes figuraba dedicarle parte de las presentaciones de Giselle en la nueva temporada de la agrupación, en una acción que consolidaría los tradicionales vínculos entre ésta y el Ballet Nacional de Cuba.
El homenaje de la CND a la eximia bailarina tendrá lugar los días 27 de febrero y 1 y 3 de marzo próximos, en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana.
Para tan especial acontecimiento, compartirán la escena con los profesionales mexicanos de la danza, los primeros bailarines del Ballet Nacional de Cuba, Anette Delgado (Giselle) y Rafael Quenedit (Albrecht), y la primera solista Daniela Gómez, quien interpretará a Myrtha, reina de las Wilis.
La versión de Giselle, de la CND, responde a la propuesta del coreógrafo inglés Anton Dolin (1904 -1983), quien revisó la concepción original de Jean Coralli, estrenada en París en 1841. Aunque las pautas más bailadas sean las de Jules Perrot y Marius Petipá (San Petersburgo, 1884) y Michel Fokine (París, 1910), Dolin prefirió airear el linaje coralliano y dar un acabado, a la altura de las exigencias, el 12 de enero de 1941 con el Ballet Theater de Nueva York.
De la mano de Dolin, Alicia entró en Giselle y Giselle devino símbolo de su estelar carrera artística. Detalles conocidos los de la muchacha cubana, fue llamada a última hora para sustituir a la protagonista de la joven aldeana en la función de la compañía neoyorquina, el 2 de noviembre de 1943. Ella sabía de memoria la coreografía que repasó mentalmente durante los meses en que tuvo que permanecer confinada a una cama para reponerse del desprendimiento de retina. Dolin era su partenaire y seguro que inicialmente pensó en salvar el espectáculo, pero Alicia lo hizo de tal manera, que el bailarín y coreógrafo aseguró que la joven había nacido para ser una Giselle de todos los tiempos.
Muchos años después, la bailarina rememoró aquel momento: “Al final estuve a punto de desfallecer. Temblaba como una hojita. Mis compañeros vinieron y me felicitaron. Entonces se me acercó Mister Dolin, me abrazó y besó. “My baby, te portaste muy bien”.
Para la Giselle, que se bailará en Bellas Artes, viajará a México Anette Delgado, dueña de una meteórica carrera dentro del Ballet Nacional de Cuba. Nació en Isla de la Juventud (antigua Isla de Pinos) e inició sus estudios en 1988 en la Escuela Provincial de Ballet “Alejo Carpentier”, de La Habana. Valorada por la demostración temprana de su talento, ingresó en la Escuela Nacional de Ballet, donde recibió clases de la notable pedagoga Ramona de Saá.
La muchacha comenzó a acumular triunfos: Medalla de Oro y Premio a la Mejor Pareja en el Primer Concurso Internacional de Academias de Ballet; Medalla de Plata en el Concurso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (1995), Medalla de Oro y Premio Especial a la Mejor Técnica y Trabajo Artístico de Estilo en el Segundo Concurso Internacional de Academias de Ballet (1996) y Medalla de Plata y el Premio a la Mejor Pareja en el XVII Concurso Internacional de Ballet de Varna, Bulgaria (1996).
Al graduarse en 1996, pasó a formar parte del elenco del BNC, con la que ha actuado en América, Europa, Asia, Africa y Australia. Entre 1999 y 2001 integró las filas del Joven Ballet de Francia. La revista Dance Europa la seleccionó en 2011 entre los 100 mejores bailarines del mundo (contando ambos sexos) y al finalizar la temporada 2013-2014 entre las cinco del mundo (esta vez considerando sólo el sexo femenino). Fue promovida a Primera Bailarina en 2005.
Quenedit es habanero y más joven que Anette. Se formó a partir de 2006 cuando contaba con diez años de edad en la escuela “Alejo Carpentier”, y completó su currículo académico en la Escuela Nacional de Ballet, bajo la guía de Verónica Muxó y Ramona de Saá. En 2017 fue ascendido a la categoría de Bailarín Principal y tres años más tarde a la de Primer Bailarín. En 2019, obtuvo el Premio del Concurso Amici, de Italia.
Cuando Anette baile en México, tendrá en su espíritu las palabras con las que evocó a Alicia pocas horas después de la muerte de ésta: “Será difícil no tenerla: por una parte, un genio, una artista superdotada, que inspiraba respeto; y por la otra, tan humana, tan fácil de poder llegar a ella. Le agradezco muchísimo por todos los conocimientos que transmitió, sobre todo en esta última etapa, en que me ayudó a completar Giselle, con sus consejos, con las historias que me contaba, descubriéndome un mundo de detalles. La recordaré por siempre. Alicia estará en cada uno de nosotros”.
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