Bajo la interrogante de ¿Qué pueden hacer los jóvenes frente al cambio climático?, se reunieron en el Hotel Nacional de Cuba representantes de 19 países del Caribe, como parte de la II Escuela Internacional de Ciencias de la Unesco.
En distintas mesas de trabajo, jóvenes de Guyana, San Cristóbal y Nieves, Jamaica, Trinidad y Tobago, República Dominicana, Haití, Barbados, Bahamas y Cuba, por solo mencionar algunos, intercambiaron hasta el jueves sobre cómo posibilitar la cooperación y la adaptación al cambio climático en la región.
Como parte de la inauguración de la Escuela, se proyectó un material audiovisual sobre la I Escuela Científica Internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y Katerine Müller-Marín, directora de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe, dedicó por esta vía unas palabras a los participantes.
Maria Kypriotou, especialista asistente de la sección Juventud y Deportes de la Unesco, señaló que desde la organización internacional se han actualizado los programas entendiendo la importancia de los jóvenes y del activismo de este sector poblacional que puede ser líder y defender su propia voz en cualquier sociedad.
Resaltó que en muchas ocasiones los investigadores y activistas jóvenes no son tenidos en cuenta en las mesas de trabajo y procesos, por lo cual la realización de eventos como el de hoy es de gran relevancia.
Kypriotou comentó que se debe escuchar a los jóvenes no solo porque sus ideas vengan cargadas de energía e innovación, sino porque son ciudadanos que tienen iguales derechos en la sociedad.
En el evento se supo que la idea, basada en métodos de trabajo participativos, es que los jóvenes propongan acciones, sueños, para que desde la Unesco reciban el apoyo necesario que pueda hacerlos realidad.
Todo ello, con la premisa de promover el liderazgo de los jóvenes en la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático en el Caribe.
La jornada de este martes permitió establecer el debate sobre por qué es importante para la juventud caribeña ser socio y trabajar con la Unesco para hacer frente al cambio climático, cómo las redes entre este sector puede facilitar una alianza estratégica, y cómo la unión de las diferentes perspectivas de los investigadores jóvenes pueden generar resultados.
De igual forma, se lanzó la interrogante: ¿Cómo pueden los programas de la Unesco apoyar a la red de jóvenes caribeños?
El evento se organiza en el contexto del proyecto Espacios juveniles para la resiliencia ante el cambio climático en el Caribe, y, como su propio nombre indica, pretende construir estrategias para enfrentar a un fenómeno que afecta a todo el mundo, en especial a los países insulares.
Como explica el sitio web de la Unesco, la iniciativa permitirá que los participantes concluyan el diseño y lancen la Red de Jóvenes Caribeños ante el Cambio Climático, a la vez que estimulará los intercambios entre representantes de gobiernos, académicos y jóvenes activistas de la sociedad civil del Caribe.
Entre las entidades cubanas que han contribuido a la II Escuela Internacional de Ciencias de la Unesco, esfuerzo colaborativo entre diversos programas científicos internacionales y oficinas, se encuentran el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y la Comisión Nacional Cubana de la Unesco.
También están los Comités Nacionales de los Programas para la Gestión de las Transformaciones Sociales, sobre el Hombre y la Biosfera, para la investigación en el ámbito del agua y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental.
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