Hay quienes escuchan hablar de bebés canguros e imaginan un zoológico en cuyas jaulas corren y saltan los intranquilos animalitos, o tal vez una pradera australiana por la que los pequeños siguen tras sus mamás.
Lo cierto es que la frase puede referirse a otro tema, como el proyecto neonatal para el cuidado de recién nacidos con bajo peso, antes de las 36 semanas de embarazo, el cual se basa en el estrecho contacto piel a piel con su madre, favorable al mejoramiento de la salud y el bienestar de los bebés prematuros.
UN POCO DE HISTORIA
El programa Madre Canguro fue creado a finales de la década de los 70 del siglo anterior por el doctor colombiano Edgar Rey Sanabria, e impulsado por su compatriota, también médico, Héctor Martínez, del Instituto Materno Infantil de Bogotá. Estos profesores desarrollaron en 1979 un método para el cuidado de los prematuros, que denominaron inspirándose en los canguros, cuyas crías permanecen en la bolsa de la madre, succionando de las mamas cuando lo necesitan.
La Fundación Canguro de Colombia ganó el primer puesto en la categoría de Institución Excepcional, del Premio Carlos Slim de la Salud 2012, reconocimiento a la innovación y el desempeño de investigadores e instituciones latinoamericanos comprometidos con el mejoramiento de los niveles de salud de la población de la región, que se entrega desde el 2008.
En el certamen participaron 97 nominaciones procedentes de 18 países de América Latina y el Caribe.
El proyecto, auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha enriquecido en su práctica social en distintos naciones.
Según la propia OMS, cada año en el mundo nacen prematuramente más de 15 millones de bebés, de los que fallecen más de un millón por complicaciones derivadas del nacimiento.
NUESTRA EXPERIENCIA
En Cuba este proceder, conocido como el programa Piel a Piel, se puso en práctica por primera vez en la ciudad de Pinar del Río, en 1994, y por sus buenos resultados se ha extendido a otros territorios.
Ahora se ha introducido con éxito su aplicación para gemelos y trillizos acompañados de madre, tía, abuela y, en algunos casos, del padre.
Se considera uno de los logros de la salud cubana con el fin de disminuir la tasa de mortalidad infantil.
“Dicha iniciativa fortalece la atención médica a los recién nacidos, minimiza el trauma psicológico que implica la ruptura temprana del lazo afectivo y se eliminan los riesgos derivados de los procedimientos artificiales empleados en casos de nacimientos pre-término”, declaró a Prensa Latina, la doctora Nubia Suárez, especialista en Neonatología.
La madre juega un papel protagónico en el desarrollo del hijo prematuro desde el nacimiento, pues participa de forma activa en su atención y cuidados. Aquí, ella sustituye a la incubadora y satisface directamente las necesidades vitales y emocionales de la criatura, mantiene la temperatura del bebé y constituye la fuente principal de alimentación y estimulación.
Mantiene a su hijo junto al pecho de forma prolongada y continua, en posición de canguro, lo que le brinda al pequeño lo que necesita: amor, calor, leche materna, estimulación y un insuperable vínculo afectivo entre ambos.
Le es necesario entrenamiento y recibir el apoyo de médicos, enfermeras y psicólogos, así como del esposo y de la familia en general, ya que dicho manejo requiere de cuidados especiales y determinados conocimientos.
PAPEL DE LA FAMILIA
Las madres canguros deben mantener al bebé dentro de su ropa las 24 horas del día, solo con pañal, gorro y medias, para que sea directa la transmisión del calor materno. Este proceso continúa hasta que el recién nacido alcance un peso superior a cinco libras y ocho onzas.
Los latidos cardíacos y los movimientos de la madre estimulan al bebé. El contacto piel con piel favorece la protección de este ante las infecciones. La lactancia natural, siempre disponible, permite una más rápida recuperación nutricional.
El padre es fundamental en el programa. Su presencia y colaboración para reemplazar a la madre mientras ella se baña y se viste, o descansa un poco, hace de este un proyecto familiar que afianza los nexos afectivos.
El programa motiva a la familia sobre el uso de la posición vertical para evitar el reflujo gástrico, disminuye el riesgo de infección hospitalaria y humaniza el cuidado hospitalario.
Beneficios del programa
En el niño:
-Disminuye el riesgo de infecciones y apneas.
-Mejora la ganancia de peso.
-Mantiene la temperatura estable.
-Disminuye el trauma acústico y visual.
-Beneficia la lactancia materna.
-Mejora el sueño.
-Proporciona regulación cardiorrespiratoria.
-Se reducen grandemente los costos de tratamiento y, por supuesto, los días de internación y posibilidad de infecciones intrahospitalarias cruzadas.
En la madre:
-Facilita la lactancia materna.
-Disminuye la ansiedad y la depresión posparto.
-Domina el cuidado del niño.
-Mejora su imagen como protectora.
Para el padre:
-Promueve la participación activa en el cuidado del prematuro.
-Mejora el vínculo afectivo con el hijo y con la madre.
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